Denunció que «profanaron» la tumba de su hijo de diez años en el cementerio de Roca

El municipio derivó los restos de un nene al osario común por "falta de pago". La madre sostiene que nunca fue notificada y fue a la justicia por “el error atroz”. Desde el Ejecutivo, dicen que actuaron acorde a las normativas.

Como cada sábado, Magdalena atravesaba la misma puerta del dolor. El único lugar donde podía conectarse con su pequeño, ya no está. Iba todas las semanas a visitar la lápida de su hijo, quien falleció a los diez años por un accidente; pero ahora solo quedan indicios de lo que alguna vez fue su pedestal. 

“Iba al cementerio a llevarle flores, para estar con él un rato. Ese día, llegué al lugar donde estaba su tumba, pero no estaba. Empecé a dar vueltas y vueltas pensando que era yo la que estaba perdida. No entendía lo que estaba pasando”, rememoró Magdalena Silva, madre del niño y denunciante

Según la denuncia, Pablo Ismael Jara murió el 8 de agosto de 2005 a los diez años de edad y tuvo su sepultura en el cementerio municipal de Roca. El 1 de mayo de 2021, 16 años después, su familia se enteró que la tumba había sido removida. 

«Cometieron un error que no tiene nombre, como la profanación de un cuerpo»,

lanzó la mujer.

Ahora, una causa por “daños y perjuicios” se tramita en el Juzgado Contencioso Administrativo N° 15 de Roca, luego de que la familia denunciara al Municipio de Roca el 1 de junio pasado con el patrocinio legal de un abogado y exjuez de Regina, Federico Dalssaso. 

Con detalles, la mujer relató lo que para ella fue un traumático momento. Aquel día (mayo de 2021) vio la foto y la “capillita” en el piso. “Cuando vi las cosas de mi hijito tiradas, busqué a la gente del cementerio y les pedí una explicación, no entendía nada. Fue tremendo para mí”, dijo. 

Como nadie le daba una respuesta, la denunciante decidió permanecer en el cementerio. El horario de cierre era las 18, pero eran las 20:30 y seguía apostada allí. “No me iba a ir hasta que alguien me atendiera”, recordó.  Se hizo la noche y llegó toda la familia, pero nadie le decía donde estaban los restos de su hijo, según contó en una entrevista con RIO NEGRO.

Distintos funcionarios municipales de alto rango intervinieron en los sucesivos días donde la mujer hizo sentir su reclamo y su búsqueda de respuestas. “Esto le pasa a los que no pagan”, habría sido la respuesta de altos funcionarios a la inquietud de la mujer. Tiempo después, le confirmaron que el cuerpo había ido al osario común, el lugar donde se entierran los restos que se sacan de las sepulturas. 

Magdalena fue enfática al decir que jamás recibió una notificación oficial, y que tampoco pudo ver cuál era el monto de esa deuda que se le achacaba. Sin embargo desde el municipio aseguran que se los notificó a través de un edicto en el Diario Río Negro, pero que nadie se acercó a regularizar la deuda.

La mujer demandó al municipio por daños y perjuicios. Foto: Cesar Izza

“Hagan lo que hagan no podrán nunca repararlo. El dolor más grande que yo hasta el día de hoy tengo y voy a tener toda mi vida. los restos de mi hijo fueron profanados y los sacaron, es aberrante lo que hicieron”

Magdalena Silva, madre denunciante

“Puede que me haya atrasado, pero ¿Cuánto era que no pagamos? A mi nadie jamás me notificó de nada. Nunca nadie se comunicó conmigo (…) Nunca me explicaron absolutamente nada”, insistió Silva, quien al no tener tampoco acceso a la constancia de mora, decidió recurrir a la justicia. 

La mujer es jefa de familia y durante mucho tiempo alquiló distintas casas, así como tuvo varios trabajos para mantener a sus otros tres hijos. Sobre la supuesta deuda, la damnificada desmintió la existencia de una mora de tal magnitud y argumentó, que aunque eso hubiese ocurrido “tendrían que haberme notificado”. 

El abogado que sigue el expediente civil aseguró que lo que se discute es la notificación del hecho por parte del municipio. “Ellos dicen que con un edicto en el Diario Rio Negro fue suficiente y nosotros decimos que no. Faltó la notificación personal a la familia y faltó la notificación de los edictos a través del boletín oficial que tampoco está”, explicó el letrado. 

El dolor


“El día que pasó esto sentí como literalmente mis brazos se caían. Venimos todos de padecer la muerte de mi hijo. Luego, una separación, cosas difíciles. A pesar de todo siempre me sentí fuerte, que tenía que seguir, pero el día que derrumbaron la tumba de mi hijo, literalmente sentí que no me iba a poder levantar”, expresó Silva a este medio.

“Lo único que tenía de él, ya no lo tengo más. Destruyeron lo poquito y nada que teníamos de mi hijo”,

concluyó la mujer.

«El municipio no actuó de forma errónea o irregular»


Según el municipio de Roca, el caso está encuadrado dentro de las ordenanzas correspondientes al tema, por lo que no hubo «errores» ni «irregularidades», explicaron. “Se llevó a cabo el procedimiento administrativo de notificación de deudores”, dijeron a RIO NEGRO. 

Confirmaron oficialmente que los restos del pequeño fueron trasladados desde su sepultura al osario general el 3 de marzo de 2021. “Sucedió como consecuencia de cumplir con los trámites administrativos establecidos previamente a la sepultura”, informaron.

Según la versión oficial, el contrapunto surgió porque la familia «debía dejar en los registros municipales a una persona a cargo de la sepultura«, para que el municipio tenga comunicación con ese referente e informar todo lo relacionado con los restos, pero que la familia no designó a nadie. 

Por otro lado, al finalizar los primeros cinco años (2010) en los que gozaron de una exención (2005-2010), debían empezar a pagar las tasas. Desde ese año la concesión de la sepultura se encontraba vencida por lo que debían pedir la prórroga, pero “eso nunca fue realizado por los familiares de Jara”, informaron. 

Luego habrían empezado a acumular deudas que se fueron creciendo hasta el 2020 y allí el municipio debía notificar al responsable, pero “Jara no contaba con una persona a cargo”, por eso, decidieron publicar edicto en el Diario Río Negro dándole un plazo de 30 días para regularizar la deuda. 

En ese edicto alertaban que, en caso contrario, la Secretaría de Servicios Públicos procedería a trasladar los restos al Osario Común, no solo en el caso del pequeño en cuestión, sino de otros difuntos. Y según el municipio eso fue lo que pasó, ya que nadie se presentó a regularizar la deuda.


La Ordenanza Municipal Nº 109/79 establece que cualquier persona de la ciudad puede solicitar la ubicación de los restos de sus familiares en el cementerio local, por el plazo de cinco años y abonando las respectivas tasas y cargas del servicio del cementerio (Art. 44° Ord. N.º 109/79).


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