Las verduras agroecológicas suman más adeptos en la feria franca de Bariloche
El número de feriantes varía año a año, según la producción. Pero son 46 familias que ofrecen distintos productos en la plaza Belgrano cada sábado de 11 a 15.
A pocos minutos de que la Feria Franca comenzara a funcionar, ya había cola de gente aguardando para ser atendida en la Plaza Belgrano. Es el sexto sábado de esta temporada 16 en la que productores de Bariloche y la región ofrecen frutas, verduras, huevos, dulces, plantines y artesanías.
«Vamos a estar acá todos los sábados de 11 a 15, hasta que nos corra el clima. Esperemos que sea en abril», señaló Fabiana Goye, vicepresidenta de la asociación Feria Franca.
Unas 46 familias están involucradas en el proyecto de producción de Corralito, Arroyo Chacay, Llanquín, Nirihuau, Dina Huapi, Mallín Ahogado, El Bolsón, El Manso, Foyel y el oeste de Bariloche.
«Sin dudas, la verdura agroecológica tiene otro gusto«, le comentaba una mujer a otra en una de las filas.
El movimiento empezó a las 10 muy de a poco, mientras los productores preparaban los stands y la gente comenzaba a recorrer consultando precios.
Goye explicó que el parque Nahuel Huapi cedió en comodato a la Subsecretaría de Agricultura Familiar un predio en Tiscornia y Bestchedt a fin de que la asociación pueda habilitar un espacio físico propio. «Estamos evaluando de qué manera construir», dijo.
Este año, una cooperativa de producción de Roca se sumará a la Feria Franca. «Son un grupo de familias que producen en chacras. Van a traer cosas que acá no tenemos, como duraznos», señaló.
En los últimos años, la oferta se fue expandiendo: verduras agroecológicas, plantines, aromáticas, flores, fruta fina, abonos y fertilizantes, leña, huevos, dulces (también de verduras, como cebolla, remolacha y berenjenas), miel, disecados, infusiones, panificados y artesanías. Además, se promociona el turismo rural.
«Este espacio posibilita la venta directa del productor al consumidor y potencia, de alguna forma, la producción local que se había perdido con la invasión del turismo. Fuimos perdiendo la cultura del productor. Por otro lado, se trata de fortalecer el respeto por la alimentación sana», manifestó Goye.
«Hoy verdura fresca. Haga la cola aquí«, indicaba un cartel de uno de los puestos más concurridos.
Andrea, del barrio Nahuel Malal, era una de las tantas personas que esperaba junto a su pareja. Tenía cinco personas adelante. «Yo como agroecológico desde hace muchos años. A veces, voy a El Bolsón a buscar verdura, pero la ruta está medio fea. Hay una chacra en el cruce a Virgen de las Nieves, pero es más cómodo venir acá a la feria», comentó la mujer.
Más atrás, Laura, de Playa Serena, reconoció que concurre a la feria «siempre» que puede. «Cuando no se puede, voy a la verdulería. Pero prefiero la verdura orgánica. Debería haber ferias como estas en todos lados. La gente va tomando consciencia del veneno que tienen las verduras. Es antisano», afirmó.
Vanesa y Adrián Marchessi, productores del barrio Pinar del Lago en Bariloche, acomodaban los últimos plantines y aromáticas.
«Vendemos plantines de huerta, aromáticas, suculentas, verduras de hojas y panificados que hacen nuestras hijas. Estamos desde el 2013 cuando traíamos el excedente de verdura y de a poco, nos fuimos afianzando«, relató la responsable de «La Bruja suculentas».
Contó que la familia se abocó a las plantas porque fue lo que generó «la salida económica». «Tenemos un terreno chico de 800 metros cuadrados, por eso, nos convenían los plantines de huerta, las aromáticas, las suculentas. La feria nos dio el espacio que necesitábamos», agregó Vanesa.
Natalia Fatun, productora de El Manso, acomodaba las bandejas de frambuesa y los frascos de dulce ante la mirada atenta de los primeros compradores. «Esta es una buena posibilidad para mostrar lo que producimos en el campo, conocer gente e intercambiar saberes. Cada vez se suma más gente porque muchos apuestan a la alimentación saludable con productos orgánicos», comentó.
La cantidad de feriantes varía año a año, según el nivel de producción. «Nosotros, por ejemplo, el año pasado, tuvimos problemas con una mosquita y la producción de frambuesas fue mala. Este año, por suerte, es mejor. Cosechamos al fruta apenas sale», explicó.
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