Una ley para los derechos de las juventudes neuquinas
Natalia Garay *
Es necesaria una ley? En nuestra opinión sí, es un importante salto adelante por el respaldo que esta norma institucional garantiza para la defensa y promoción de los derechos de las juventudes neuquinas. Sin dudas aporta un mayor anclaje y estabilidad a instituciones y programas al atravesar un proceso de concertación política y social que dota de mayor legitimidad a las políticas públicas de la juventud.
Para poder llegar a construir esta herramienta legislativa fue esencial la participación de las juventudes. Desde el Estado sucede que se piensa por los jóvenes, antes que intentar hacerlo desde o junto con los jóvenes: en las antípodas de esa perspectiva, consideramos que el punto de partida básico para el diseño y desarrollo de políticas públicas para las juventudes es concebirlas como sujetos plenos de derechos.
Durante esta gestión de Gobierno se hizo especial hincapié en “dejar de ver al futuro como eje ordenador del presente y no situar ya a la juventud en una suerte de moratoria psicosocial sino asumiendo un presente que fundamenta los pasos que se vislumbran en el futuro”.1 Se hizo especial hincapié en buscar la urgente democratización de los espacios sociales, partidarios, estatales, etc., para facilitar la efectiva incorporación de la voz y el voto de las juventudes, la necesaria articulación y coordinación entre las áreas estatales y las organizaciones sociales con el fin de lograr una verdadera integralidad y trabajo sinérgico.
Durante el 2018 y principios del 2019 se realizaron cinco foros de juventudes con la participación de jóvenes de todas las localidades de la provincia, generando propuestas y debates en torno a los principales puntos de la ley. A su vez, se abrieron diferentes instancias virtuales y presenciales para garantizar una mayor participación.
A partir de lo recogido en las distintas instancias participativas, reconocimos cuatro ejes específicos de interés de las juventudes, sobre los que basamos la ley: acceso al trabajo, a la vivienda, a la formación y participación ciudadana.
Es importante destacar el valioso intento por definir que se comprende por juventud. Este recorte reviste suma importancia, en términos de gestión pública, a la hora de definir estrategias y acciones de intervención social: para Neuquén se es joven desde los 18 hasta los 35 años, teniendo en cuenta la Ley 2302, Ley de Cupo Joven y programas preexistentes a nivel nacional, provincial y local.
La Provincia del Neuquén tiene una juventud activa, con ganas de concretar sus propios proyectos de vida y el Estado tiene la obligación de acompañar esos procesos, sobre todo a quienes les resulta complejo poder concretarlos por diferentes circunstancias. Lo más importante está, la voluntad de ser y pertenecer.
Tenemos frente a nosotros una herramienta que seguramente podrá ser enriquecida y mejorada en su instrumentación, que necesitará ser consensuada con diferentes actores sociales y políticos, pero que, sin dudas, se propone al servicio de las juventudes para crear más y mejores oportunidades para todas y todos.
Estamos muy felices de poder concretar lo comprometido, de generar espacios, leyes y propiciar los cambios culturales necesarios para la juventud: falta, pero vamos bien, porque la construcción es con ellas y ellos. Nuestro reconocimiento a todas las personas que pusieron su parte para que en Neuquén haya ley de juventudes y se garantice especialmente la continuidad del Consejo Provincial de Juventudes, transformando la participación juvenil en una política de Estado.
* Subsecretaria de Juventud. Ministerio de Niñez, Adolescencia, Juventud y Ciudadanía. Gobierno de Neuquén.
Natalia Garay *
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