La Peña: El folclore volvió a ser el de antes con un invierno tremendo
Los festivales volvieron fortalecidos en el invierno del país, se llenaron de zambas y chacareras, fueron luces y brillo, trabajo para cantores y músicos.
El folclore necesitaba un invierno así. Lleno de música, de gente, de festivales que de algún modo sirvieran para recuperar todo el tiempo perdido en la pandemia.
Todo el tiempo en pausa parece haber potenciado el deseo del público en el país que en cada festival del invierno fue capaz de llenar, más allá del prestigio y la envergadura de la convocatoria. Los festivales volvieron fortalecidos en el invierno del país, se llenaron de zambas y chacareras, fueron luces y brillo, trabajo para cantores y músicos. El folclore volvió a ser intenso, disfrutable, volvió a ser una razón para guardar hasta el último peso para la entrada.
Salta fue la de más festivales de invierno, con varias convocatorias y con una central como lo fue el Trichaco, encuentro solidario capaz de reunir en un mismo escenario a los mejores que despliegan todo su saber a la hora del folclore. El Trichaco fue la síntesis del folclore benéfico y también el lugar donde el folclore se multiplicó en cada peña, en cada carpa, en cada asado donde se podía estar cara a cara con los exponentes más vigentes del género.
El país entero fue sumando convocatorias llenas de éxito, pero fue Catamarca la que reunió un millón de espectadores en las 10 noches de música en la Fiesta Nacional del Poncho, que se distinguió por una organización impecable y por la entrega total de los exponentes.
Esas ausencias tan marcadas en dos años, solo suplantadas por Cosquín y Jesús María en el verano, casi pasaron al olvido cuando los escenarios volvieron a mostrar a cientos de músicos que viven de su trabajo, a cantores de todas las calidades, a sonidistas e iluminadores que esperaban esta especie de renacimiento de las fiestas.
No se recupera todo el tiempo perdido, pero se vuelve a poner en marcha una pequeña gran industria que emplea a cientos de personas, que mueve hotelería, que despliega su propio mundo por las rutas del país. Y sin dudas eso es un muy buena noticia.
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