Encuentros clandestinos de motos en Neuquén: cuál es el riesgo y qué controles fallan

Albardón, la Isla 132, Rodhe o 12 de Septiembre son algunas de las calles y espacios públicos de Neuquén capital que se transforman circunstancialmente en verdaderos circuitos de destrezas para motociclistas que se convocan generalmente de manera clandestina.

La actividad se llama «Stunt» y si bien el origen es extranjero, en Argentina se considera un deporte informal que reúne a habilidosos sobre una moto para realizar maniobras extremas sobre una de las ruedas. En Neuquén, cada vez sus adeptos son más y su poder convocante choca con los reclamos de vecinos, pero además alertan a la Municipalidad y organizaciones que fomentan la educación vial.

Los primeros encuentros se registraron en 2019 en zonas cercanas de a la costa del río Limay y a pesar de que fueron erradicadas, en la pospandemia se trasladaron a otros sectores. Las denuncias de vecinos cansados de los ruidos y la peligrosidad a la que se someten los motociclistas para demostrar sus habilidades se mezclan con la impudencia. .

Incluso se registraron videos donde se ven verdaderas caravanas de casi cien motos bajando por la Avenida Argentina, algunos de ellos cruzando semáforos en rojoSon muchos los detractores que solicitan que se trasladen al Autódromo o a otro sector seguro para conductores y vecinos.

¿Impunidad o falta de controles?

La Municipalidad de Neuquén confesó cierto grado de frustración con la situación, sobre todo cuando muchos de los motociclistas «le toman el pelo a los inspectores pasando a toda velocidad sobre una rueda delante de ellos», contó el Subsecretario de Medioambiente y Protección Ciudadana de la ciudad de Neuquén, Francisco Baggio.

El funcionario detalló una compleja relación con las agrupaciones que clandestinamente se convocan para «quemar cubiertas, tirar cortes y exponer sus vidas en arriesgadas maniobras».

Al respecto contó que se intensificaron los operativos de control y que se trata de investigar por distintos medios cuál será el próximo punto de encuentro para anticiparlos con inspectores. Sin embargo siempre se las rebuscan para ir un paso adelante. «Nos enoja mucho porque son chicos jóvenes, con toda una vida por delante y no entienden que están poniendo en riesgo sus propias vidas y las del resto», explicó.

Respecto a los operativos de tránsito municipal, detalló que «no nos tiembla la mano y vamos con todo el peso de la ley, no me importa que se queden a pie, las motos muchas veces están adulteradas para la práctica de Stunt, lo que incurre en contravenciones y las multas son muy caras».

Baggio contó que cada vez que irrumpen un encuentro «nos llevamos entre 10 y 15 motos» y que las infracciones por lo general son por «conducción temerosa, exceso de velocidad, caño de escape no reglamentario, adulteraciones para realizar cortes y ruidos molestos». Estas infracciones elevan las multas a valores que muchas veces se acercan al de la misma moto, razón por la cual son abandonadas y nunca se retiran de los depósitos de tránsito.

Estas motos suelen terminar compactadas y reducidas ya que nadie las reclama. «Para recuperar una moto secuestrada en este contexto primero deben pagar todas las infracciones, luego llevar a un mecánico para que repongas las piezas cambiadas por las originales del modelo del rodado y además no tener la licencia secuestrada» amplió Baggio. En el registro del último operativo de destrucción de los 72 vehículos compactados, 68 eran motocicletas y muchas de ellas por las contravenciones señaladas.

Stunt y la cultura que no pide permiso

El Stunt es considerado por muchos un deporte extremo. Con origen en los Estados Unidos su nombre originario es Stunt Riding y nació en la década de los 70, cuando varios pilotos comenzaron a llevar a otros límites las pesadas motos que había en ese entonces para realizar increíbles maniobras y quema de neumáticos.

En Argentina como otros países de Latinoamérica, la disciplina fue adoptada por la cultura urbana y se acompaña de un código que va más allá de las motos. Fraternidad, lealtad y la disponibilidad para asistir a un compañero son algunos de los valores que los Stunders practican a diario.

Aún cuando eso implique dar aviso de controles policiales o iniciar el rescate de una moto robada, dos acciones que en Neuquén se pueden visualizar en varios grupos de Facebook relacionados a los jóvenes que se reúnen para la actividad.

Esa cultura implica que en momentos como la pérdida de uno de los miembros, su agrupación se reúna para despedirlo y hacer un show de quema de neumáticos acelerando a fondo como homenaje. Esto ocurrió hace algunos días durante el funeral de un joven que murió en el Oeste de Neuquén tras impactar a una mujer que cruzaba a pié el Metrobús. El antecedente nacional más próximo de este tipo de concentraciones, fue cuando murió el cantante urbano “Noba”, un amante del Stunt que encontró la muerte realizando una acrobacia con su moto.

La clandestinidad y huir de los controles son parte de la cultura del Stunt, pero además también encabezar colectas solidarias y eventos para colaborar con causas comunitarias. Los límites se cruzan y muchas veces a pesar de protagonizar hechos controversiales, son apoyados por una buena parte de la sociedad.

Educación vial, la propuesta de Estrellas Amarillas

La organización Estrellas Amarillas, integrada por familiares de víctimas de incidentes de tránsito también se hizo parte del debate respecto a las agrupaciones de Stunt. Su referente, Fabiana Marillán contó que la «va más allá de los ruidos molestos que denuncian algunos vecinos» y que la preocupación radica principalmente en que se incurre en acciones que ponen en riesgo las vidas.

Marillán hizo una fuerte autocrítica y dijo que muchas de estas demostraciones que incurren en acciones peligrosas son, en parte, producto de que no se envía un mensaje claro en relación a la seguridad vial.

«No llegamos con el mensaje, evidentemente estos chicos no entienden que pueden ser parte de las estadísticas fatales, nosotros perdimos familiares en incidentes como estos, totalmente evitables» contó.

Respecto a la relación con las agrupaciones de motos, explicó que es buena y que se trataron de contactar con algunos miembros a raíz de videos que muestran a conductores pasando semáforos en rojo y a una velocidad mayor de lo permitido.

«Hay muchos que no tienen empatía, que se burlan de los agentes de tránsito» contó y adelantó que desde Estrellas Amarillas se está acompañando a la mamá de un motociclista que murió tras embestir a una mujer que descendía de un colectivo sobre Avenida del Trabajador y Picún Leufú en el barrio Unión de Mayo. El joven también era miembro de una agrupación de Stunt.

«Tenemos programado pintar una estrella amarilla para recordar a ese joven junto a su familia» detalló.

Finalmente explicó que están dispuestos como organización a acompañar políticas de concientización vial y a reunirse con los gobiernos el gobierno municipal para trazar algún programa que permita trasladar las actividades de este tipo a un lugar seguro, con una ambulancia a disposición y controles de tránsito.