Vaca Muerta: una industria en sí misma
En contraposición a proyectos casi oníricos de industrialización en origen, sumar nuevos segmentos al desarrollo de Vaca Muerta permitiría alcanzar una verdadera industrialización local.
Por Rubén Etcheverry (*)
Con buenas intenciones, opciones para la Planta industrial de Agua Pesada (PIAP) para ampliar su espectro productivo y un poco de historia mostramos una primera senda de una visión cuando surgen proyectos de ley que pretenden la industrialización de hidrocarburos en origen.
Déjà vu: industrialización en origen
En esta segunda entrega continuamos con ese análisis pretendiendo resaltar las virtudes que el shale nos ofrece en contraposición con la tradicional explotación petrolera y cómo enfocarnos para que las promociones resulten eficaces y eficientes.
Qué y cómo promocionar
Algo ingenuo y simple es contarle al otro lo que quiere escuchar: hacemos una encuesta cuali-cuantitativa. Podría funcionar en un principio, pero no es sostenible salvo por casualidad si coincide con los requerimientos para que se concreten esas inversiones. Necesitamos conocer qué pretende el inversor, no sólo el votante. El temor a lo políticamente incorrecto termina forzando las condiciones que tornan inviable un proyecto o insostenible por sus costos como la mina de carbón de Río Turbio. Demasiado temerario.
Podemos hacer toda la cadena de un proceso industrial o dedicarnos a lo que soy mejor, lo más apropiado a mis condiciones y habilidades, al clima, a los recursos que me regaló la naturaleza, y especializarme.
Técnicamente se puede cultivar palta en la Antártida. Que resulte posible no significa que sea viable económicamente.¿Vale la pena? ¿Qué sentido tiene promocionar, destinar dineros públicos, para que alguien invierta y se malgasten US$ 10.000 por kilo de palta producida?
En “Mitos de Inversión” analizamos los factores a tener en cuenta para promocionar inversiones que vale la pena recordar.
Los mitos de inversión en Vaca Muerta
Una promoción debiera ser selectiva: el punto central de todo modelo de política activa o integrado es la decisión de atraer un tipo dado de inversión. Esta definición debiera surgir de la confluencia de tres factores: 1) los objetivos de la política de desarrollo, 2) las ventajas del sitio y 3) los requerimientos de los inversionistas.
De la intersección entre ventajas del lugar y requerimientos de los inversionistas surgen los proyectos que tienen viabilidad para concretarse, pero si estos no coinciden con los objetivos de política de la región, no hay razón aparente para ejecutar políticas activas para atraerlos.
A su vez, los objetivos de política pueden no tener eco en los requerimientos de las empresas, más aún cuando el país no tiene ventajas que lo hagan atractivo en dichos proyectos de inversión.
Y todo esto ¡Debe explicitarse y explicarse! Existen metodologías de medición y monitoreo. A modo de ejemplo: comparativa de cantidad de puestos de trabajo creados por dólar invertido o una matriz insumo producto de la región para calcular el valor agregado en la cascada de actividades vinculadas a lo que se promociona.
La situación mediterránea de Neuquén es un condicionante natural frente a grandes proyectos petroquímicos, que requieren materia prima en forma permanente y durante un plazo prolongado. Una ubicación portuaria le permite abastecerse eventualmente de terceros suministros y no quedar cautivo y con ese riesgo latente.
Hoy tenemos una petroquímica fuerte, con 40 años de consolidación y calidad en otras regiones del país que han crecido bajo ese concepto. Deberíamos referir con claridad y consenso estos aspectos para no desesperarnos ni generar falsas expectativas. Sin eufemismos y evitando que terminen convirtiéndose en un mito.
La industria del Shale
La explotación de Vaca Muerta ha dejado de ser una actividad minera. Se ha convertido en una producción industrial, en serie. Clústeres de pozos mejorando día a día su productividad, bajando tiempos, incrementando longitudes de ramas horizontales, logrando menores costos y mejor logística. En la jerga petrolera hablamos precisamente de “pozo fábrica”. No se trata más de la búsqueda de la “veta o filón minero” como en los yacimientos tradicionales donde perforábamos buscando la “trampa” para luego desarrollar el campo y operarlo en una declinación progresiva.
La industria es una actividad económica y técnica que consiste en transformar las materias primas hasta convertirlas en productos adecuados para satisfacer las necesidades del hombre.
En la Cuenca Neuquina se transforma el reservorio, se separan y transforman el gas y el petróleo de Vaca Muerta.
Asociado a esta producción propiamente dicha, se suma toda la enorme industria potencial de los procesos intermedios (tratamiento, transportes, separación, aprovechamiento, generación de energía eléctrica) y la licuefacción del gas natural en los yacimientos productores y aprovechamiento del gas de venteo.
Una pregunta más para la reflexión, que como conclusión: no valdrá entonces la pena especializarse en esta industria de los no convencionales: ¿Shale, midstream y LNG in situ? en lugar de insistir en quimeras o caprichos.
Además del gasoducto: el LNG in basin
Una verdadera industria que podemos eficientizar, exportar tecnología e innovación. Hay conocimiento, experiencia, ventajas competitivas y comparativas, mercado interno y externo; y materia prima para muchos años más.
No es sencillo, ni fácil olvidar viejos anhelos, proyectos, mitos o amores. Menos luego de tantos espejismos, mezquindades y promesas. Quizás convendría hacer el duelo y avanzar en algo menos onírico, pero que resulte más conveniente a los intereses de los neuquinos.
El camino al infierno está lleno de buenas intenciones, repetía mi abuela. Y no es pretender pincharle el globo a nadie. Ojalá se logre. Pero tampoco generar falsas expectativas como las que derivaron en la primera pueblada del ‘96.
Este Déjà vu, que sentimos que hemos vivido, pero en realidad no, nos evoca un sabor amargo. Bregamos para que esta vez la promoción sea de proyectos concretables y no de nuevas frustraciones.
(*) El autor es ingeniero. Ex secretario de Energía de Neuquén.
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