«¡Me dio la mano con la que atajó los penales!» El Dibu Martínez paró a cargar nafta en un pueblo de 400 habitantes
Iba a Mar del Plata y al bajar la ventanilla los dos playeros lo reconocieron y conversaron con él. "No lo podíamos creer. Qué tipo sencillo y amable", comentó uno de ellos. Ocurrió en Napaleofú, a 50 km de Tandil y a 63 km de Balcarce en la provincia de Buenos Aires.
“Cuando tu paz pueblerina se ve alterada por la llegada del mejor arquero del mundo”, escribió en su cuenta de Instagram el representante de Dibu Martínez, Gustavo Goñi. Ocurrió ayer, cuando una de las grandes figuras de la Selección Argentina campeona del mundo paró a cargar nafa en una estación de servicio de un pueblo de 400 habitantes en la provincia de Buenos Aires, cuando viajaba hacia Mar del Plata, su ciudad, la que le dio un multitudinario recibimiento.
Cuando el Dibu detuvo la marcha de la camioneta en la YPF de Napaleofú, una pequeña localidad ubicada en el sudeste de la provincia de Buenos Aires a 50 kilómetros de Tandil y a 63 kilómetros de Balcarce, el playero no podía creer lo que veía.
Primero se bajó un joven que le pidió a Marcelo que le llenara el tanque. “Lo primero que vi fue que el chico tenía tatuada la Copa del Mundial, pero nunca imaginé que el ‘Dibu’ Martínez era quien manejaba”, contó aún sorprendido Marcelo.
El conductor de la camioneta bajó el vidrio polarizado y con una sonrisa le dijo: “Hola. ¿Te sorprendiste, no?”.
“Frente a mis ojos tenía al mejor arquero del mundo. No lo pude abrazar porque no se bajó de la camioneta, pero le pude dar la mano. ¡La mano con la que atajó los penales!”, contó emocionado a TN.
Marcelo le pidió si se podía sacar una foto y el arquero aceptó con una sonrisa. Y agregó que le dijo que si había algún compañero en la estación de servicio lo llamar así también se sacaba una foto.
/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/artear/5EJU5EHI2RC45ILFAZEKKPYKEQ.JPG)
“A los gritos lo llamé a Jonathan que estaba en la oficina y vino corriendo. En total nos sacamos tres fotos. Es un tipo muy sencillo, cordial y muy amable”.
El Dibu les contó que iba camino a Mar del Plata y que el jueves viaja para Inglaterra.
“Nos alegró la tarde. El pueblo que tiene unos 400 habitantes está revolucionado por la visita. En la estación de servicio por la mañana o por la nochecita suele haber gente. Pero a la hora que pasó estábamos nosotros dos nada más. Yo creo que cuando vuelva a Buenos Aires va a pasar por acá y nos vamos a reencontrar y será muy bien recibido”, concluyó Marcelo.
Comentarios