Pedro Cahn, a dos años de la Fase 1: “El primer derecho humano es el derecho a estar vivos”

El reconocido infectólogo dialogó con RÍO NEGRO sobre la pandemia. Invitado por la UNRN, participará de la presentación de un libro que cuestiona la falta de una mirada interdisciplinaria en las medidas del gobierno.

“¿Se podrían haber hecho las cosas mejor? Seguramente. ¿Se podrían haber hecho las cosas con más tranquilidad? No lo creo”, dice Pedro Cahn desde Buenos Aires.

El reconocido infectólogo -presidente de la Fundación Huesped, que acaba de ser distinguido con la “Legión de Honor” de Francia por su aporte a la lucha contra el SIDA- analiza hoy lo ocurrido hace algo más de dos años, cuando el gobierno nacional lo convocó para integrar el comité de expertos que asesoró al presidente, Alberto Fernández, a la hora de tomar medidas ante la pandemia por covid-19.

Y dentro de ese contexto, admite que la intensidad de ese momento histórico no abrió paso a una mirada más interdisciplinaria a la hora de definir medidas.

Ese déficit en materia de pluralismo epistémico es el que aborda el libro “Ciencias y Pandemia. Una epistemología para los derechos humanos”, publicado este año por la Editorial de la Universidad Nacional de La Plata y que será presentado el próximo jueves 9, en el marco de una actividad organizada por el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Derechos, Inclusión y Sociedad (CIEDIS), Unidad Ejecutora de la UNRN.

Cahn será uno de los panelistas en ese evento y ayer dialogó con RÍO NEGRO sobre pasado, presente y futuro de la pandemia, ratificando que “no terminó, sino que cambió de fase”.

P: Va a participar de una actividad en la que se presenta un libro, que cuestiona la falta de una mirada interdisciplinaria a la hora de definir políticas públicas en medio de la pandemia. Se habla de una priorización de las miradas biomédicas, por encima de otras ciencias, dejando fuera de foco a los derechos humanos. ¿Cuál es su punto de vista ante esas reflexiones?

R: Es un libro que hace un desafío crítico en un momento en el que el desafío de la pandemia está relativamente controlado. Eso permite sentarse con más tranquilidad a reflexionar. Había que estar en el momento agudo, cuando nos encontramos con algo totalmente inesperado, cataclísmica, que vino como un tsunami a barrer con todo lo que conocíamos con relación a otras pandemias. Y seguramente muchas de las cosas que se hicieron se podrían haber hecho de manera distinta. Coincido en que hubiera sido mejor tener un enfoque más interdisciplinario desde el arranque, pero no estoy de acuerdo con quienes piensan que hubo una violación de los derechos humanos.

P: Claro, el libro no hace planteos en términos de violación, pero advierte que no se tuvo a los derechos humanos en el foco de las decisiones.

R: Sí, ese es un tema que se discutió al principio de la pandemia y la verdad es que el primer derecho humano es el derecho a estar vivos. Y eso es lo que hubo que privilegiar. Probablemente se actuó con la imprecisión y con la torpeza de quien está dando palos de ciego. Es algo que nos pasó a todos los que trabajamos en esto. Por eso creo que viene muy bien esta mirada interdisciplinaria, transdiciplinaria, cuestionadora, crítica, porque nos permite reflexionar sobre lo que pasó y tener una mirada más amplia y comprensiva sobre el tema.

P: El presidente dijo días atrás que los medios de comunicación “intoxicaron la cabeza de la gente” y citó un estudio de la Organización Mundial de la Salud que expone que el país tiene menor porcentaje de muertes por encima del promedio habitual con respecto, por ejemplo, a Estados Unidos. ¿Coincide con esa mirada? ¿Qué opinión tiene sobre las políticas públicas implementadas en la Argentina para controlar la pandemia?

R: Son dos preguntas distintas. Primero, no se trata de coincidir o no, sino de mirar datos objetivos, que marcan que el exceso de mortalidad que tuvo Argentina está en línea con países con mucho mayor desarrollo económico y social. Aun con esas diferencias, aun habiendo ingresado a la pandemia con un sistema de salud en desequilibrio, porque veníamos de una etapa en la que no había ministerio, con falta de equipamiento y de inversión en el sistema de salud, me parece que esos datos son muy meritorios. ¿Se podrían haber hecho las cosas mejor? Seguramente. ¿Se podrían haber hecho las cosas con más tranquilidad? No lo creo, porque era una demanda día a día.

P: ¿Y el rol de los medios?

R: Hubo de todo. Algunos ayudaron, difundieron, no sumaron alarma. Y hubo medios que hicieron de la pandemia un elemento más para meter dentro de la grieta política. Cuando la política partidaria se mete con la salud pública, se hace mala política y peor salud pública.

P: ¿Qué rol tiene hoy el comité de expertos que asesoró al presidente en la etapa más crítica de la pandemia?

R: Tenemos reuniones periódicas con el Ministerio de Salud. Tenemos un grupo de WhatsApp en el cual intercambiamos información y aportamos ideas. Con el presidente no nos vemos desde el momento de las elecciones del año pasado. La situación no ameritaba para tener un encuentro en Olivos o en Casa Rosada. Pero sí tenemos contacto con la ministra de Salud y su equipo. Somos asesores externos, no tenemos facultad para ejecutar políticas, no cobramos y con mucho gusto cumplimos nuestra función.

Cahn, detrás del presidente cuando se informó la prórroga del aislamiento social, preventivo y obligatorio hasta el 24 de mayo del 2020.

P: De lo que dijo antes surge una mirada autocrítica. Pero imagino que también computa aciertos en las decisiones tomadas por el gobierno. ¿Cuáles fueron?

R: Básicamente en tomar el problema muy temprano. La primera reunión del comité asesor fue en febrero del 2020. Y tomar rápidamente medidas de restricción a la movilidad, con el intento inicial de contención. Cuando vimos que era imposible contener, pasamos a la fase de mitigación. Otra cosa que se hizo bien fue generar rápido los mecanismos para que los trabajadores de salud tengan elementos de protección personal. De la misma manera que la prohibición de la exportación de respiradores y concentrar la venta en el país. Fueron medidas que ayudaron a evitar una situación como tuvieron otros países, como Perú y Ecuador, donde la gente se moría en las calles porque no había lugar en los hospitales. También se agregaron camas, se construyeron hospitales. Y por supuesto, la vacunación ha sido una gran herramienta. Hoy tenemos muchos casos de covid -muchos más de los que sabemos, porque no se testea a todo el mundo- pero no tenemos un crecimiento en la ocupación de terapias intensivas, en las formas graves y en la mortalidad.

P: Hay 11 provincias donde más del 50% de la población no tiene refuerzo de vacuna. ¿Qué nivel de protección genera estar vacunado sólo con dos dosis?

R: Tenemos un 10% de la población con una sola dosis, un 82% de la población con dos dosis y una proporción mucho menor con la tercera y la cuarta. Lo que tienen que saber esas personas sin refuerzos es que la protección es mayor cuando se tiene un mayor número de dosis. Como mínimo, el 70% de la población debería tener tres dosis. Por eso hay que insistir: la pandemia no terminó, sino que cambió su fase. Y siempre hay población vulnerable.

P: ¿Recomienda la vacunación en los niños?

R: Es como preguntarse si es recomendable alimentarse todos los días. Es obvio que los niños deben vacunarse. Tiene aprobada la Pfizer desde los 5 años y la Sinopharm desde los 3 años.

El reciente aumento de casos

P: ¿En este momento se puede hablar de cuarta ola declarada en Argentina?

R: Sin dudas. Logramos zafar de la ola de Delta porque se aceleró el plan de vacunación y se mantuvieron cerradas las fronteras. Pero cuando vino la variante nueva a principios de año ya teníamos mucha gente vacunada. Hoy tenemos una cuarta ola, pero con mucha menos repercusión en las formas graves de la enfermedad.

P: ¿Qué indicador debería aparecer para que los gobiernos piensen en algún otro tipo de medida, más allá de las recomendaciones básicas?

R: El indicador que más se sigue es la aparición de formas graves y la ocupación de camas de terapia intensiva. El número de casos no es un dato fiable, porque no se está testeando a todo el mundo, algo que es lógico.

P: ¿Cómo sale hoy Pedro Cahn a la calle, al trabajo, a los eventos sociales? ¿Qué recomendación hace de cara al invierno para prevenir el coronavirus?

R: Con invierno y todo, ventilación de ambientes compartidos. Hay que usar barbijo en lugares cerrados. Hay que vacunarse. Y tener presente que la pandemia no terminó, sino que cambió de fase.

Los medios hablaron despectivamente de las vacuas que compraba Argentina. Podían ser Pfizer, AstraZeneca y Moderna o ‘la rusa’ o ‘la china’. Para algunas había gentilicio, para otras había marca.

Pedro Cahn, médico infectólogo y asesor ad honorem del gobierno nacional.


El libro que se presentará desde la UNRN


El libro “Ciencias y Pandemia. Una epistemología para los derechos humanos” fue escrito por 30 autores provenientes de las ciencias sociales y las ciencias naturales, de la academia, de organismos internacionales y defensores de derechos humanos, de Argentina y de otras regiones del mundo. 

La presentación será el próximo jueves 9 a las 18, con una actividad virtual organizada por el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Derechos, Inclusión y Sociedad (CIEDIS), Unidad Ejecutora de la UNRN.

Los panelistas serán Verónica Gómez, jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; Pedro Cahn, presidente de la Fundación Huésped; Alicia Ely Yamin, profesora en Políticas de Salud y Derecho de la Universidad de Harvard; Mario Pecheny, investigador y vicepresidente de Asuntos Científicos del CONICET (IIGG-UBA); y Juan Pablo Bohoslavsky, investigador del CONICET-UNRN-CIEDIS, y editor del libro. La moderación estará a cargo de Eleonora Lamm, asesora regional para bioética y ética de las ciencias de la UNESCO.

La actividad, que cuenta con el auspicio de CONICET, UNESCO y EDULP (Editorial de la Universidad Nacional de La Plata), será abierta al público, no requiere inscripción previa y se transmitirá a través del canal de Youtube de la UNRN. 

El libro, que se puede descargar de manera gratuita, sostiene que “la pandemia del COVID-19 evidenció que las ciencias cuentan con el potencial de salvar vidas mientras que su menoscabo puede afectar a los derechos humanos, incluidos el derecho a la vida y a la salud”.

En ese sentido, destaca que “durante la pandemia la movilización de las ciencias y las políticas sanitarias han padecido de un marcado déficit en materia de pluralismo epistémico”, ya que “la interdisciplinariedad, y en particular los enfoques que exceden las respuestas científicas y estatales estrictamente biomédicas, han sido marginalizados”.


Viruela del mono: ¿hay que preocuparse?


P: ¿Cómo debe tomarse la viruela símica en Argentina?

R: Los que tenemos que preocuparnos en Argentina somos los que trabajamos en el tema. Para la población general no es un tema de preocupación en este momento. Hemos tenido dos casos esporádicos. Por el momento no hay razones para alarmarse. Subrayo “por el momento”, porque con este tipo de enfermedades siempre está latente la posibilidad de una expansión. Pero nada indica que eso sea así. Es una enfermedad poco transmisible, tiene una letalidad muy baja, no tiene nada que ver con el covid-19 y no hay que generar alarma en la población.


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