Ahora que pasaron las fiestas, ¿cómo nos aliviamos tras los excesos?

Pasó la primera de las fiestas y probablemente nos hayamos excedimos un poco con la comida y bebida. Es común sentirse pesado y somnoliento, pero antes de caer en la automedicación, hay algunos consejos que nos pueden ayudar a aliviar esta molestia.

Pasó la Navidad y nos dimos el espacio para ciertos excesos en términos de comida y, por qué no, bebida. Es normal que, al menos desde ayer, tengamos una sensación de pesadez y malestar, como ocurre después de cada celebración grande.


Probablemente, muchos dijimos “el lunes arranco la dieta”, pero debemos ser honestos: a pocos días de Año Nuevo, con visitas de familiares y con el verano cada vez más intenso, es difícil que podamos respetarlo. Entonces, ¿qué solución tenemos a mano?

En principio, calmarnos. No es tan grave un exceso cada tanto: el problema es cuando se repite frecuentemente a lo largo del tiempo. En segundo lugar, saber que la mejor forma de evitar el malestar siempre es la prevención. Pero, como ya nos excedimos y las molestias se hicieron presentes, tenemos que buscar alguna ayuda. Y es aquí donde aparece la tan famosa “desintoxicación” entre fiestas.

En una interesante entrevista con la sección “Mejor con Salud” del medio español AS, el médico especialista en hematología Manuel Viso, de respetada trayectoria en el Hospital San Rafael de La Coruña, dio una serie de recomendaciones para afrontar los días post fiesta.

Antes que nada, el especialista explica por qué nos sentimos tan mal durante la resaca y aclara que “el alcohol deshidrata e inhibe la hormona antidiurética, por eso orinamos más. Así perdemos más agua y, también, más minerales, azúcar y sal. De ahí que nos apetezcan más las comidas fuertes que otras saludables cuando estamos con resaca”.


Lo que sí



Viso recomendó algunos pasos importantes para recuperarnos lo antes posible. El primero, y quizás el más importante, tiene que ver con beber agua frecuentemente. Si de por sí es importante tomar bastante agua diariamente, en caso de resaca se recomienda aún más. En este sentido debemos tener en cuenta que el agua representa más del 50% del peso corporal de una persona, por lo que se recomienda como mínimo beber alrededor de 2 litros diarios de agua.

Otro tipo de infusiones también se recomiendan, como es el caso de un té, algún exprimido natural y hasta las famosas bebidas isotónicas.

He aquí el segundo -y quizás el más difícil- punto: comer bien y con calma. Además de comer ligero, necesitamos hacerlo lentamente, masticando los alimentos como corresponde. Una de las mejores recomendaciones es alimentarnos cada algunas horas, con porciones pequeñas y alimentos -en lo posible- frescos.

La primera clave es el agua: la resaca genera deshidratación, por lo que debemos beber bastante agua (o jugo natural) durante el día.


Las frutas y vegetales son otra gran herramienta. Además de ayudar a la hidratación, nos aportan los nutrientes y la fibra que regularizarán nuestra situación intestinal. Los jugos naturales son una gran apuesta, sobre todo si los consumimos a primera hora de la mañana, incluso antes del desayuno (o durante).

No solo eso: según varios estudios, ingerir hasta 600 gramos de frutas y verduras diariamente nos ayuda a reducir entre 20 y 30% el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Obviamente, la famosa dieta aparece como otra recomendación. Pero tampoco es necesario hacer un plan demasiado elaborado: en principio, basta con reducir el consumo de azúcares y postres; tratar de cambiar grasas saturadas -que ralentizan la recuperación- por grasas saludables (palta, pescado y aceite de oliva, por ejemplo); y finalmente incorporar algún caldo para recuperar energía.

Incorporar frutas y verduras nos permitirá sentirnos mejor.


El quinto paso es uno de los que más se discuten, porque mucha gente considera que estando de resaca es necesario pasar el día en la cama. Y no, todo lo contrario: hacer ejercicio es una de las mejores soluciones.

Caminar un rato, realizar algunos ejercicios de estiramiento, agarrar la bicicleta al menos media hora… cualquiera de estas actividades nos ayudará a aliviar la pesadez y, al sentirnos mejor, se retroalimentará pues tendremos más ganas de activar el cuerpo.


Lo que no



Hay muchos mitos respecto a cómo sobrellevar una resaca o un exceso en la comida, y la mayoría de estos son contraproducentes.

El Dr. Viso señaló, por ejemplo, que no se recomienda consumir café porque puede generar un daño estomacal, de la misma forma que tampoco es real el famoso “la resaca se cura tomando más”: en todo caso podemos sentir la sensación de encubrimiento, pero no hay un alivio real.

Después de la resaca podemos sentir muchas ganas de comer algo “pesado” (una hamburguesa, por ejemplo), pero no es recomendable porque puede aumentar el malestar estomacal.


Además, se recomienda evitar el consumo de carnes, harinas blancas, embutidos, postres, frituras, chocolate o lácteos.

Si bien se sugiere descansar bien después de un exceso, esto no debe confundirse con ser sedentarios: necesitamos levantarnos de la cama y hacer actividad física, porque eso nos hará sentir mucho mejor.

Por último, y no menos importante, no se recomienda jamás la automedicación: podemos causar más molestias y esto puede tornarse un problema mayor.

Queda claro: cuidarnos depende de nosotros. Lo mejor siempre es evitar los excesos, pero si entre fiestas no lograste esquivar el problema, es momento de ponerse las pilas. Hidratarse bien, comer sano y lento, hacer actividad física y esperar a que el malestar se vaya de a poco. Y ahora sí, ¡felicidades!


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