De Bariloche al mundo… en bicicleta

Cristian Almonacid lleva más de 3.800 kilómetros recorridos en su bici. Unió Bariloche con La Quiaca y va por más.

A fines de enero, Cristian Almonacid tomó coraje, agarró su bicicleta y partió de Bariloche rumbo a La Quiaca. Lo logró el último miércoles, tras seis meses.


El desafío surgió en plena pandemia luego de ver varios videos de viajeros aventureros en YouTube. La idea fue tomando forma hasta que, a fines del año pasado, decidió pedir licencia por un año sin goce de sueldo en la escuela privada donde trabaja como portero y lanzarse a la aventura.

Hasta ahora, lleva 3.800 kilómetros de ruta. La mayoría de los tramos los realizó solo; muchos otros, junto a compañeros que fue encontrando a lo largo del viaje con su mismo objetivo.

“En Cafayate, llegamos a ser nueve que salimos a la ruta 68 rumbo a la Garganta del Diablo y al Anfiteatro. Algunos se van quedando en el camino; otros seguimos. Dos de esos chicos ya proyectaron continuar viaje hasta México. Nos vamos pasando recomendaciones entre los que ya emprenden el regreso o los que van adelantando el viaje”, detalló el muchacho de 31 años.

A lo largo de su viaje, Cristian fue planificando tramos de ruta cortos -de no más de 100 kilómetros- aunque, muchas veces, el itinerario se fue modificando sobre la marcha, según los intereses y los paisajes.

El desafío surgió en plena pandemia luego de ver varios videos de viajeros aventureros en YouTube.


Gracias a este “año sabático”, el muchacho aseguró que busca un crecimiento personal. “Siempre me gustó viajar y conocer. Muchas veces, lo hice a dedo. En esta oportunidad, no se trata más que de valerse por uno mismo. La bicicleta te da eso. Si no pedaleás, no avanzás”, explicó desde Jujuy. Admitió que, al conocer la decisión del viaje, su familia “no estuvo muy de acuerdo, aunque terminaron apoyando”.

No hubo entrenamiento previo. Antes de la salida, solo se propuso hacer recorridos en la zona cordillerana de no más de 50 kilómetros. “Lo que incidió al salir a la ruta fue el peso. Armé la mochila con lo que consideré que era central -ropa y cosas de cocina-, pero a medida que avanza el viaje, me voy dando cuenta qué sirve y qué no”, confió Cristian.

Cada tramo que recorre en bicicleta es una aventura en sí misma. El paisaje muchas veces lo distrae, pero todo depende del estado de la ruta. “Hoy, por ejemplo, circulaban muchos micros y no había margen para distraerse. Pero hay rutas más solitarias que permiten ir inmersos en el paisaje”, aclaró.

A solo tres semanas del inicio del viaje, Cristian se planteó regresar ya que se topó con el tramo más complejo de todo el viaje. Fue en el circuito desde Aluminé hasta Villa Pehuenia, por la ruta 11 de Neuquén. “Es de ripio y es muy fea. Fue el único momento en el que pensé volverme. Dos días me tomó hacer ese tramo y me planteaba por qué había agarrado esa zona”, destacó.


¿Los lugares más impactantes? Cristian no duda en señalar a Chilecito, en La Rioja; y el ascenso al cerro 14 Colores en Humahuaca, con 1300 metros de desnivel llegando a 4300 metros sobre el nivel del mar.

Luego de pedir licencia en su trabajo, y como se quedaba sin obra social, optó por pagar un seguro a modo de recaudo que, hasta ahora, no debió utilizar. Su bicicleta sólo presentó alguna rotura y pinchó una goma. Cada tanto, Cristian la somete a algún service de mantenimiento para garantizar la seguridad del viaje.

En los últimos días, Cristian reconoció que en Salta y Jujuy se siente el frío especialmente en las noches, cuando la temperatura baja a siete grados bajo cero. Por eso, en estos lugares se hace necesario buscar refugios. Hasta ahora, muchas veces durmió en carpa al costado de un río o de la ruta, y llegó a dormir en el patio de una iglesia en La Rioja y en la comisaría de Márquez, a 50 kilómetros de La Quiaca. “En este pueblo, el comisionado nos prestaba un lugar, pero no tenía baños. Un efectivo policial que nos había visto en la ruta, nos preguntó si queríamos usar el baño de la comisaría y finalmente, nos ofreció dormir ahí. Rescato la solidaridad de la gente constantemente”, dijo.


En solo seis meses ya cumplió su sueño. Pero como le queda medio año libre, Cristian planea continuar viaje a Bolivia y regresar a Bariloche, desde el norte de Chile.

“Lo que más rescato de todo esto, más allá de los lugares, es ir compartiendo con un montón de gente. Me impresiona la cantidad de gente que te encontrás en el camino dispuesta a ayudarte. En todo momento, te preguntan si necesitás algo”, señaló.


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