La sequía deja sin comida a 20 millones en el Cuerno de África
Simon VALMARY*
Desde el sur de Etiopía hasta el norte de Kenia, pasando por Somalia, el Cuerno de África sufre una enorme sequía que preocupa a las organizaciones humanitarias y amenaza de hambre a unas 20 millones de personas.
Una conferencia de donantes organizada en Ginebra permitió obtener la semana pasada cerca de 1.400 millones de dólares para ayudar en esta lucha.
En esta enorme región, cuya población vive sobre todo de la ganadería y la agricultura, las últimas tres temporadas de lluvias desde fines de 2020 se han caracterizado por las bajas precipitaciones, además de una plaga de langostas que devastó los cultivos entre 2019 y 2021.
Un mes después del inicio teórico de la temporada de lluvias, “el número de personas que padecen hambre a raíz de la sequía podría subir drásticamente, pasando de la estimación actual de 14 a 20 millones en 2022”, declaró el mes pasado el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en un comunicado.
Cerca del 40% de la población de Somalia, es decir seis millones de personas, enfrenta niveles extremos de inseguridad alimentaria y algunas zonas ya conocen probablemente el hambre, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
De acuerdo con la ONU, 6,5 millones de personas requieren ayuda alimentaria en el sur y sureste de Etiopía.
En el este y el norte de Kenia, al menos 3 millones de personas necesitan asistencia alimentaria.
“Tenemos que actuar ahora (…) si queremos prevenir una catástrofe humanitaria”, declaró de su lado durante una sesión informativa en Ginebra Chimimba David Phiri, el representante de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ante la Unión Africana.
La situación se ha agravado con el conflicto en Ucrania, que contribuyó el aumento de los precios de los alimentos y del combustible y ha perturbado las cadenas de abastecimiento, subrayá la ONU.
Niños en peligro
Según Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, unos 10 millones de niños de Yibuti, Etiopía, Somalia y Kenia necesitan asistencia vital.
“Más de 1,7 millones de niños sufren están gravemente malnutridos en la región”, declaró Russell, en un comunicado publicado tras una visita de cuatro días a Etiopía la semana pasada.
De acuerdo con esta responsable, la falta de agua potable aumentar el riesgo de enfermedades entre los niños, mientras que cientos de miles de ellos ya no van a la escuela, al verse forzados a caminar varias horas por día para encontrar agua y alimento.
En 2017, una movilización humanitaria anticipada logró evitar la hambruna en Somalia, a diferencia de lo acaecido en 2011, en que 260.000 personas –la mitad niños menores de seis años– murieron de inanición o por trastornos vinculados al hambre.
Más allá de las consecuencias mortales directas, la escasez de agua y de pastura también son fuentes de conflicto, sobre todo entre los pastores.
En Kenia, reputado por sus reservas y parques naturales, la fauna salvaje también se encuentra amenazada.
Se ha constatado una enorme cantidad de casos de animales salvajes (jirafas, antílopes…) muertos por falta de agua y alimentos.
Ocurre además que muchos animales abandonan su hábitat natural para buscar agua o alimentos.
En el centro del país, grandes felinos han atacado al ganado, y elefantes o búfalos llegan hasta las fincas para pastar, lo que provoca la cólera de los campesinos damnificados.
* Periodista de AFP
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