Calefaccionarse con leña cuesta un 50% más caro que el año pasado en Roca
El drama de no contar con el servicio de gas angustia a cientos de familias en Roca. Los vecinos aseguraron que necesitarán más de $40 mil para no sufrir el frío.
Cuando empieza a sentirse el frío en Roca cientos de familias que viven en las zonas periféricas deben hacer malabares para encontrar un poco de leña para calefaccionarse.
La ayuda social no alcanza para paliar las temperaturas del invierno que llegan hasta los 6 grados bajo cero, e incluso más en algunos sectores periféricos de la ciudad.
Este año los vecinos que necesiten comprar leña necesitarán más de $40 mil para pasar los meses del invierno, un 50% más si se compara con el año pasado.
La lucha es dura teniendo en cuenta la situación económica que atraviesan las familias de bajos ingresos y que deben buscar equilibrio con respecto a otras necesidades.Además de esto el costo del gas envasado ha incrementado al igual que la madera.
“Yo me sostengo con el salario de mis hijos, no cobro nada más. Me las rebusco porque la ayuda de los papás de los nenes es nula”, afirmó Verónica Goméz, una joven que reside en barrio Chacra Monte desde hace ocho años. Gran parte de sus reducidos ingresos son destinados a mantener algo de calor en el interior de su casa de madera.
Verónica necesita cerca de cuatro bins de leña para cubrir su necesidad mensual, cuyos precios por unidad van en torno a los $3500 y $4500 dependiendo del tipo de árbol del que provenga. El año pasado solo gastaba por bin entre $2300 y $3000, según la calidad que buscara.
A eso se le agrega el costo de la recarga de la garrafa que utiliza para cocinar, que asciende a los $900 y dura en promedio dos semanas.
En más de una oportunidad debió recurrir a la ayuda de su padre para asegurar la manutención de sus tres hijos, cuyas edades rondan los siete, cuatro y dos años. Aunque a veces no basta, por lo cual el número de comidas se debe acortar para poder hacer “rendir” un poco más el gas envasado.
En busca de futuro
Una historia similar es la de Johana y Emanuel, un matrimonio tucumano que llegó hace dos años al Valle con la expectativa de un mejor futuro. “Es muy caro hacer la instalación de gas, no te queda otra que comprar leña”, comentaron en referencia a su situación.
La familia, que actualmente se encuentra edificando su hogar en Chacra Monte, cuenta con un solo ingreso de $60 mil mensuales. Una cifra imposible de sustentar las necesidades de sus cuatro miembros y de cubrir los $40 mil que cuesta un camión de leña para pasar el invierno.
“La mayoría de las veces nos manejamos con los comedores”, precisó la pareja. El sueldo no solo no alcanza para aplacar las bajas temperaturas, sino que también hace crujir a los estómagos.
Por su parte, Vanesa Ybarra y Miguel Cardozo llegaron desde Misiones con la esperanza y la ilusión de progresar para sus dos hijos. Aunque no esperaron que el frío se convirtiera en un vecino “molesto”, sobre todo para los más chicos
Actualmente, ante la ausencia de ingresos fijos, debieron recurrir a maderas de una vieja construcción para calefaccionarse. Solo pueden cubrir el monto de la garrafa, la cual tratan de hacer rendir al máximo, tanto para higienizarse como para alimentarse.
“Pese a todo, a comparación del norte estamos mucho mejor acá. En las chacras hay mucho trabajo para hacer, aunque es mucho más caro”, precisó Ybarra. La familia recordó que los ingresos generados en una semana en el Alto Valle, solo es posible de acumular a lo largo de un mes en la producción yerbatera.
Este año la pareja se inscribió al programa municipal de “Leña y Garrafa”, aunque el año pasado un error administrativo los dejó afuera. “Fue duro”, aseguraron tras recordar el periodo estival pasado.
Una mano que no alcanza
La poca ayuda que suelen recibir estos sectores por parte del Estado parece ser insuficiente y algo tardía. Se espera que el Municipio comience con la repartición de bolsas de leña el mes próximo, según les fue comunicado a los vecinos.
Hasta el momento hay 750 inscriptos a este plan, que está previsto para abordar especialmente a hogares con niños, personas con problemas de salud y adultos mayores que no pueden abonar los costos de calefacción.
Yo no entiendo sobre el gas. Una vecina fue a pedirlo pero no le dieron bolilla. Tenés que arreglartela solo
María Inés Inares, vecina de Chacra Monte
Según comentaron voceros del Ejecutivo, el reparto de leña se realiza cada 15 días, comenzando en el sector ribereño y rural. Luego se continúa con el resto de los barrios de la ciudad, casa por casa.
En el caso de las garrafas la entrega se efectúa en los centros comunitarios de cada barrio. Allí se hace el intercambio de los envases vacíos por los rellenos, cada uno de ellos tiene una capacidad de 10 kilos.
“Acá no hay ayuda de nada, tenés que arreglartela solo”, comentó Cecilia, una vecina del sector rural de la ciudad. Su afirmación es compartida por muchas familias quienes deben hacer grandes esfuerzos particulares ante el reducido aporte gubernamental.
La mamá de Cecilia, María Inés, nunca conoció a las redes de gas. Ya que el servicio solo llega hasta algunos sectores del barrio Chacra Monte, sobre los sitios más consolidados. “Yo no entiendo mucho sobre el gas. Una vecina fue a pedirlo pero no le dieron mucha bolilla”, expresó María Inés, quien hace cinco años reside en el sector.
Tampoco el servicio eléctrico es el mejor, en muchas casas las conexiones clandestinas sobrecargan la red. Esta situación trae aparejado una notable baja de la tensión, incluso en los lugares con un medidor legal.
Dato
- 750
- incriptos hay en el plan municipal para el reparto de leña que se realiza cada 15 días.
Incremento del precio de la leña
Desde las leñeras de la ciudad también confirmaron que habrá un aumento en los próximos días de aproximadamente un 5% en los precios. La mayoría trae madera dura del norte como quebracho mientras que se provee la leña frutal de la zona.
Gisela trabaja en una leñera que hace 10 años está en el negocio. “Vendemos bolsas por cinco, 10 kilos y suelta para calefacción”, contó.
La comerciante señaló que a pesar de los aumentos las ventas se mantienen. “En invierno por los clientes que buscan calefacción y en verano para el asado”, señaló.
“Viene mucha gente del campo, y se llevan leña suelta para calefacción entre 300 o 400 kilos. El kilo sale $42 de quebracho colorado. Si es menos de 300 kilos se pide que la vengan a buscar. A partir de los 300 kilos la llevamos nosotros sin cargo”, comentó.
Gisela explicó que con estos 400 kilos las familias pueden calefaccionarse por dos meses al ser una leña dura.
“El año pasado el kilo de leña estaba a $30, ahora está en $42, se espera un incremento la semana que viene”, anticipó.
Dato
- 42
- mil pesos cuesta un camión de leña. Según las familias de Roca esa cantidad es suficiente para pasar el invierno.
Las estufas eléctricas, opción poco rentable
Muchos barrios que no cuentan con el servicio de gas eligen la calefacción eléctrica. Sin embargo desde la empresa de Edersa explicaron que si bien los aparatos son fáciles de adquirir, el consumo es el problema. “Se intercambia energía eléctrica por calor, por cuánto mayor requerimiento de calor tenga el domicilio, mayor será el consumo de energía eléctrica y la factura crecerá”, informaron.
Estos artefactos consumen dos a tres veces lo que una heladera lo hace por hora. Además, generan sobrecarga sobre la instalación eléctrica domiciliaria, que generalmente no está preparada para tal consumo nuevo, poniendo en riesgo a los ocupantes de la vivienda.
Desde la compañía indicaron que encuentran “nuevos suministros en los cuales se instalan cocinas eléctricas y/o termotanques eléctricos, como también sistemas de aire acondicionado frío-calor. Estos electrodomésticos generan grandes consumos y son de uso diario, tanto en invierno como verano”.
En vistas que el consumo domiciliario se incrementa año a año, comunicaron que la distribuidora eléctrica realizó análisis de redes y aumentaron sus infraestructuras, reemplazando conductores por otros de mayor capacidad y repotenciando subestaciones transformadoras para “garantizar el abastecimiento de energía”, aseguraron.
En cuanto a las conexiones clandestinas indicaron que pueden generar electrocución y riesgo de caída, al manipular cables energizados y en altura, sin materiales normalizados ni herramientas apropiadas. “Tampoco usan elementos de protección personal. Existen otros riesgos generales, como sobrecargas o explosiones en los cables, lo que ocasiona incendios”, explicó personal de Edersa.
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