Ruta 23: tramos de ripio destruidos e intransitables generan malestar y quejas

Automovilistas no saben por que sector de la traza transitar debido a las numerosas dificultades que presenta la ruta en los tramos de ripio entre Jacobacci y Dina Huapi.

“Es un desastre. No se puede andar” afirmó visiblemente enojado Ignacio, un turista de Capital Federal que ayer a la tarde unió Las Grutas con Bariloche por la ruta nacional 23. El hombre viajaba junto a su familia en un vehículo mediano y en la zona de La Fragua, una gran piedra golpeó el chasis del rodado causándole un importante abollón.

Los tramos de ripio entre Jacobacci y Dina Huapi están muy deteriorados y generan malestar en los automovilistas. La situación se registra en la época que más transito tiene la principal vía de comunicación del sur de la provincia de Río Negro. Y es recurrente en cada verano.

Un turista tuvo que parar en la zona de La Fragua porque una piedra le provocó un abollón en el chasis del vehículo. Foto: José Mellado.

Para los pobladores de Ingeniero Jacobacci, Clemente Onelli, Comallo y Pilcaniyeu, es fundamental que los tramos de ripio presentan buenas condiciones de transitabilidad, ya que con gran frecuencia tienen que viajar a Bariloche por cuestiones de Salud, Justicia y abastecimiento para sus comercios, entre otras.

Este fin de semana largo, cientos de turistas eligieron la ruta 23 para unir la cordillera con el mar y viceversa. Pero la desazón por el pésimo estado de los tramos de ripio, opacó el viaje.

Un guadal -colchón de tierra- cubre casi toda la traza de la ruta en la subida de El Caracol, en dirección este-oeste-. Foto: José Mellado.

“Antes de salir de Las Grutas, nos dijeron que estepa rionegina era muy atractiva y lo es, nos encantó, y que viniendo por la línea sur nos ahorrábamos muchos kilómetros. Por eso no lo dudamos y decidimos venir por la 23. Pero fue la primera y última vez. En el ripio viajamos prácticamente a paso de hombre por el pésimo estado y encima una piedra nos daño el auto. No vengo más por esta ruta” agregó el turista.

A las quejas de este turista, se sumaron las de los lugareños en las redes sociales.

40 kilómetros que se convierten en una odisea

En los 200 kilómetros que unen ambas localidades, hay tramos en los que la obra de pavimentación está en ejecución y se debe transitar por ripio. En algunos casos por la antigua traza y en otros por desvíos poco compactados y con escaso mantenimiento.

El serrucho es constante en todos los tramos de ripio. Foto: José Mellado.

En total no son más de 40 kilómetros. Pero en general el estado es deplorable. Piedras sueltas de gran tamaño, profundos pozos, cortes, zanjas, serrucho y guadales -colchones de tierra- son obstáculos permanentes que los automovilistas deber sortear conduciendo con mucha paciencia, agudizando el ingenio y la habilidad para no romper una cubierta, los amortiguadores, el caño de escapes o cualquier otra parte del vehículos.

Las mayores dificultades se registran entre el Puesto de Olate y la zona conocida como El Caracol. Además de las piedras, serrucho y pozos, justo en una subida muy empinada, y en cercanías de una curva, se formó un gran guadal que abarca prácticamente toda el ancho de la ruta. La misma postal se ve unos metros después de bajar la zona en dirección a Comallo.

El desvío en la zona de la Estancia El Cóndor con piedras sueltas, serrucho y cortes. Foto: José Mellado.

Por otro lado, entre La Fragua y “subida” de la estancia El Cóndor, la traza presenta grandes piedras sueltas y otras que asoman de suelo, pozos, serrucho y cortes.

Quedó señalizado el tramo de asfalto entre Jacobacci y Clemente Onelli

La empresa Equimac completó los trabajos de señalización horizontal en el pavimento del tramo entre Jacobacci y el acceso a la Estancia La Beatriz. En este tramo, la obra de pavimentación presenta un importante grado de avance. Actualmente se construyen dos puentes sobre el arroyo Huahuel Niyeu.

El tramo entre Jacobacci y Clemente Onelli quedó señalizado. Foto: José Mellado.

Unos 35 kilómetros de pavimentos fueron habilitados hace uno tiempo, pero carecían de señalización horizontal. En este sentido la demarcación incluyó eje de calzada central, bordes y flechas, que mejoran notablemente las condiciones de conducción y la visibilidad nocturna.


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