Entregaron 41 viviendas del Plan Techo Digno al sur de Bariloche
El convenio se firmó en 2014. La entrega tuvo como destinatarios a afiliados de ATE y la cooperativa Ruca Hue.
La gobernadora Arabela Carreras encabezó el acto de entrega de 41 nuevas viviendas en el barrio El Frutillar en Bariloche, destinadas al gremio ATE y la Cooperativa Ruca Hue.
El conjunto habitacional corresponde a un total de 100 viviendas que se entregarán en diferentes etapas y se enmarcan en el Programa Federal “Techo Digno”, inicialmente financiadas por la Nación, pero luego terminadas por el IPPV, con fondos provinciales, con una inversión superior a los 2.000 millones de pesos.
«Este convenio se hizo en el 2014 con el municipio solo por los terrenos. Se sorteó. Luego, se hizo un convenio con el IPPV para la construcción de las viviendas. Después de tantos años, hoy se están entregando 41 carpetas y cada adjudicatario ya tiene su número de casa. En una semana les darán las llaves», resumió Úrsula Caracoche, secretaria general de ATE Bariloche.
El proceso fue largo. Sucede que el programa nacional Techo Digno quedó enfrascado en una causa por presuntos hechos de corrupción. El año pasado, el juez Ricardo Calcagno autorizó otra prórroga por un año de la investigación.
El domingo, se entregaron unas 41 casas al sur del barrio El Frutillar. Según indicaron desde el gobierno provincial, las casas se entregaron con todas las instalaciones domiciliarias básicas completas para su habilitación. “Están adaptadas a nuestro clima. Tienen diseños y materiales diferentes a las viviendas de otras ciudades, y tienen los cables soterrados, porque eso nos permite limpiar la visión del paisaje y brinda estabilidad a la conexión eléctrica”, explicó Carreras.
Por otro lado, destacó la importancia de entregar viviendas al personal estatal porque “el precio que hoy impone el mercado inmobiliario está muy por encima de las posibilidades de la familia trabajadora”.
«Viví los últimos años en la casa de mi hermana. Tener por fin mi casa es difícil de explicarlo en pocas palabras. Hace un tiempo tuve Covid y creí que me moría. En ese momento, dije que si a mi me pasaba algo, esta casa quedaba para mi sobrino», dijo Mónica Soriani, emocionada al borde del llanto.
Abrazados, Miriam y Jorge Poblete no podían dejar de mirar su vivienda. «Mínimo ahora me va a tener que pedir casamiento», bromeó la mujer. «Es una emoción -agregó él-, ahora a seguir luchando como hasta ahora. Tenemos cinco hijos y tres de ellos todavía viven con nosotros».
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