El Aluminé, postales de un río que en otoño viste su mejor color
La bajada por el Río Aluminé se realiza por un paisaje típico de los que corren en la transición del bosque Andino Patagónico y la estepa patagónica. El fotógrafo Patricio Rodríguez siguió su camino y capturó las postales más hermosas.
Entre sombras y luces de oro, la estéril tierra de los cerros se ve atravesada por el emblemático Río Aluminé, que recorre cientos de kilómetros entre la rusticidad y la escenografía patagónica montada por los vientos, da vida en su recorrido a miles de pobladores. Nace en el lago del mismo nombre, se encuentra a 40 kilómetros, aproximadamente, de la localidad de Aluminé y a 20 de Villa Pehuenia; centros turísticos de primera calidad.
Es uno de los más caudalosos de la provincia, alimentado por el Quillén, el Pilo-Lil y el Nahuel Mapi, entre otros, llega con sus aguas hasta el Collón Cura, donde todas las bellezas parecieran haberse dado cita para deslumbrar al navegante ávido de emociones.
El Río Aluminé nace en el lago y le da vida a distintas poblaciones, como Pilo Lil. Distante a 480 km de Neuquén Capital, es uno de los mejores ríos de aguas blancas del país, ideal para el rafting, y que adquirió fama mundial, cuando se convirtió en sede para el mundial de esa actividad, hace unos años.
Tiene un largo recorrido y una variante conformación del entorno que recorre, que hace imposible abordarlo como una misma unidad, por lo que para un más detallado análisis conviene dividirlo en tres secciones: Aluminé superior, Aluminé medio y Aluminé inferior.
Va bordeando la Ruta 23, por un camino de ripio de Aluminé a Pilo Lil, y de ahí al Río Malleo está asfaltado recientemente.
Comentarios