El oleoducto y la planta nuclear

Martín Belvis

Prosecretario de Redacción. Nació en 1967 en Buenos Aires y comenzó en el periodismo a los 21 años. Durante 10 años cubrió noticias políticas de la provincia de Neuquén y más tarde fue el primer editor del suplemento de Energía del diario Río Negro, de cuya agencia Cipolletti fue jefe entre 2009 y 2013. Vivió una década en Bariloche, donde se desempeñó como jefe de su agencia. En Diario RÍO NEGRO desde 1991.

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A siete meses de las elecciones provinciales, gobierno y oposición apuraron el tratamiento de la ley que ahora permite que un caño con petróleo cruce la provincia y salga al mar.


La experiencia fue una aliada de oro en la sanción de la ley que permite que la producción de petróleo de la cuenca Neuquina salga a mercados de ultramar por un ducto y un puerto anclados en territorio rionegrino. ¿Hay licencia social para semejante obra? No se sabe pero por las dudas mejor no dejar que los rionegrinos se expresen, no sea cosa que en abril las urnas le den al partido provincial que gobierna la provincia un mensaje que no quiere escuchar.

Hay tensión en muchos aspectos entre la gobernadora Arabela Carreras y el senador Alberto Weretilneck, pero en el caso del oleoducto son de origen mucho más profundo.

La gobernadora viene desde hace más de un año tratando de que se radique en la provincia un complejo de fabricación de hidrógeno a partir de energías renovables. La prédica contra los combustibles fósiles y contaminantes, y la transición hacia una fuente más amigable con el ambiente chocan con la idea de que un caño con petróleo crudo cruce el territorio rionegrino y se almacene en la costa atlántica para ir cargando los buques que se lo llevarán a los mercados extranjeros.

Lo impulsa YPF, lo defiende el senador Weretilneck y lo sostiene la secretaria de Energía Andrea Confini.

Así como la licencia social para la planta de generación de energía nuclear en Sierra Grande era tan necesaria, la obra en cuestión ahora no se queda atrás. El error con aquel proyecto de capitales chinos, estiman en el gobierno, no fue la idea sino el manejo de la información.


Es incierto -porque no se averiguó- si hay licencia social para semejante obra. Mientras tanto, la producción de hidrocarburos en la provincia se desploma.


En Bariloche funciona desde hace años un reactor nuclear y no precisamente en medio de la desértica estepa sino en el corazón de una zona repleta de hoteles y cabañas: el kilómetro 9,5 de la avenida Bustillo. Es un aparato de baja potencia y fines científicos, pero la división de los núcleos y la liberación de energía es la misma.

Algo parecido ocurre con este caño. Por el noroeste entra a la provincia de Río Negro el Oleoducto del Valle (Oldelval), que va desde la cuenca Neuquina hasta Puerto Rosales, en Bahía Blanca. Recorre el Alto Valle desde hace décadas y casi no tuvo inconvenientes, aunque el derrame del año pasado puso en evidencia cierta precariedad en el plan de contingencia (la imagen de la pelopincho debajo del caño será recordada por años).

¿Cómo garantizará YPF o la provincia de Río Negro que un caño con petróleo crudo que atraviese su territorio no dañará el ambiente? ¿De qué manera se podría evitar un derrame en la costa atlántica, un recurso turístico clave? Se trata más una cuestión de fe que algo parecido a una certeza.

Este diario reveló hace una semana que la producción de petróleo en la provincia de Río Negro está en franco declive desde hace una década y que la del gas tiene una curva un poco más atenuada pero con un mayor descenso en los últimos años.

En los yacimientos que opera YPF en territorio rionegrino la caída en la producción de petróleo, tomando los primeros siete meses de cada año, fue del 18% en 2021 y del 3% en 2022. Son, en general, áreas antiguas ubicadas en la zona de Catriel.

En la producción de gas, las proporciones de la caída son alarmantes: 32% en 2021 y 21% este año.

No hay en Río Negro producción de hidrocarburos de fuente no convencional (entendida como recursos confinados en la roca madre) a pesar de que, como borde de cuenca, la formación Vaca Muerta tiene su correlato al este del meridiano 10.

Sí hay desarrollo de yacimientos de gas atrapado en formaciones de arenas compactas en la zona de Allen.

Por eso, las regalías que cobra el Estado provincial por la explotación de sus yacimientos aumentaron este año sólo un 21%.

Tal vez no sea una mala negociación exigirle a YPF un plan de inversiones en los yacimientos de la provincia y el desarrollo de los recursos confinados en la Vaca Muerta como condición para que el crudo atraviese la Patagonia y le dé salida al mar no sólo al petróleo neuquino.


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