Un radar de Invap ya controla el Atlántico Sur

Un nuevo aparato construido en Bariloche a pedido de la Fuerza Aérea comenzó a operar en Río Grande, en el este de la isla de Tierra del Fuego. Controlará los movimientos en una zona sensible, donde están las islas Malvinas.

El primero de los cinco radares que la Fuerza Aérea le compró a Invap se instaló esta semana en Río Grande, en el este de la isla de Tierra del Fuego, desde donde comenzará a controlar el espacio aéreo de los rincones más australes de nuestro país. Este tipo de aparato tiene un alcance de 400 kilómetros y detecta todo tipo de nave que surque los cielos que lo circundan, pero lo más importante es que es un desarrollo enteramente argentino y que en Bariloche ya se están fabricando aparatos similares para Nigeria.

Un domo protege el aparato que se inauguró esta semana (Foto: Gentileza)

El Radar Primario Argentino (RPA) es un diseño de Invap, cuya área de radares es relativamente nueva en comparación con la nuclear o la espacial. Y el acuerdo con Jampur International FZE, de Emiratos Árabes Unidos, para la entrega de un RPA adaptado a la demanda de Nigeria, es el primer pie en el exterior de esta gerencia de la empresa estatal rionegrina.

“Es un radar táctico de defensa aérea 3D de mediano alcance de última generación”, describieron en el ministerio de Defensa, contratista de Invap para la Fuerza Aérea.

Los radares para vuelos colaborativos (los servicios comerciales) que hizo Invap, que son 23, ya cubren el 95% del espacio aéreo argentino, pero Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial requiere también de aparatos para vuelos no colaborativos, de los cuales ya se desplegó una docena de ellos; incluido este último en Río Grande.

Tanto creció esta área de negocios de Invap que hoy representa un cuarto de los ingresos y de las demandas de trabajo de la empresa.


Malvinas


Cuando inauguró el radar fueguino, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, hizo notar que la localización es “cerca del territorio que tenemos ocupado por una potencia extranjera”, por las islas Malvinas. “Vamos a fortalecer nuestra presencia en todo el país y ejercer con plenitud todos los derechos y los deberes que nos impone la soberanía sobre nuestro territorio, sobre nuestro mar y sobre nuestro espacio aéreo”, agregó.

Darío Giussi, gerente de Defensa, Seguridad y Ambiente de Invap, le dijo a RÍO NEGRO que el horizonte de trabajo en su área, de su entre lo contratado y lo que se irá firmando en estos meses, es de cuatro años. Para Invap una de las claves, además de la calidad y el cumplimiento, es la búsqueda de nuevos negocios, como el que desarrolla con la empresa estatal de energía de Jujuy (ver aparte).


Aviones


Una de las joyas del Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial creado en 2004 son los radares secundarios monopulso (RSMA), que en son los usa la red de aeropuertos de nuestro país.

De las 23 que Invap construyó y entregó, 22 precisan un upgrade. Con financiamiento internacional, la estatal Empresa Argentina de Navegación Aérea (Eana) contrató a la empresa rionegrina para esta modernización.

Esos radares son los que permiten el control de la actividad aerocomercial.

Una versión naval de este radar, el RSMA-N, está a bordo del rompehielos “Almirante Irízar”.

De los 21 radares meteorológicos (RMA), 11 ya están operativos y el resto en proceso de construcción.


Por delante


Hay en la lista una larga enumeración de desarrollos y de modernizaciones de aparatos cuya tecnología es casi obsoleta, equipos para mejorar las condiciones de rastreo de los aviones IA-58 Pucará Fénix y simuladores.

Por delante, la empresa tiene varios proyectos que, como desarrollo propio, lo realiza a riesgo propio, con la idea de venderlo.

•Radar Argentino en banda X Aerotransportados (RAXA) para aviones y helicópteros, tripulados y no tripulados.

•Radar de Vigilancia Terrestre y Costera de entre 30 80 kilómetros de alcance.

•Radar Multifunción 3D con un alcance de 200 kilómetros.

•Radar Multifunción 3D de alcance Naval para equipar patrullas oceánicas y buques de guerra de la Armada Argentina.

•Radares fabricados para la detección de drones.


Nigeria


El contrato con la empresa emiratí para la construcción de dos radares para Nigeria es un paso enorme para la empresa, que hizo pie en casi todo el mundo con proyectos nucleares (desde Australia hasta Holanda). En el área espacial, por ahora no hay mucha información del desarrollo de “smallgeos”, pequeños satélites de comunicaciones en sociedad con una empresa turca.

El contrato con la fundación Pallas, de Holanda, para el desarrollo y construcción de un reactor nuclear con fines medicinales e de investigación, le representa a Invap (y al país) el ingreso de dólares, una divisa cuya escasez genera crisis financieras recurrentes.

El contrato para Nigeria funciona en el mismo sentido: traen dólares a nuestro país a cambio de conocimiento.


La planta termosolar de Jujuy busca una tarifa atractiva


Para que la planta termosolar que Invap proyecta junto con otra empresa estatal, la jujeña Jemsa, se haga una realidad, el gobierno de Gerardo Morales busca que Cammesa,  la autoridad del despacho eléctrico argentina, firme un contrato con una tarifa que garantice el financiamiento o la inversión por parte de privados.

La clave de ese contrato es el precio que se le reconocerá por cada megavatio hora (MWh) generado.

Los planes nacionales de fomento de las energías renovables pagan tarifas fijas en dólares por esa energía, pero con un promedio muy por debajo de los 200 dólares el MWh que, según trascendió, Morales pretende que se le reconozcan.

Las plantas termosolares utilizan la energía del sol para calentar un tipo de sal que tiene la propiedad de fundirse y mantener la temperatura constante por varias horas.

Este es el desarrollo en el que trabaja Invap.

La idea de Jemse es una planta híbrida: fotovoltaica para aprovechar la luz del sol y termosolar para calentar el agua que el combustible de  turbinas a vapor durante las horas de la noche.

El cálculo original era que cada MW de potencia instalado cuesta 1.500.000 dólares, pero según dijo Felipe Albornoz, presidente de Jemse, el proyecto final supera esa cifra.

La idea es que esta planta tenga una potencia instalada de 50 MW.

Con una tarifa atractiva, el proyecto podría salir a buscar financiamiento (Morales le dijo hace una semana a RÍO NEGRO que tiene acceso a créditos de bancos chinos en dólares) o socios que inviertan en el proyecto, con la promesa de un recupero de la inversión relativamente ágil.

La idea es inyectar esta producción al sistema interconectado nacional.

La idea es construir primero el parque fotovoltaico de 10 MW, que entregará su producción mediante una línea de alta tensión de 345  kilovoltios (kV), de la transportista Interandes.


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