Ambar quiere seguir jugando al fútbol, pero la Liga Rionegrina no da respuestas
El papá y la mamá junto con el club realizaron notas, pero no hubo respuestas y podría haber sanción para el club si la incorporan en las formativas.
Una nena de 11 años no la dejan jugar al fútbol. Sus compañeros esperan por una respuesta por parte de la Liga Rionegrina, que no sólo hace oídos sordos a un pedido por parte del club Asociación Civil, Deportiva y Cultural Profesionales de Viedma y Patagones (ADCP) y sus padres, sabe que en el reglamento no hay una prohibición.
Esta situación no es nueva. RÍO NEGRO hace dos años atrás mostró la historia de Ambar que tras batallar contra viento y marea en los órganos regidos por la AFA, lograron que pueda jugar los primeros dos años en el fútbol federado.
Pero ahora no hay respuesta a un pedido tan sencillo: si Ambar puede jugar a la pelota. Ese silencio no hace más que dar una respuesta negativa y que excluye. El fútbol no es así. Siempre fue integrador y hoy en día las infancias lo demuestran en cada rincón del país.
Los adultos son los que no la dejan jugar a una nena de 11 años, de un deporte que lejos está de ser excluyente.
«No la dejan jugar por ser nena, porque no existe la posibilidad de que nenas y nenes jueguen juntos según el reglamento de AFA. En realidad el reglamento no lo dice así específicamente, pero no hay intención de redactar una normativa que permita que esto suceda. No hay un solo argumento para que esto no se permita. Ambar, como tantas otras niñas, vienen jugando con sus compañeros varones desde hace años», afirman el papá Sebastián y la mamá Lorena.
Directamente no nos brinda respuesta y amenaza al Club que ella integra si es que seguimos reclamando. No se está haciendo un pedido indefinido. Se está planteando la posibilidad de un futbol inclusivo»
El pedido de la mamá y el papá de Ambar.
Juega desde los 5 años «y nunca hubo problemas ni en su club ni en los partidos por campeonato oficial jugando con otros nenes. Tampoco con los entrenadores, ni con los árbitros, y mucho menos con los compañeros de uno y otro equipo».
La pasión de Ambar se refleja todos los días. Juega a la pelota con quien sea, con nenes y nenas de todas las edades. «Si se lastima o se lesiona, será parte de su experiencia, de su crecimiento, al igual que el de cualquier otra persona».
Cuando la dejaron jugar hace dos años por la lucha de los padres y el Club ADCP. Gracias a esa acertada decisión, muchas nenas regresaron a jugar a la pelota. Se habían ido del club cuando ingresan a las formativas y como no hay equipos femeninos tuvieron que elegir otro deportes con 9 o 10 años.
Con el silencio de la Liga Rionegrina, las nenas deberán elegir otro deporte ya que no van a tener lugar a pesar de tener todo el apoyo en cada uno de sus clubes.
Los padres de Ambar sostienen que La Liga Rionegrina «directamente no nos brinda respuesta y amenaza al Club que ella integra si es que seguimos reclamando. No se está haciendo un pedido indefinido. Se está planteando la posibilidad de un futbol inclusivo, donde los niños puedan jugar juntos hasta los 14 años como se hace en tantas otras disciplinas».
«Las diferencias de contextura física (si es que las hubiera) no pueden seguir siendo la excusa para prohibir a las niñas a seguir disfrutando del deporte que eligieron», expresaron.
La familia de Ambar, sus compañeros del club, sus profesores y dirigentes de ADCP no se oponen y entienden los cambios en la sociedad. «No queremos que dejen jugar a nuestras hijas por excepción. Queremos que sea su derecho y el de todas las niñas que así lo deseen».
Las infancias siguen creciendo a pasos agigantados, en otro escenario. El problema, sin dudas, es de los adultos. Con prejuicios siguen un lineamiento que tal vez habría que actualizar, escuchando a las infancias y dejando jugar a la pelota.
La carta completa del pedido del papá y la mamá de Ambar
Arranca un nuevo torneo de futbol en todas las ligas rionegrinas, y Ambar nuevamente será excluida. No la dejan jugar por ser nena, porque no existe la posibilidad de que nenas y nenes jueguen juntos según el reglamento de AFA. En realidad el reglamento no lo dice así específicamente, pero no hay intención de redactar una normativa que permita que esto suceda.
No hay un solo argumento para que esto no se permita. Ambar, como tantas otras niñas, vienen jugando con sus compañeros varones desde hace años.
En el caso de Ambar desde los 6 años, hasta el presente con 11 años. Nunca existió ningún problema ni en su club ni en los partidos por campeonato oficial jugando con otros nenes. No hubo problemas con los entrenadores, ni con los árbitros, y mucho menos con los compañeros de uno y otro equipo.
Ambar juega al futbol todos los días, en todos los escenarios, en el club y en el barrio, en la playa o en la calle. Lo hace con quien sea, con nenes y nenas de todas las edades. Si se lastima o se lesiona, será parte de su experiencia, de su crecimiento, al igual que el de cualquier otra persona.
La primera vez que se prohibió la inclusión de Ambar en un campeonato fue cuando cumplió 9 años. Los argumentos fueron los mismos, pero gracias a la insistencia, a la presión de los medios y al acompañamiento de su club, se logró que le permitan jugar por dos años más.
A partir de ese momento, fueron muchas las nenas que volvieron a jugar en un club ya que habían dejado de hacerlo cuando se encontraron con la prohibición. Muchas otras comenzaron a hacerlo desde entonces, motivadas por saber que no sólo podrían entrenar sino también competir.
Hoy la Liga Rionegrina no responde los pedidos en los que solicitamos que Ambar y el resto de las niñas de nuestra región puedan seguir jugando.
Directamente no nos brinda respuesta y amenaza al Club que ella integra si es que seguimos reclamando.
No se está haciendo un pedido indefinido. Se está planteando la posibilidad de un futbol inclusivo, donde los niños puedan jugar juntos hasta los 14 años como se hace en tantas otras disciplinas.
Las diferencias de contextura física (si es que las hubiera) no pueden seguir siendo la excusa para prohibir a las niñas a seguir disfrutando del deporte que eligieron.
Desde la AFA se viene promoviendo el futbol femenino y son muchas las voces que piden que se permita que los niños y niñas jueguen juntos hasta esa edad. El diseño de la camiseta alternativa que utilizó nuestra selección en Qatar, está inspirado en la igualdad de género y promueve los valores de la diversidad y la inclusión. Este es el mensaje que la AFA y sus dirigentes están pregonando.
Estamos convencidos de que las niñas tienen derecho a seguir compitiendo con sus compañeros, con los que vienen jugando desde hace años. También estamos convencidos de que la prohibición es una enorme injusticia que debe ser subsanada. Ningún niño debería pasar esta situación y si un reglamento (o un artículo de un reglamento) dice lo contrario, entonces es momento de modificarlo. La Convención sobre los Derechos del Niño nos habla del “interés superior”. La actual decisión de la Liga rionegrina es discriminatoria y excluyente, porque hoy no existe una liga femenina para niñas de su edad. Y ese interés superior, siendo este su deseo y su derecho, no puede ser pisoteado por ningún reglamento.
Nuestra propuesta es que la Liga Rionegrina sea pionera en el país reglamentando y permitiendo que las niñas y los niños entrenen, se diviertan y compitan juntos hasta la edad de 14 años.
Los cambios están llegando, pero para que no queden más niñas relegadas de manera injusta debemos acelerar los tiempos y actuar de forma concreta en esa dirección.
No queremos que dejen jugar a nuestras hijas por excepción. Queremos que sea su derecho y el de todas las niñas que así lo deseen.
La infancia es ahora. Seguramente si se incentiva y se estimula que las niñas jueguen al fútbol, en un futuro la cantidad de jugadoras permitirá que haya una liga de nenes y otra de nenas. Mientras tanto, sólo existe la posibilidad de una decisión que no sea lesiva para sus derechos: déjenla jugar.
M. Lorena Fontao (Máma de Ambar)
Sebastián Santa Cruz (Papá de Ambar)
Comentarios