JUICIO AL GINECOLOGO: Ahora acompañará a otras víctimas de abuso

La joven que denunció a Anzaldo quiere ser abogada.

CINCO SALTOS (ACS).- «Hubo un momento que tuve que decidir: si me moría en vida, o miraba para adelante y dejaba eso como un capítulo horrible de mi vida, y seguí adelante», dijo ayer J., la joven que denunció haber sido violada por el profesor de biología cuando acudió a su consultorio ginecológico.

Anzaldo fue detenido en su hogar el viernes por la noche y salió rumbo a la comisaría Séptima por el portón trasero para evitar ser fotografiado.

Hasta el viernes, el ginecólogo vivió en la casa ubicada frente a las puertas del CEM 72, el secundario del que la víctima debió irse porque no aguantó la presión ejercida sobre ella cuando lo denunció en marzo de 2006.

J. dejó de ir al colegio de Cinco Saltos y este año terminará la secundaria en otra localidad, «donde me trataron con cariño y como a una igual; no me sentí (señalada) como la chica abusada, ni me discriminaron por eso», dijo ayer.

Al finalizar el juicio, comenzó a enfocarse en terminar el año escolar, recibir su diploma de egresada y prepararse para estudiar Derecho.

La elección de la carrera estuvo marcada por el proceso de la denuncia. «Decidí estudiar para abogada porque hay muchas cosas en la Justicia que -si bien me trataron bien- pienso que hay que cambiar: fue humillante que los forenses que me revisaron fueran dos hombres; quiero ser abogada y defender estos casos», dijo. Debido a esta etapa dura «se me ha hecho un poco de carácter, que era algo que no tenía», reconoció.

La adolescente recordó que desde que denunció «en Cinco Saltos me insultaban, me apuntaban con el dedo… me pasó en la escuela y en la sociedad eso de llamarme atorranta. Es algo que todavía sigo sufriendo pero ahora pienso que por esas personas que apuntan con el dedo y que me llamaron mentirosa y atorranta, actuaron los violadores».

J. tenía un promedio de 9,74 al término del ciclo 2005, y cuando comenzó las clases en 2006, hizo catarsis en la escuela por el abuso ocurrido en febrero y todo derivó en una denuncia en marzo. «Me escondí mucho tiempo en mi casa; después pensé por qué tengo que ser yo la que me esconda: era o morirme en vida o seguir para adelante; empecé a estudiar y vivir de nuevo. Costó un poco», dijo.

Aclaró que pudo enfrentar esta decisión con un fuerte respaldo en su casa, con la ayuda del grupo de apoyo y con la asistencia psicológica.

Ahora dijo que se prepara para acompañar a las otras víctimas que deben pasar por el juicio en los otros dos procesamientos en los que está involucrado Anzaldo, uno con elevación a juicio en el juzgado de Alejandra Berenguer (por abuso sexual con acceso carnal) y otro en el de María del Carmen García García (por abuso simple).


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