El robo del siglo: los verdaderos ladrones cuentan los secretos
El documental “Los ladrones: la verdadera historia del robo del siglo” estará disponible desde mañana en Netflix. A diferencia de la película, cuenta con el testimonio de quienes llevaron adelante el histórico golpe al banco Río de Acassuso. Mirá el tráiler acá.
El robo al banco Río de Acassuso en enero del 2006 se transformó, en los últimos años, en una fuente inagotable de historias. La perfección con la que se llevó a cabo cada paso cubrió el atraco con tintes cinematográficos, y las productoras, ni lerdas ni perezosas, empezaron a sacarle jugo a un guión que ni el mismísimo Hollywood hubiera imaginado. El “Plan Donatello”, un equipo de siete ladrones, un plan infalible y un botín que, se calcula, podría superar los 90 millones de dólares son los condimentos ideales para que este robo sea considerado “El robo del siglo”.
El estrés crónico a temprana edad
Fue así que surgieron algunos videos de YouTube con ribetes de documentales, y así también llegó la película protagonizada por Guillermo Francella y Diego Peretti, que en 2020 generó una gran expectativa. Aquel estreno fue también el punto de partida para otra producción, que verá luz a partir de mañana en Netflix: “Los ladrones: la verdadera historia del robo del siglo”.
Matías Gueilburt, director de este documental, habló con algunos productores luego del estreno de “El robo del siglo” y tiró la idea sobre la mesa: armar un documental, pero teniendo acceso a los verdaderos protagonistas: los ladrones.
Fernando Araujo, Luis Mario Vitette Sellanes, Sebastián García Bolster y Rubén Alberto de la Torre participan de esta producción, en la que cuentan cómo se planificó y cómo se llevó a cabo el histórico robo. Pero no solo eso: también revelarán cómo lograron quitarse de encima a la Policía durante un tiempo considerable, hasta que fueron delatados por la ex esposa de uno de los autores.
Uno de los productores, Sebastián Gamba, reveló que fue un proceso lento, que llevó casi tres años y que muchas veces la preocupación pasaba por si los protagonistas querían participar o si, de repente, se retiraban del proyecto. Sin embargo, encontraron un calendario de trabajo (en plena pandemia, además) que les permitió hacer todo de forma muy cuidada. Se trabajó a tal nivel de precisión que, por ejemplo, García Bolster construyó una réplica exacta de una de las herramientas que utilizó para el robo, el “cañón power”, una tarea que le llevó dos meses.
Otra faceta interesante de este documental es que permite un mayor abordaje de protagonistas que no eligieron mostrarse en este tiempo. No es el caso de Vitette, claro, quien ya es conocido por ser uno de los protagonistas; o incluso de De la Torre. Pero sí de los demás, porque tanto de Sebastián como Fernando se conocía poco. Y he allí una de las claves de este producto: si bien el robo es el punto de partida, no necesariamente es el destino. Porque mucho del contenido nos lleva a conocer más sobre estas personas, sus motivaciones, un por qué a muchas preguntas.
Así como el público se deja llevar por el relato de los ladrones y hasta puede llegar a creer que algún planteo de los que hacen es correcto, no hay que olvidar el otro costado. Y el otro costado son personas, con nombres, apellidos, familias. Personas que fueron rehenes y que, a través de su testimonio, reflejan lo difícil que fue vivir aquel momento.
El trabajo fue titánico. 8 semanas de rodaje. 3 años de trabajo desde la investigación hasta la post producción. 24 horas de entrevistas grabadas con los protagonistas. Más de 50 personas en el equipo. El uso de locaciones reales, como la fachada del banco Río de Acassuso o los túneles de escape. Todo está listo para traernos la historia detrás de “la historia”, aquella que se adaptó en formato cinematográfico.
Aquí no habrá ficción. Estamos, finalmente, frente a los ladrones del robo del siglo.
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