Se encontró con su abusador en una marcha pero después tardaron más de dos años en ubicarlo
Al imputado le formularon cargos y ordenaron la extracción de sangre para una prueba de ADN. A pesar de que no tiene domicilio fijo, la fiscalía no pidió la prisión preventiva.
Un mes después de haber sido abusada en un descampado, una adolescente se topó con el autor del hecho en una marcha en el centro de Neuquén. Lo señaló a los gritos, hubo un repudio masivo y el acusado escapó. Recién lograron dar con su paradero dos años y medio después para formularle cargos por abuso sexual agravado por el uso de arma.
El hecho ocurrió el 19 de octubre de 2019 y al imputado le dictaron una prohibición de acercamiento a la víctima. Además está obligado a presentarse en la fiscalía una vez por semana. En cambio no se solicitó la prisión preventiva, pese a que no tiene domicilio fijo.
Según fuentes del Ministerio Público Fiscal, resta una prueba decisiva: el cotejo de ADN. La defensa se opuso a que le extraigan sangre al imputado, y la jueza Estefanía Saulí ordenó que la medida se lleve adelante. Cuando se conozca el resultado de ese examen la situación procesal podría modificarse.
La víctima de 19 años fue abordada por el imputado alrededor de la 1:30 de la madrugada cuando caminaba por la vía pública en inmediaciones de la plaza Abelardo Castillo, ubicada sobre Avenida del Trabajador, en proximidades del hiper La Anónima.
Amenazada con un cuchillo
El sujeto la amenazó con un cuchillo tipo Rambo y la obligó a desplazarse hasta la zona de bardas, detrás de una cancha de fútbol del barrio Fonavi, en Cacique Manquel y República de Italia.
De acuerdo con la denuncia la joven le ofreció dinero, pero el hombre tenía otro objetivo, y abusó de ella. En un momento de distracción la víctima pudo escapar y llegó hasta la estación de servicios del híper, donde recibió ayuda.
Hizo la denuncia ante el fiscal Andrés Azar, se le realizaron las prácticas que indica el protocolo para estos casos y comenzó la investigación, que al comienzo no arrojó resultados.
Un mes después, la joven participaba de una marcha por el centro de Neuquén cuando se cruzó con el abusador. Ante el repudio masivo, el hombre escapó corriendo.
La investigación dio un gran paso: ya se contaba con el nombre del sospechoso. Y con una dirección: vivía en una casilla de Allen.
La venganza que entorpeció todo
Pero sucedió que los vecinos de la ciudad rionegrina también se enteraron de la acusación y le quemaron la casilla. Desde entonces, el acusado empezó a vivir en una carpa que cambiaba continuamente de ubicación y se le perdió el rastro.
Una vez más se demostró que la venganza por mano propia entorpece las investigaciones penales.
El caso recayó en otro fiscal, Manuel Islas, quien le tomó una ampliación de denuncia a la víctima.
Recién en agosto del 2021 se logró citar al acusado para una rueda de reconocimiento a la que no se presentó, por lo que fue declarado en rebeldía. Y volvieron a dar con su paradero en abril pasado.
Rueda de reconocimiento
El 12 de abril se hizo una rueda de reconocimiento que dio positiva, y el lunes se produjo la audiencia de formulación de cargos. La acusación es por abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma.
Islas solicitó como medida de coerción y por el término de seis meses, la prohibición de acercamiento del imputado hacia la víctima a menos 300 metros, así como de todo tipo de contacto, directo o indirecto, por sí o por terceros y por cualquier medio y la obligación de realizar comparendos semanales en la sede del Ministerio Público Fiscal.
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