El río, el cielo y una plegaria para Any en medio de la Regata
Fue un día a pura emoción para la Regata del río Negro. La tercera etapa llevó el nombre de Analía Castro, la palista y docente que nos dejó el año pasado. Al final del parcial, fue homenajeada en la isla 58 de Villa Regina.
La celebración más allá de la ausencia. La memoria, el recuerdo, el homenaje sentido para alguien que dejó la estela de su existencia impregnada en cada persona que la conoció, en el río o en la vida. La Regata del río Negro le rindió tributo a Analía ‘Any ‘ Castro, una hija de esta travesía fallecida en noviembre pasado.
Se sabía que la tercera etapa de esta edición iba a tener una carga emotiva especial. La organización decidió homenajear el parcial con su nombre y en la llegada de la etapa todos esperarían al bote N° 140.
Ricardo Ovejero, quien fuera su compañero en la Regata y su pareja en la vida, entendió que la mejor manera de recordarla sería corriendo esta prueba que fue tan significativa para ambos.
Convenció a Valeria Svampa, docente como lo fue Analía, y que jamás se había subido a un bote, a correr junto a él en esta edición. Any y Ricky se casaron al final de la Regata del 2021, cuando ella ya peleaba contra su enfermedad.
“Podemos decir que remo hace cuatro meses pero en realidad si me subí una docena de veces al bote antes de empezar esta Regata, es mucho”, nos dice esta allense que no pudo con su emoción apenas se bajó de la embarcación en la Isla 58 de Regina.
“Estoy feliz, por mí, por mi compañera de bote… la de ahora y la de antes”, suelta Ricky Ovejero apenas se baja de la embarcación que compite en K2 travesía mixtos C y que lo trajo desde el balneario de Ingeniero Huergo para esta tercer etapa.
“Venimos remando con amigos, nos sacudimos como en los viejos tiempos tal como lo hacíamos con Any. Ahora lo hago de la misma manera con Valeria. Pero la verdad es que me tiembla todo”, reconoce Ricardo.
“No me pude salir del significado que tiene esta etapa, traté de enfocarme en la carrera, pero la verdad es que no pude. Ella está muy presente en mí y te juro que es todo alegría. De principio a fin. Any fue una mujer que siguió todos los mandatos: siempre fue buena alumna, buena compañera, buena hija, buena todo… Y en el canotaje encontró su liberación completa”.
“Sabemos que desde el cielo la Flaquita está con nosotros en el bote. Para mí tiene un enorme significado haber terminado esta etapa. Ella me pidió antes de partir que remara con Ricky. Y acá estamos”, agrega Valeria.
Hace varias regatas atrás, en uno de esos campos del Valle Medio y no tanto, entre la ruta 250 y el río, donde la Regata suele usar de punto de partida para alguna de sus etapas, a la sombra de un olivillo Castro le confesó a este cronista: “Yo le tengo fobia al agua, me aterra el río, el mar… Es por eso que estoy remando, como terapia, para espantar a los fantasmas”. Any logró mucho más que eso y hoy su gente celebra en su memoria.
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