Serena Williams le puso fin a una notable campaña deportiva
Perdió en tres sets y se despidió no solo del afamado certamen sino del tenis, después de convertirse en una de las más destacadas de todas las épocas.
Serena Williams, la tenista más influyente del siglo en el circuito femenino y referente del deporte en general, le puso anoche fin a sus 40 años a una campaña sobresaliente que la sitúa entre las mejores de todas las épocas, y eligió la despedida entre lágrimas en el US Open, en Nueva York, el certamen que soñó ganar desde que era una niña.
El telón de la notable campaña deportiva de Serena cayó con la derrota en la tercera ronda del afamado certamen frente a la australiana Ajla Tomljanovic después de tres sets emocionantes por 7-5, 6-7 (4/7) y 6-1. La última función en el mundo de las raquetas la encontró rodeada del afecto del público que llenó la cancha central Arthur Ashe en el complejo Billie Jean King Tennis Center, en el barrio neoyorquino de Queen’s.
Serena, quien dejó todo en el partido con Tomljanovic, no estuvo sola en su despedida, porque contó en las tribunas con el afecto de su hija Olympia, su marido Alexis Ohanian, su mamá Oracene Price y su hermana Venus, el espejo que contemplaba cuando comenzó a jugar al tenis.
La flamante extenista estadounidense había debutado el pasado lunes con una victoria sobre la montenegrina Danka Kovinic, por 6-3 y 6-3, y el miércoles último eludió la despedida al superar a la segunda favorita, la estonia Annet Kontaveit, por 7-6 (7/4), 2-6 y 6-2.
Anoche, en un estadio colmado que la apoyo desde el inicio del partido y hasta el final, Tomljanovic fue un hueso demasiado duro de roer para una leyenda que el 26 de septiembre cumplirá 41 años. Serena comenzó a edificar su adiós el 9 de agosto pasado cuando eligió a la revista estadounidense Vogue, especializada en el mundo de la moda, para comunicar su decisión.
“No me gusta la palabra retiro, prefiero pensar que estoy en una etapa de mi vida en la que tomando distancia del tenis puedo dedicarme a otras cosas que son importantes para mí”, expresó Serena en esa oportunidad a Vogue.
Eligió despedirse en el US Open, algo que no fue casual, ya que cuando se inició en el tenis al lado de su padre Richard y su hermana Venus era el que soñaba algún día ganar, y lo logró seis veces, en las ediciones de 1999, 2002, 2008, 2012, 2013 y 2014, para robustecer su colección de 23 títulos de Grand Slam, uno menos que la australiana Margaret Court, dueña del récord absoluto.
Esa obsesión por igualar a Court la persiguió durante el último lustro, ya que sus conquistas en los “Majors” se detuvieron en 2017 cuando ganó el Abierto de Australia, su título número 23. Luego de esa consagración en el Melbourne Park, Serena desapareció del tenis un puñado de meses, se alejó del circuito y poco se sabía de su vida.
No obstante, unos tres meses más tarde subió a sus redes sociales una foto con panza y el mensaje “20 semanas” para anunciar al mundo que estaba embarazada. No fue difícil sacar cuentas para deducir que alzó el trofeo en Melbourne embarazada de Olympia, y por eso cuando reapareció el año siguiente en Roland Garros logró que todo París hablara únicamente de ella.
En los años posteriores a 2017, siguió buscando igualar a Court y lo intentó aunque no pudo lograrlo en las finales que perdió en Wimbledon (2018 y 2019) o el US Open (2018 y 2019), cuando ese objetivo fue frustrado por la alemana Angelique Kerber, la japonesa Nomi Osaka, la rumana Simona Halep y la canadiense Bianca Andreescu.
Su rol excedió largamente el tenis y los courts, puesto que mostró otras facetas que generaron admiración, como haber sido madre y mantenerse en la elite, o una extraordinaria empresaria que multiplicó su fortuna, y también encabezó la lucha por los derechos de las mujeres en el circuito, logrando, entre otras cosas, que se igualaran los premios con los de los hombres.
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