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Entrevista con Benito Cerati: «Shasei», su música y por qué le puso su nombre a su nuevo disco

En su debut solista tras casi una década al frente de Zero Kill, el hijo de Gustavo Cerati ofrece una decena de canciones de una gran riqueza sonora y lúcida lírica. En un diálogo con RÍO NEGRO, cuenta cómo dio este nuevo paso estético y creativo.

Benito Cerati fue un beat antes de nacer. Su corazón, latiendo intenso desde el vientre de su madre Cecilia Amenábar, cerraba “Te llevo para que me lleves”, primer corte de “Amor amarillo” (1993), el disco con el que Gustavo Cerati, papá de Benito, claro, comenzaba su camino solista con Soda Stereo aún vigente. En “Te llevo para que me lleves”, esa canción de amor entre un hombre y una mujer que esperaban la llegada del primogénito para llevar y ser llevados por él, el pequeño Benito es música con la fuerza natural de su corazón.

Como si aquellos latidos, sus propios latidos, convertidos en arreglos de percusión a la salida de una serie de sonidos sampleados tan propios de aquel Cerati (Gustavo), hubiesen dejado marca genética, este Cerati (Benito) hizo música desde pequeño jugando con los sonidos, moviéndolos, rompiéndolos y volviéndolos a armar, desacomodándolos y volviéndolos a acomodar de un modo diferente.
De todos los proyectos musicales, entre aquellos caseros y lúdicos y los otros, menos caseros, pero igual de lúdicos de su adolescencia, fue Zero Kill con el que decidió comenzar, podríamos decirlo así, una carrera formal en la música. Experimental, catártico, Zero Kill funcionó, entre otras cosas, como un laboratorio creativo, estético y a la vez personal, donde Benito encontró mucho más que un sentido a sus intereses musicales.


«Agujero negro» – Primer corte de «Shasei», de Benito Cerati



El proyecto Zero Kill dejó cuatro discos: “Trip Tour” (2013), “Alien Head” (2016), “Unisex” (2018) y “Lapsus” (2020). Un corpus de obra ecléctico que dio forma, entre otras cosas, al artista que es hoy Benito Cerati, un artista que decidió que era el momento de ponerle su nombre, pero sobre todo su apellido, a su música. En una extensa entrevista telefónica con RÍO NEGRO, Benito Cerati (Santiago de Chile, 1993) habló de “Shasei”, su flamante primer disco solista, de por qué decidió ponerle su nombre a su música, de su recorrido creativo previo, entre otros temas.

Shasei es un disco más personal y mucho más cancionero también».

Benito Cerati.


Para entender “Shasei”, Benito regresa a Zero Kill, al que explica como “un camino que tomé como a modo de desafío, de la música como un desafío. Cosas disonantes, que tuviesen estructuras que no son las típicas que entendemos por canción. Sugerir algo y llevarlo a otro lugar, un lugar que pareciera que no iba, ese tipo de cosas. Como que en Zero Kill tenía esa idea y mucho más metafórica y abstracta en cuanto la lírica. La diferencia que tiene con ‘Shasei’, y por lo que decidí que llevara mi nombre, es que este es un disco más personal, mucho más cancionero también. Lleva como una marca de estructura más clásica de canción, más pensada desde un lugar más melódico y sensible respecto de lo que sucedía en Zero Kill”.

Benito Cerati editó «Shasei», su primer disco solista tras diez años al frente de Zero Kill. (Foto: prensa Benito Cerati)


Benito cuenta que siempre hice música, que grababa discos caseros, pero que los hacía para él algo hacia mí porque me divertía hacerlos, simplemente. No tenía mucha intención de hacerlo conocido. Mientras, fue coautor junto a su padre de canciones de los discos “Ahí vamos” y “Fuerza Natural”.
En 2012, formó su proyecto musical Blank Tiger, al que rebautizó, al año siguiente como Zero Kill. “Mi intención con Zero Kill nunca fue explotar la banda y que sea la mejor banda de mundo, siempre lo tomé como un vehículo de ideas”, describe Benito. “El primer disco salió por una necesidad de expresar ciertos demonios, sacarlos de mí y poder estar un poco más liviano”. “Trip Tour” está marcado sobre todo por el coma de su padre Gustavo, tras el accidente cerebro vascular de 2010.

Cada disco de Zero Kill tuvo sus influencias. “En el primero hay una mezcla entre samplers de canciones pop dadas vueltas y distorsionadas con cosas más electrónicas oscuras. El segundo tiene como algo más industrial; el tercero fue el más conocido de la banda con cosas de Nirvana, el sonido de Manchester y el último fue más de rock gótico del tipo de The Cure”, revela Benito.


«Buenos días amor» – Segundo corte de «Shasei», de Benito Cerati



Así, llegamos a “Shasei”, su primer trabajo firmado con su nombre y apellido: “En lo personal, la búsqueda es distinta porque si bien el proceso fue el mismo, como de buscar el ruido, lo poco fácil, creo que ‘Shasei’ representa como la puerta de entrada a mi música, es lo más accesible que he hecho. Y me pareció ideal que esa puerta de entrada tuviese mi nombre. Un poco tuvo que ver con eso y otro poco con lo personal que es la lírica de este disco que para mí es la primera vez que remite a algo que es personal, es un disco en el que me inspiré mucho en mi adolescencia, en experiencias que pasaron cuando era más chico y, al tomarme de cosas personales no hay nada personal que el nombre de uno, ¿no? Era como un disco que tenía que llevar mi nombre”.

Todas las canciones son nuevas musicalmente, en cambio líricamente agarré como bocetos de cosas escritas cuando era chico».

Benito Cerati


Acerca de lo que puede significar para él como artista y para su música el hecho de reintroducir el nombre Cerati en la escena, Benito lo tiene claro: “Todo lo que hago en la música y como llamo a las cosas tienen que ver con un concepto puramente artístico, no tiene que ver con cómo lo van a ver o de qué forma, eso algo que viene con la gente. Que este trabajo y no los otros, lleve mi nombre es una elección puramente estética. No tiene que ver con lanzarme al mercado con mi nombre, no lo pienso así”.
“Shasei” contiene diez canciones inéditas, inspiradas en sus experiencias durante la adolescencia, la intensidad de los primeros encuentros amorosos, errores cometidos, el paso del tiempo y la convivencia entre la naturaleza y la tecnología.

Portada de «Shasei», primer disco solista de Benito Cerati.


Para la composición del nuevo material, Benito se nutrió de la música ambient y de soundtracks de películas de espionaje, logrando un disco con un sonido barroco y muchas capas espaciales, nocturnas y sensuales. Producido por Estanislao López y el propio Benito, “Shasei” cuenta con una larga lista de brillantes colaboradores entre los que se destacan Lito Vitale, Gillespi, Alejandro Terán y Carlos Casalla.
Sobre el proceso de producción de “Shasei”, cuenta Benito Cerati: “Quise rearmar un poco lo que hice en el primer disco de Zero Kill, porque tiene mucho de lo que yo escuchaba por aquel entonces, un poco volví a esa música, cosas más pop como Morcheeba. Mezclé con soundtracks de películas, Brian Eno y ese tipo de sonidos. El disco tiene mucho de lo orgánico y de lo tecnológico, en la música se refleja eso, bases electrónicas y momentos instrumentales, las trompetas, las cuerdas, hay mucha flauta traversa dando vueltas por las canciones, cosas que te conectan con la naturaleza. Fui juntando progresiones de acordes que me gustaban y con esas progresiones fueron creciendo las composiciones. Lo fui pensando de un modo más técnico al armado de las canciones siempre a partir de esas progresiones de acordes que iba teniendo. Fue un modo de hacer que haya canciones más cercanas al concepto pop. Todas las canciones son nuevas musicalmente, en cambio líricamente agarré como bocetos de cosas escritas cuando era chico y las expandí en las canciones que iba creando ahora, porque para implicarme en lo que era aquella época nada mejor que volver a lo que escribía en aquellos años, entonces hay como ciertas ideas e incluso títulos que saqué de cuando yo era chico, pero las canciones son nuevas con sus reescrituras”.

Todo lo que hago en la música y como llamo a las cosas tienen que ver con un concepto puramente artístico».

Benito Cerati.


De “Shasei”, palabra japonesa que puede traducirse como “dibujar la naturaleza” a través de la escritura, pero también como el acto de eyacular, se desprendieron dos cortes que anticiparon su edición, la muy climática y ambient “Agujero negro”, que remite a una sonoridad muy cercana a Bajofondo. De hecho, cuenta Benito, así se llamaba en un principio ese tema, “Bajofondo”; y “Buen día amor”, que remite al pop inaugurado por Charly García en los 80.
El sonido del disco oscila entre lo local y lo global a partir de una exquisita combinación de instrumentaciones autóctonas con la electrónica. “Si parás la oreja, aunque no sean tan explícitas como en ‘El atardecer’, que tiene un bombo leguero, siempre hay un dejo de sonoridades locales”, advierte. “Hay algo muy argentino en el disco, pero no tan anclado en lo que llamamos rock argentino”.


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