#8M: un Día de la Mujer con materias pendientes en lo laboral y salarial
Los recientes indicadores del mercado de trabajo dan cuenta de que la brecha de género persiste en ese ámbito y no tiende a reducirse del modo y con la velocidad que se pretende y se requiere.
La permanente lucha de las mujeres y de los movimientos feministas por la igualdad de género no son en vano. Cada 8M encuentra a las mujeres de muchos lugares del mundo habiendo dado un paso más hacia ese objetivo, aunque aún persisten muchas asignaturas pendientes.
Uno de los ámbitos donde ello es más evidente es el socioeconómico. La mayor inserción de las mujeres en el mercado de trabajo es una realidad desde ya hace tiempo y una de sus tantas conquistas, pero se sigue dando en condiciones menos favorables que en el caso de los varones.
Así lo muestra un informe reciente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Los indicadores laborales mejoraron en el tercer trimestre del 2022, a raíz de la expansión de la actividad económica. Interanualmente, la tasa de desempleo se redujo a la vez que aumentó la de actividad, dando cuenta de la reducción en la primera no se explicó por desánimo sino por generación real de trabajo.
La mayor inserción de las mujeres en el mercado de trabajo es una realidad desde ya hace tiempo y una de sus tantas conquistas, pero se sigue dando en condiciones menos favorables que en el caso de los varones.
Si se observa únicamente lo sucedido con las mujeres, las mismas alcanzaron una tasa de actividad del 51,1%, un valor muy alto si se considera los que históricamente ha registrado. Esto muestra lo que ya señalamos: más mujeres deciden (y/o necesitan) insertarse en el mercado laboral. Sin embargo, el informe señala que en términos interanuales «la tasa de varones se incrementó a un mayor ritmo que la tasa de las mujeres, por lo cual se amplió la brecha a 19,3 puntos porcentuales«.
Otra consecuencia del crecimiento económico es la reducción en la tasa de desempleo. La misma fue del 7,1% en el tercer trimestre de 2022, 1,1 punto porcentual menos que en igual período de 2021. Sin embargo, la mejora en este indicador no se traduce en una mayor igualdad de género. Como siempre ha sucedido, la desocupación es mayor entre las mujeres que entre los varones, pero además la brecha no se redujo interanualmente, y resta ver qué efecto tiene en ese sentido la reciente desaceleración de la economía. «Las desigualdades estructurales en el acceso al mercado laboral persisten pese a la mejora de la actividad económica», indica el informe del CEPA.
Dato
- 51,1%
- Fue la tasa de actividad de las mujeres en Argentina en el tercer trimestre de 2022.
La licenciada en ciencia política, Carolina Berardi, analista económica del CEPA e integrante del Observatorio de Género, señala que esto sucede «porque persisten los estereotipos de género pero también porque se mantiene la asimetría en la distribución en los trabajos de cuidados. […] Es muy difícil, si no resolvemos esta responsabilidad sobre los cuidados, mejorar la inserción en el mercado de trabajo«. Asimismo aclara que «las políticas públicas han puesto el foco primero en el abordaje de las violencias por motivos de género, lo cual está perfecto y es claramente entendible porque es lo urgente, y poco a poco empiezan a orientarse a la igualdad en todos los ámbitos de la vida».
En cuanto a los estereotipos de género, considera que se dan especialmente «si las mujeres están en una edad que se presume que van a tener hijes en el corto plazo o que ya los tienen, entonces se da esto de ‘va a faltar cuando se embarace, va a faltar después del parto, después va a faltar cuando las criaturas se enfermen’. Operan todos estos prejuicios, de ahí la importancia de redistribuir los cuidados».
Persisten los estereotipos de género y se mantiene la asimetría en la distribución en los trabajos de cuidados.
Carolina Berardi, integrante del CEPA.
Berardi no cree que el cupo de mujeres sea una solución definitiva a esta problemática. Sin embargo, considera que «es un instrumento muy eficaz, que nos permite avanzar de una manera mucho más rápida que con la sensibilización y esperando el cambio cultural».
Ingresos
A diferencia de lo observado en los indicadores cuantitativos del mercado de trabajo, en términos de ingresos se ha observado una reducción interanual en la brecha entre mujeres y varones. Así, en el tercer trimestre del año pasado la remuneración por la ocupación principal de los varones era en promedio un 22,8% mayor que la de las mujeres, cuando ese porcentaje era del 25,3% en igual período del 2021. De esta manera, la brecha se redujo 2,5 puntos porcentuales, según el informe del CEPA.
La formalidad del empleo garantiza no sólo el acceso a la seguridad social sino también a mejores ingresos y menor desigualdad salarial entre varones y mujeres.
Informa del CEPA.
Sin embargo, la brecha aumenta mucho si se toma en consideración únicamente el mercado laboral informal, y lo contrario tiene lugar si se delimita el análisis al trabajo registrado. «Se evidencia que la formalidad del empleo garantiza no sólo el acceso a la seguridad social sino también a mejores ingresos y menor desigualdad salarial entre varones y mujeres«, concluye el CEPA.
Aunque todos indicadores dan cuenta de una mayor igualdad de género en lo que a ingresos refiere, Berardi hace una salvedad importante. «No diría que es sustancial la mejora. La brecha de ingresos incluye otro tipo de ingresos (distintos de los salariales), como puede ser la Asignación Universal por Hijos (AUH), que mejora el ingreso de las mujeres», indicó, a la vez que aclaró que «si bien los beneficiarios son les niñes, quienes perciben la AUH son en general las mujeres y esto también apuntala los ingresos de las mujeres por fuera de lo que perciben por salarios».
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