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Quemados y al límite: agotamiento, estrés, falta de energía y fin de año

Cierre del año laboral, la llegada de las fiestas , el Mundial, las olas de calor, la inflación... Todo lo que nos rodea alimenta el síndrome del burnout. ¿Cómo podemos hacer para identificarlo a tiempo? Las formas de prevenirlo y combatirlo.

Redacción

Por Redacción

Las últimas entregas laborales. Los actos de los más pequeños. Cierres de etapas en diversos ámbitos. La tensión del Mundial Qatar 2022, también, con Argentina protagonista en etapas decisivas. La inflación que crece sin parar y los gastos que son cada vez más inabarcables. Las olas de calor que azotan en todos lados. Llega fin de año y, lógicamente, los trabajadores llegan cansados y, en muchos casos, estresados a este cierre.


Toda esta situación se ve, además, potenciada por las proyecciones que tenemos que hacer de cara al próximo año. Laborales, personales, organizativas. Y en el medio de esto debemos también organizar las fiestas, las vacaciones y demás. Sí, un verdadero subibaja de emociones.

En este contexto, la empresa Adecco, dedicada a la consultoría integral de recursos humanos, identificó que en el mundo hay un 14% de trabajadores que no pueden desconectarse e irse a dormir sin pensar en sus obligaciones laborales. Estamos hablando del temido síndrome del “burnout”.

Pero, ¿de qué se trata este síndrome? Lo que se conoce como el “burnout” o “estar quemado” es mucho más preocupante de lo que parece. Diversos estudios confirman que este fenómeno afecta más a las mujeres que a los hombres, siendo más susceptibles a padecerlo personas sin pareja o con poco apoyo familiar. Además, suele aparecer en los primeros años del desarrollo profesional de los trabajadores. Por ello, las estadísticas revelan que el porcentaje de empleados jóvenes con síndrome del trabajador quemado es mucho más elevado que en los mayores de 35 años.

Hay algunos síntomas básicos que nos indican que podemos estar sufriendo del “burnout”. Por ejemplo, el agotamiento intenso, con una sensación enorme de falta de energía; y lo mismo con el desapego por el trabajo y todo lo relacionado con el mismo. También se considera síntoma la baja o nula autoeficacia y sensación de ausencia de realización personal. Todo esto suele asociarse con ansiedad, hostilidad, ira, depresión o tristeza; y además, se producen cambios de comportamiento, dando lugar a hábitos tóxicos.


Hay también otro tipo de señales que nos pueden alertar ante la posibilidad de que un trabajador esté cerca de padecer este síndrome. Por ejemplo, una carga de trabajo excesiva, ya que esto se relaciona directamente con la sobrecarga de trabajo o con la realización de funciones incorrectas. Esto provoca que el empleado sienta que no posee las habilidades necesarias para desarrollarse profesionalmente.

Si hay pérdida de control, la situación también puede derivar en este síndrome, debido a que la problemática de intentar controlar todo el trabajo que debe realizarse lleva a la sensación de falta de satisfacción personal. Y en este sentido también podemos sumar la falta de reconocimiento: según estudios globales, casi el 80% de los trabajadores que renuncian lo hacen por falta de reconocimiento. De hecho, el 60% refleja que se siente más motivado por el reconocimiento que por la retribución económica.

Otro punto que no puede pasar de largo es la importancia de las comunidades. Si la persona prospera en la comunidad o es solitaria es otro factor que aporta al desarrollo del síndrome del trabajador quemado. En comunidad se comparten los elogios, el consuelo, la felicidad y el humor. Sin embargo, el trabajador independiente es más propenso a sentirse solo, a los conflictos con los compañeros y a la creación de un mal ambiente laboral. En la misma línea, es fundamental considerar que las probabilidades de padecer el síndrome de burnout aumentan si el trabajador siente que es tratado injustamente.

Un último punto destacado por Adecco es la coincidencia de valores: Siempre que los valores empresariales no coincidan con los personales, existirá un problema de coexistencia, abriendo paso a sentirse más “quemado” que si los valores coincidiesen.


¿Cómo podemos combatir el burnout?



Adecco compartió cinco consejos para evitar y/o tratar de solucionar la aparición este síndrome. El primero, y el más importante, es tomarse en serio la salud mental. En ocasiones como evaluaciones de desempeño, es común que una persona no sea honesta acerca de su estado mental. Para priorizarlo sin invadir se sugiere utilizar un sistema de clasificación emocional (por ejemplo, una escala del uno al diez), sea anónimo o no, para poder determinar el estado emocional del equipo evitando detalles. Hablar sobre salud mental al grupo permite evitar situaciones incómodas. Para los gerentes, por su parte, la salud mental es igual de importante que el resto de sus funciones; y por eso se debe enseñar cómo estar mentalmente sanos. También es clave detectar problemas de salud mental capacitando a los gerentes para que sepan qué buscar en los empleados que puedan necesitar ayuda o estímulo.

En segundo lugar, ofrecer recompensas contra el burnout que sean genuinas y sinceras. La única opción no es una recompensa monetaria, para reconocer el valor de las personas se pueden considerar otras opciones.

Otro consejo es moderar el entusiasmo. Lo más probable es que puedan manejar el trabajo sin problemas y que el burnout sea causado por solicitudes o cambios de último minuto. Es clave comunicarse lo antes posible para que los empleados no tengan que cargar con una gran cantidad de estrés de último momento.


En cuarto lugar, considerar obligaciones fuera del trabajo. Cada vez es más común que se hable acerca de respetar la vida personal y el tiempo de los empleados. Pero ¿se respetan los otros trabajos que tienen que hacer que no son para la empresa? Es probable que algunos empleados tengan un segundo trabajo para llegar a fin de mes o por otro motivo. Cualquiera sea la razón hay que ser considerado. El otro trabajo no debe interferir, sin embargo, no hay que dejar de lado que hacer malabares para llegar a fin de mes crea una sensación de depresión, desesperanza y cansancio.

Por último, pero no menos importante, se aconseja que haya metas disponibles para todos. Cuando no es posible ser promovido en el sentido tradicional, avanzando a un puesto más alto, se pueden crear metas que contribuyen a tener una razón para trabajar.


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