Los piletones del río Manso invitan a un chapuzón en este paraíso entre Bariloche y El Bolsón

A 66 kilómetros de Bariloche y 55 kilómetros de El Bolsón, esta maravilla natural convoca cada vez a más turistas en la cordillera. Cómo llegar, qué precauciones hay que tomar y por qué los lugareños insisten en recordar que el último tramo es un sendero de montaña.

El agua turquesa del río Manso ofrece tonalidades diferentes según el momento del día, la intensidad del sol, las nubes. Siempre impacta con su belleza, pero sobre todo en la zona de los populares piletones donde la profundidad impide hacer pie y la falta de corriente hace olvidar que se trata de un río rápido de cordillera, donde unos metros más adelante se practica rafting.

Los piletones del Manso cada vez son más populares. Las fotografías y videos que recorren a diario las redes sociales invitan a un chapuzón y por eso por día llegan a la zona unas 300 personas que replican la belleza natural del lugar.

El verano es la mejor época para visitar los piletones que tienen una formación rocosa singular en el río.

Para acceder, una vez estacionado el vehículo, se debe caminar unos 200 metros hasta la confluencia de los ríos Villegas y Manso, que tienen amplio espacio para pasar una tarde. Y se toma un sendero de montaña que parte a la derecha.

Por momentos tiene pendientes, muchas raíces, tierra suelta, pocas barandas y sectores demasiados angostos, por lo que implica caminar con mucha atención y principalmente con calzado adecuado (zapatillas). Los lugareños insisten en remarcar que es “una senda de montaña”.

Alto vuelo. Para una zambullida en un tramo más profundo del río. Foto: Alfredo Leiva

Son no más de 20 minutos de caminata, siempre bordeando el río Manso en altura.

Una vez llegado a la zona de los piletones, se puede acceder a un mirador cuyo camino está marcado con una baranda de madera (a la izquierda). La vista es imponente y se puede tomar real dimensión de la roca alisada, del pozón y de la profundidad del río.

Un espectáculo. Para disfrutar con reposera y todo. Foto: Alfredo Leiva

Pero para zambullirse en el piletón hay que continuar por la senda unos pasos más, hasta las escaleras de palos que bajan al ras del agua.

En este lugar se puede encontrar un reducido espacio de arena en la orilla, que dependiendo de cómo esté el caudal, puede estar cubierta con agua (como este verano) que no llega más arriba de las rodillas e incluso en algunos tramos solo cubre el empeine del pie.

$500

es el valor este verano del estacionamiento en la zona de la confluencia de los ríos Manso y Villegas, desde donde se accede a los piletones.

Luego aparece la enorme roca alisada que se vislumbra en tono ocre debajo del agua. Muchos instalan reposeras allí para estar con los pies en el río y otros buscan un lugar (difícil de encontrar los fines de semana) sobre la pared lateral, bajo la sombra.

En medio de esta roca lisa se formó naturalmente un hueco que parece un pozón tallado a mano y que daría el nombre al lugar. Es reducido este pequeño pozón, pero ideal para que se refresquen los más chicos o quienes no se atreven a las profundidades del curso de agua.

Del agua además surgen ramas y troncos de árboles que alguna vez estuvieron en pie en los alrededores, por lo que se debe tener especial cuidado al ingresar al río en esta zona.

Pero para los que se atreven, lo mejor está en el medio del curso de agua, arrojarse y nadar o simplemente flotar en el Manso da una sensación placentera, de estar solo en la inmensidad porque aunque uno mire hacia abajo y el agua sea transparente, es tan profundo el lecho del río que no se llega a visualizar el fondo. El entorno le imprime mayor belleza, rodeado de árboles enormes, frondosos, con mucho verde.

¡Splash! Un chapuzón inolvidable. El curso del río en profundo pero en este tramo no tiene la fuerza que toma más adelante. Foto: Alfredo Leiva

$600

cuesta la lata de cerveza fría en uno de los puestos de venta que se ubican en el descanso. Allí también ofrecen agua mineral, miel casera, productos a base de sauco, entre otros.

$1.000

sale un mega sandwich de jamón, queso, tomate y lechuga en pan casero, tamaño XL.

Hay quienes cruzan nadando el río y permanecen al otro lado, con mayor privacidad. El agua frena su corriente rápida en esta zona, que luego retoma río abajo. Y en las cercanías, antes de llegar a los piletones o después, hay costa de río con remansos donde se puede permanecer un poco más alejado de la multitud porque si el día es caluroso y de sol pleno, hay tanta gente abarrotada que parece una de las playas céntricas de Las Grutas, en espacio super reducido.


Cómo llegar a los piletones del río Manso


Para llegar a la zona de los piletones se debe acceder por el camino de ripio que se inicia en la ruta nacional 40 a la altura del poblado de Río Villegas, en el kilómetro 1971 (hay cartel de rafting y también del camping Co-Huinco).

Si se va desde Bariloche, ubicada a unos 66 kilómetros al norte, se accede antes de cruzar el puente (1 kilómetro antes del puesto de Gendarmería), en la senda vehicular a la derecha. Desde El Bolsón, la distancia es de 55 kilómetros.

Unos metros más adelante de los piletones se practica rafting, pero a veces pasan balsas en modo «paseo». Foto: Alfredo Leiva

Allí es jurisdicción del parque nacional Nahuel Huapi y de la comunidad mapuche Huenchupán, que tiene 40 familias en una amplia extensión de territorio en esta zona.

El camino vehicular atraviesa el territorio de la comunidad paralelo al río Villegas y cruza por el medio el camping Co-Huinco, que se inauguró en 2015. En este punto generalmente una persona del camping ofrece los servicios de estadía diurna, acampe y rafting.

Pero si se quiere llegar a los piletones hay que avanzar unos metros más por el camino. Hay otro camping y el área central de la comunidad mapuche y unos metros más adelante se llega al estacionamiento que administra la comunidad Huenchupán, con un sistema rotativo entre familias.

Una casilla de madera y una barrera con un cartel indican que ese estacionamiento es pago, tiene horario ampliado en verano de 9 a 20 y la tarifa para autos es de 500 pesos la estadía. No se cobra por persona y no está permitido ingresar a esa área, que es parque nacional, con mascotas.

Delicias regionales elaboradas por las comunidades Hunechupán y Millalonco Ranquehue (de Bariloche). Un recomendado: jarabe de sauco. Foto: Alfredo Leiva

Al dejar el vehículo empieza la aventura en el bosque. Hay servicios de baños y también puestos de venta de comidas, bebidas y productos regionales que elaboran las familias de la comunidad. También, antes de llegar a la confluencia de los ríos Manso y Villegas, hay un área recreativa y desde allí bajan las balsas del rafting familiar que se puede practicar en la zona.


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