Alta Viedma: cambios al tipo de construcción en la costanera
Se definieron tres sectores con características particulares donde los límites de altura serán de 15 o 18 metros y sin limitación en zonas próximas a los puentes.
A fines de 2021 el Poder Ejecutivo municipal presentó el proyecto Alta Viedma y a principios de este mes recibió el respaldo de todos los integrantes del Concejo Deliberante para convertirse en ordenanza y, así, producirá cambios en las construcciones en altura en toda la costanera de la capital provincial.
Aquella iniciativa del gobierno de la ciudad fue presentada como una propuesta para redefinir los perfiles para el desarrollo local, complementar la característica administrativa potenciando el desarrollo turístico, recreativo, deportivo y paisajístico.
El proyecto original sufrió algunos cambios tras la participación de concejales de los distintos bloques y, en especial, a partir de propuestas de los distintos colegios de profesionales que fueron invitados a participar en el análisis.
Entre los fundamentos de la ordenanza definitiva se destacan “el incentivo a la inversión privada”, la posibilidad de “potenciar oferta de servicios”, “rediseñar la morfología urbana” y “socializar la vista al río”.
La costanera, en sus casi siete kilómetros de extensión, tendrá tres sectores con características bien definidas.
La zona más amplia es la identificada como R4T Residencial Turística que abarca desde la finalización del parque Jorge Ferreira hasta la calle Alicia Moreau de Justo, entre el puente nuevo y 25 de mayo, desde José María Guido hasta Don Bosco y se agregó el sector entre la calle Choique y la cancha de fútbol del club Villa Congreso.
El límite de altura será de 15 metros desde el nivel del cordón y en casos que la planta baja esté destinada a local comercial de servicios al turismo, la altura total del edificio podrá ser de 16 metros. Se exigirá un módulo de estacionamiento para cada vivienda.
El segundo sector se denomina R4C Residencial Central, entre 25 de mayo y Guido, donde la altura máxima estará delimitada por la superficie de los terrenos: en caso que sean de 450 metros cuadrados, o más; se podrá edificar hasta los 18 metros y cuando son menores a esa medida hasta los 15; en todos los casos con retiros de frente y fondo de 5 metros cada uno.
Por último, se crea la zona R4A Residencial Alta, ubicada en los extremos de la costanera. Hacia el norte pasando la calle Alicia Moreau de Justo y hacia el sur en la zona posterior al puente viejo. En ambas zonas los lotes deberán tener un frente mínimo de 30 metros y una superficie mínima de 1.000 m2.
Se podrán construir edificios en torre sin límite de altura, con retiro bilateral de 3 metros y 6 metros en frente y fondo.
En la zona norte por ser de quintas se deberá preservar la vegetación existente, el 50% de la parcela tendrá suelo absorbente/permeable y se preveen “usos de servicios más tranquilos y residenciales, se fomentará la construcción de hoteles, apart hoteles y restaurantes y no se permitirán café concert, cantinas ni salones de fiestas”.
En la zona Sur el 50% del suelo también deberá ser permeable y se admitirán usos referidos a actividades náuticas ya que en ese sector se ubica el viejo anhelo de construir la pista de canotaje.
Todas las futuras construcciones deberán tener un módulo de estacionamiento por cada unidad funcional y serán obligatorios los servicios públicos. Todo nuevo fraccionamiento deberá contar con alumbrado público, alumbrado domiciliario, redes de agua potable, gas y cloacas; cordón cuneta, desagües pluviales, pavimento, forestación y parquización. En ese sentido las empresas Edersa y Aguas Rionegrinas indicaron que las obras “son factibles”.
Para la aprobación de planos de los edificios en altura se exigirá un estudio de impacto ambiental.
Apoyo en el Deliberante capitalino
El proyecto del Ejecutivo “Alta Viedma” fue presentado en 2021, tuvo amplio tratamiento en las diferentes comisiones y también contó con aportes de los Colegios de Ingenieros y Arquitectos de la ciudad.
Durante la discusión en el recinto, el concejal Luciano Ruíz (FdT) recordó que la propuesta tuvo “no menos de cinco modificaciones”, que “podría haber tenido algunas más” y “es responsabilidad nuestra no llegar a algunas modificaciones que podrían seguir enriqueciendo esta propuesta”.
Agregó que “no solo hay que modificar el código en cuanto a los parámetros sino también en cuanto a los usos” porque “la ciudad, en los últimos 30 o 40 años, ha crecido y modificado mucho”. “Hay que modificar los usos para poder generar un mayor movimiento productivo, de construcción y no solo pensar en edificios que sirvan de departamentos familiares o alquiler por día, que no tengan que ser oficinas para alquilar al Estado provincial”. En ese sentido recordó “los hoteles que podrían ser demandados por turistas y se convirtieron en oficinas”.
El edil enfatizó que “resta ver cómo vamos a avanzar” porque “por ahora lo que están planteando es un Alta Costanera. Para que sea Alta Viedma tenemos que ir por el camino de la integración de la ciudad; eso todavía lo estamos esperando”.
La concejala Roberta Scavo (Pro) cuestionó que el proyecto “estuvo cien días sin tratamiento” aunque rescató que “desde todos los bloques hemos aportado alguna visión, algunas fueron tenidas en cuenta y otras no”.
En ese sentido agregó “la capacidad de la reserva de agua” porque “hoy falta presión en Viedma y el informe de Aguas Rionegrinas habla de la necesidad de reforzar con obras en las cañerías troncales de agua y cloacas” y señaló que “estamos siendo demasiados confiados en cómo está la ciudad”.
Lamentó que no se incorporó el tema de la energía sustentable y destacó “el aporte de la defensa costera y la línea de ribera”.
Vanesa Cacho Devincenzi (PAR) dijo que “no se va a llenar la costanera actual de rascacielos o edificios de grandes alturas, pegados unos a otros sin sol ni vista, superpoblado y con un caos vehicular, y problemas sobre los servicios”. Dijo que en realidad con los cambios en el Código de Planificación Urbana “la traza de la costanera actual no tendrá prácticamente modificaciones en las alturas de sus inmuebles, quedando los edificios altos para las futuras nuevas trazas del área costera donde se prevén espacios necesarios para estacionamiento, prefactibilidad de servicios, conservando la mayoría de los árboles, entre otros”.
Cacho Devincenzi señaló que “es muy bueno que se promueva la inversión privada pero debe ser prioritario también la contratación de trabajadoras y trabajadores de Viedma en todos los ámbitos laborales que genere este cambio”.
Por último, Pedro Sánchez (UCR) recordó que “esta es la cuarta versión del proyecto: esto habla bien porque entre noviembre del año pasado a la fecha se incorporaron sugerencias de los colegios profesiones, se pudieron corregir errores y agregar los límites de las zonas” y los informes de factivilidad de los servicios “que no estaban incluidos”.
Dijo que “se incorporó que los desarrolladores son los responsables de hacer la inversión para la defensa costera del río” y “fue interesante la discusión de la infraestructura necesaria para edificaciones de estas características”. Agregó que “se entró en la discusión sobre el uso y mi posición es que los usos tengan que ver con la actividad comercial”, que “sea lo más amplia posible y que el mercado después determine”. Difiere en “que no haya edificios para oficinas porque los que demandan determinan los usos”.
La ciudad que queremos… la que soñamos… la que tenemos
*Por Liliana Verbeke*
A 243 años de su fundación, Viedma reclama una planificación adecuada y una definición sobre su perfil que en determinados tramos del devenir de la historia estuvo muy lejos de ser el que avizoró su fundador, un agricultor que advirtió un valle bajo y un suelo fértil, agua dulce en abundancia y un mar muy próximo.
Según el documento de la Cepal “Población, territorio y desarrollo sostenible”, América Latina es la región más urbanizada del mundo en desarrollo”. Dos tercios de la población vive en ciudades de 20.000 habitantes o más y casi un 80% en zonas urbanas”. La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena ha dicho que “el territorio importa… y mucho. Hay que prepararse para un futuro cada vez más urbanizado”.
La ciudad capital no escapa a ello, lo que trae aparejado los conocidos “déficits urbanos”, precarios sistemas de hábitat, improvisados asentamientos, las clásicas “tomas”, carencia de servicios básicos o en malas condiciones de mantenimiento en barrios Fonavi, necesidad de más sitios y espacios públicos de recreo, deficiencias en el transporte público…
La presencia de dos universidades nacionales y otros institutos terciarios y/o universidades privadas, imprimen un toque diferente, actual y juvenil a la Viedma del primer y más importante centro educativo de la Patagonia como lo fue la Escuela Normal Nacional de Maestros y el Colegio Salesiano.
En lo turístico y deportivo se alienta al turismo de eventos en franco y constante desarrollo y a la mayor y mejor línea de servicios para el uso del tiempo libre.
La economía viedmense se encuadra también en ingresos locales provinciales, coparticipación municipal y recaudación por parte del municipio. Dinero fresco que mes a mes se maneja en la ciudad con el pago de salarios provinciales, fondos nacionales que ingresan a Viedma por jubilaciones, planes, organismos y cargos nacionales –aportes nacionales destinados a Obras Públicas locales- etc.
El comercio local es alentado por la oferta y competencia de algunos supermercados y bocas de venta específica de materiales de construcción, artículos para el hogar etc., los clásicos almacenes y despensas barriales y actividades que se desarrollan y producen en el Parque Industrial. Esta sumatoria evita lo que antes era un éxodo continuo hacia otras ciudades en búsqueda de provisiones.
Los cultivos en chacras y huertas orgánicas, las frutas finas, la cebolla y el “boom” de los frutos secos exportables, la miel, los olivares y la producción de aceites galardonados a nivel internacional… todos ellos abren la puerta al mundo a un sinfín de productos que seguramente soñó el “agricultor andaluz”.
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