Perpetua sin revisión para los femicidas de Agostina y para la instigadora
El quinto condenado, Gustavo Chianese, recibió una pena de 13 años de prisión como partícipe secundario.
Juan Monsalve (en silla de ruedas), Perales (de rojo), Enzo Monsalve (barbijo negro), Zapata (remera azul), Chianese (en camisa), los cinco condenados. (Archivo/Matías Subat)
Tal como se preveía, el juez Luis Giorgetti condenó a prisión perpetua a los tres coautores del femicidio de Agostina Gisfman y a la instigadora, y le impuso 13 años al partícipe secundario. El magistrado no hizo lugar al pedido de la defensa de revisión de la sentencia dentro de 20 años.
La prisión perpetua recayó sobre los coautores del femicidio de la joven de Cipolletti, madre de una niña de 3 años: Juan Carlos Monsalve, su sobrino Claudio Enzo Monsalve y su empleado Maximiliano Zapata, cuñado de Enzo.
Todos fueron declarados responsables por un jurado popular de los delitos de homicidio triplemente calificado: por alevosía, por el concurso premeditado de dos o más personas, y por mediar violencia de género (femicidio).
La misma pena de prisión perpetua y por los mismos delitos recayó sobre la esposa de Monsalve, Ana María Perales, pero en su calidad de instigadora del femicidio.
No a la devolución de la camioneta
Al respecto, el juez no hizo lugar a un pedido de la mujer para que le devuelvan la camioneta Chevrolet S10 de su propiedad, secuestrada durante la investigación. Perales pidió el reintegro por motivos económicos (ayuda para sus hijos), pero el juez Giorgetti remarcó que fue un elemento utilizado en el crimen: en esa camioneta, Enzo Monsalve y Zapata fueron hasta el basural de Centenario donde Agostina murió apuñalada.
En la caja del vehículo transportaron bidones con combustible con el cual rociaron su cuerpo y lo prendieron fuego.
El caso de Chianese
Al tratar la situación de Chianese, el juez Giorgetti tuvo en cuenta que su motivo para colaborar con Juan Carlos Monsalve fue ayudarlo a «recuperar su relación de pareja», lo cual «se exhibe como una total alteración de la escala de valores de los bienes jurídicos protegidos en nuestro Código Penal».
«Se ha privilegiado colaborar para satisfacer ese apetito de venganza en desmedro del bien más valorado, que es la vida humana», agregó.
En cuanto a la cosificación de la mujer, el magistrado indicó que «el femicidio exige ese contenido de género», por lo cual no lo sumó como un agravante.
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