Descartan mal de la “vaca loca” en la Patagonia

VIEDMA (AV).- Expertos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) descartaron en Viedma que Argentina, y especialmente en la Patagonia, pueda llegar a aparecer hacienda con el “mal de la vaca loca”.

Para ello se basó en procesos de investigación de estricto rigor científico que se desarrollaron en el país.

También fue rechazado de plano que se puedan dar casos en humanos, en virtud de la rigidez de los controles sanitarios que a su vez están fiscalizados por la Organización Internacional de Epizootias (OIE).

El hecho fundamental es que los campos argentinos siempre se destacaron por las buenas pasturas, siendo innecesario en consecuencia el alimento balanceado para animales, elaborado en base a harinas de carne y huesos, cuyos orígenes sean bovinos u ovino.

Junto a esa prohibición del uso de harinas, el delegado regional de ese organismo, Santiago Escardo, enumeró como restantes argumentos la veda de ingreso de animales de países afectados por la enfermedad y normatización en la importación de carnes y leches, derivados de los países que tengan la enfermedad, al igual que el semen vacuno o los embriones.

La prohibición se extiende al ingreso de alimentos como la carne o productos elaborados con partes de vacas, ovejas y cabras de 20 países de Europa.

Para la fabricación de especialidades medicinales, en aquellos casos que se utilicen materias primas importadas de origen bovino y ovino, éstas deberán contar con certificado sanitarios. En el caso de especialidades medicinales importadas también existen los mismos requisitos.

Todas estas medidas fueron acompañadas por resoluciones del Senasa desde 1990, de acuerdo a las recomendaciones de la OIE, lo que “le otorga al país ser libre del mal que científicamente se lo conoce que Encefalopatía Espongiforme Bovina (BSE)”, insistió el funcionario.

En base a las normas internacionales, el Senasa y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), con el apoyo de sectores privados como la Asociación de Productores, y de las industrias cárnicas y farmacéutica, implementaron un programa contínuo de vigilancia epidemiológica en el Mercado Nacional de Hacienda de Liniers, plantas de faena donde se extraen cerebros de bovinos mayores de cinco años y ovinos mayores de dos años para monitoreo contínuo.

Los procedimientos se completan con la toma de muestras de cerebros bovinos y ovinos de casos de campo enviados por veterinarios de los servicios oficiales y privados, de ciervos provenientes de Junín de los Andes que fueron enviados a faena y de llamas jujeñas.

Según Escardó, “en ninguno de los casos revisados en los estudios histopatológicos presentó lesiones compatibles con las de BSE”.

Los trabajos en los que intervinieron laboratorios oficiales de distintos puntos del país reunió 4.855 muestras.

En lo próximos meses, los expertos del INTA-Castelar, Roberto Blanco Viera y José Carrillo, efectuarán monitoreos en la plantas frigoríficas de la región.

En Europa

La Encefalopatía Espongiforme Bovinas (BSE) o “enfermedad de la vaca loca”, es mortal y ataca el sistema nervioso central de los bovinos produciendo un 100% de mortalidad.

En Inglaterra existe una Encefalopatía denominada Scarpie que afecta al ganado ovino y caprino. El agente causal es el Prion. El mecanismo desencadenante de la enfermedad es la alimentación de animales con suplementos a base de harina de hueso y carne contaminada con el agente de la Scarpie.

El documento confeccionado por Escardó menciona que la “enfermedad de la vaca loca” fue descripta en Inglaterra en el año 1986. En ese país se produjo una epidemia en 1992 con 36.681 casos en animales bovinos. Los casos registrados en Europa desde el inicio de la enfermedad hasta la fecha son 180.500.

El experto señaló que en 1997 se confirmó la transmisión de los bovinos al hombre. Hasta ese año sumaban 23 casos en Inglaterra. Hasta el presente se detectaron 100 personas afectadas con CDJ en Europa. (AV).