Gael logró ser operado por su audición, pero reclaman que vive «de la peor manera» en Centenario
Su madre juntó plata para la cirugía vendiendo números. Afirma que las condiciones en la meseta impiden una buena recuperación y comentó que la falta de luz y agua afecta a muchos vecinos.
Gael Barrera es un niño de ocho años que logró ser operado por su audición a partir de una venta de numeros que realizó su mamá. Vive en la meseta de Centenario con su familia, y como muchos vecinos no tiene luz ni agua. Su mamá aseguró que las condiciones en las que viven impiden una buena recuperación y contó acerca del reclamo que llevan los vecinos hace más de tres años.
Gael fue diagnosticado con otopatía hace tiempo, una condición que puede generar la pérdida de la audición si no se opera. Su madre no podía pagar la costosa intervención pero lograron que se lleve a cabo la cirugia a partir de una venta de números.
El niño de ocho años fue operado el 19 de octubre y si bien la operación resultó de la manera adecuada, debe tener una cuidadosa recuperación. Nuevamente Gael tiene otitis y está con medicamentos, además la madre, Débora, aseguró que las condiciones en las que viven en la meseta, tanto ellos como los vecinos, complica que se reponga rapidamente.
La familia de Gael vive en la meseta hace tres años, y desde ese entonces no tienen luz ni agua. «Vivimos en una casilla de madera, nos tuvimos que venir acá porque no podiamos seguir alquilando», comentó Debora.
Para bañarse usan un fuentón y con respecto a la luz se manejan con una de emergencia que cargan en casas de familiares. «Lo peor es no tener luz, el tema de lavar la ropa y bañarnos», relató Debora.
Gael debe permanecer higienizado debido a su cirugía, lo cual resulta complicado sin agua. «Por ahora estoy bajando a lo de mi papá para bañarlo», contó la madre. «El lavado del cuerpo, la higiene, es importante porque todos los viernes él tiene que ir a control con el otorrino y con el pediatra, y necesita estar limpio», agregó.
Débora contó que debe revisar a su hijo, sobretodo cómo se encuentran sus oídos, «sin luz es dificil, por eso lo llevo a lo de mi papá», indicó. «Gael tambien tiene alergia en los brazos, con el calor y la tierra tengo que estar bañandolo y no puedo«, agregó.
Gael tiene reposo por 25 días, por lo que no está yendo a la escuela, pero desde la institución mandan un maestro. «Dos veces por semana viene, pero va a lo de mi papá porque en mi casa no se puede«, contó Débora.
El niño de ocho años nuevamente tiene otitis y debe tener un cuidado permanente, «el otorrino dijo que no quiere que se le infecte porque deberiamos operarlo de nuevo«, comentó la mamá. Por esto, Gael debe proteger sus oidos con un gorro, para no enfermarse. «Estoy 100 por ciento cuidandolo pero no es suficiente con estas condiciones, vivimos de la peor manera», finalizó.
El reclamo de los vecinos de la meseta por luz y agua
La mamá de Gael, Debora, es la referente de una manzana de la segunda meseta de Centenario, y contó sobre la situacion que atraviesan más de 200 vecinos de la zona. «A nosotros nos entregaron el terreno hace tres años y desde ese momento estamos reclamando por luz y agua«, mencionó.
Hay vecinos que están hace cinco años sin los servicios, contó Débora. «Hemos llevado muchas notas al municipio y no nos dan una respuesta», manifestó. «El intendente nos dijo que nos iba a responder en dos semanas, y fue antes de que lo operen a Gael, imaginate», agregó.
«Hace años tomamos terrenos con la gente pero no lo tenemos gratis, lo pagamos por mes y ya son tres años que reclamamos, no podemos seguir así».
«Bertoldi nos dijo que iba a presentar un proyecto a Buenos Aires, vimos que viajó, pero no nos dio nuevas noticias«, expuso la referente. «La lucha viene hace tres años, ya no sabemos que hacer, estamos cansados de que nos tomen el pelo», comentó.
Débora aseguró que «no está haciendo nada», y mencionó que tampoco tienen transporte. «El intendente es el que mueve papeles en centenario, siempre nos ponen trabas», expresó.
«Queremos el servicio si o si de la luz, no se puede vivir en estas condiciones, no podemos ni construir», contó. «Yo hablo, por mi hijo, por mi familia y por mis vecinos, no podemos vivir así», finalizó.
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