La transformación digital y los procesos de cambio
El mundo de la pospandemia trae consigo un escenario diverso y desafiante. Comprender la necesidad de ser protagonistas es la llave para llevar las organizaciones y empresas rumbo al futuro.
Por Marcelo Padovani (*)
Para poder ser protagonistas del futuro de los negocios, debemos que ser conscientes de lo que emergerá en el futuro inmediato.
Cada vez más claro que hay tres tendencias que van a consolidarse en el presente escenario a partir de la crisis global generada por la pandemia.
En primer lugar, se vislumbra una masiva aceleración por parte de las diferentes industrias en cuanto al uso y aplicación de plataformas digitales. A la vez, existe una rápida adopción de las mismas por parte de los consumidores (sea para comprar, para estudiar, para la salud o para entretenimiento), y al mismo tiempo se multiplica la utilización de canales digitales para buscar, informarse y comprar.
La transformación digital no es otra cosa que una profunda metamorfosis organizacional y cultural, utilizando los medios, plataformas, ecosistemas y modelos de gestión digital que ahora están disponibles. Por lo tanto, las organizaciones precisan enfocarse en la parte humana y sistémica de la transformación digital, incluyendo la incorporación de nuevas formas de trabajar y de relacionarse.
La responsabilidad de quienes están a cargo de los negocios, es pensar cómo vamos a ajustar o adaptar la estrategia en función de los cambios de mercado.
En segundo término, un enorme desafío de las empresas y organizaciones en general es volver a ganar la confianza de los consumidores. Volver a volar, a comprar en lugares cerrados sin barbijo, a comer en restaurantes o cafeterías, va a requerir de condiciones similares a lo que sucedió después del 11 de Septiembre de 2001 con los procesos de check in o aduanas en los aeropuertos.
En el caso de las tiendas y negocios, por ejemplo, la verdadera pregunta es no solo cuando los gobiernos decidirán la apertura sino cuanto tiempo va a tardar el consumidor en perder el temor a retornar a la “vieja normalidad” de hacer las cosas. Para eso, es clave como enfrentan las distintas empresas esos procesos de “retorno”.
Por último, la eficiencia se debe transformar en resiliencia. Los sistemas organizacionales eficientes, no alcanzan si no son lo suficientemente robustos. La pregunta hasta hoy era: ¿qué tan bueno es mi negocio? El día después de la pandemia será: ¿qué tan robusto y adaptable es mi negocio para soportar una crisis?
La responsabilidad de quienes están a cargo de los negocios sea como dueños o empresarios, como directores de una corporación o responsables de áreas funcionales, es pensar cómo vamos a ajustar o adaptar la estrategia en función de los cambios de mercado.
De alguna manera, estas tendencias nos obligan a dejar de mirar el regreso como un destino en sí mismo, sino entender el complejo camino que implica:
• Recuperar los ingresos a partir de la reconstrucción de la operación.
• Repensar la organización.
• Acelerar la adopción de soluciones digitales.
El enorme desafío nos devuelve a la reflexión con la que comienza esta columna. Ubicarse en la vereda de la explicación del porque las cosas no cambian, no nos permitirá ser verdaderos agentes de cambio. El proceso de transformación comienza en cada uno de nosotros (sin duda, en los líderes con mayor peso) y en una profunda convicción interna de la necesidad de cambiar y de ser parte de los cambios.
* Máster en Finanzas Corporativas (CEMA) y Máster en Alta Dirección (IAE).
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