Elecciones en Roca: el sorismo y su camino en soledad, a suerte y verdad
La convocatoria para el 12 de marzo muestra el instinto de supervivencia de un sector sin pertenencias rígidas a nivel nacional.
El instinto de supervivencia del sorismo llevó las elecciones municipales de Roca a una fecha inédita.
No hay paraguas nacional que proteja. No hay proyecto provincial que acompañe. Y no hay ascendencia como para pensar en los resultados locales como eventual viento de cola para dirigentes de otras ciudades.
El oficialismo local jugará solo el 12 de marzo. Y paradójicamente, lo hará con su propia historia a favor y en contra.
Diluido su poder desde la derrota provincial del 2019, esquivando las esquirlas del tercer puesto en las elecciones legislativas del 2021, el proyecto político que nació en el 2003 enfrenta dos décadas después la misma necesidad de reinventarse.
Carlos Soria había perdido la gobernación y el riesgo concreto de atravesar la puerta de salida de la política provincial lo empujó hacia la candidatura a intendente.
Varias veces confesó en público que nunca se le había cruzado por la cabeza ser jefe comunal, un cargo que ejerció con un ímpetu y estilo que le permitieron convertirse en gobernador en el 2011.
Sus hijos aprovecharon legado e imagen del exmandatario. El primer traspaso de mando familiar fue tras las elecciones del 23 de octubre del 2011, con Soria padre recientemente electo gobernador y el mismo día que Cristina Fernández de Kirchner fue reelecta presidenta.
Hoy la foto es bien diferente. En primer lugar, porque el recuerdo del exgobernador es cada vez más difuso. Ningún roquense menor de 30 años vio jamás su nombre en una boleta.
La imposibilidad de anclarse a otras figuras a nivel provincial y nacional representa otro problema, aunque el oficialismo roquense hizo de ese dilema una oportunidad.
Ocurre que el sorismo nunca fue 100% kirchnerista, como tampoco albertista ni massista.
Y como no tiene las obligaciones derivadas de la pertenencia a cualquiera de esos credos, pudo correr tranquilamente hacia la fecha más cercana al inicio de año, muy poco después de la Fiesta de la Manzana, confiando todavía que esa celebración ofrece réditos electorales.
Será entonces una disputa híperlocal, centrada en lo que hizo, lo que pudo y lo que dejó de hacer el sorismo por el desarrollo roquense.
Si consiguen renovar o mantener las expectativas de la mayoría, habrá una puerta abierta para recorrer el mismo camino de reconstrucción personal y colectiva que transitó Carlos Soria.
Frente a ellos, ayer se activó una campaña que durante dos meses repetirá que 20 años es demasiado tiempo para una misma familia en el poder.
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