Miguel Mateos: 40 años de canciones sin tiempo

El músico dará dos shows, el próximo fin de semana en Neuquén, en los cuales recorrerá cuatro décadas sembradas de hits, tanto de Zas como de su no menos prolífica etapa solista.

Algún recreo del colegio secundario, un viaje en tren o en el colectivo, una juntada en una plaza, un ensayo en alguna casa familiar o un show en algún barcito de la periferia suelen ser momentos y lugares fundacionales de cualquier banda de rock, momentos y lugares que muchas veces se diluyen en la memoria de sus protagonistas. Pero nada de esto parece haberle sucedido a Zas, la banda que Miguel Mateos fundó en 1979 y que fue una de las bandas de sonido de los ‘80.


Es probable que Zas haya tenido ese origen común a toda banda, pero no todas las bandas –bien podríamos decir que ninguna- telonean a Queen durante tres shows para unas 150 mil personas sin haber grabado siquiera un single. Acaso sea por esta circunstancia extraordinaria que su líder sostiene que el 28 de febrero de 1981, día del primero de los tres conciertos de Queen en Vélez, sea el comienzo formal de Miguel Mateos/Zas.
En 2019, mientras trabajaba en un show que iba a celebrar la recuperación de los masters de los primeros discos de Zas publicados en su tiempo por Music Hall y que volvieron a sus creadores gracias al Instituto Nacional de la Música (Inamu), show que iba a llamar Retrospectiva, Mateos cayó en la cuenta que en 2021 iban a cumplirse 40 años de las presentaciones en Vélez. Fue entonces que aquella retrospectiva tomó otra dimensión, una más amplia y que tenía que ver con toda su carrera más allá o, en todo caso, más acá de Zas.


Y el año pasado, a cuarenta años de aquel comienzo formal de la carrera musical de Miguel y también de su hermano Alejandro, quien lo acompañó como baterista durante casi todos esos años, comenzó con una serie de shows celebratorios en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, los mismos que dará el próximo fin de semana en el Casino Magic de Neuquén. Serán finalmente dos porque, a la fecha original del viernes se le sumó una más el sábado tras agotar entradas una semana antes.


Con 18 discos editados entre 1982 y 2019, a Miguel Mateos le sobran hits, sobre todo de su etapa con Zas. Sin embargo, para estos conciertos decidió tocar un tema por disco. Se trata de un recorrido testimonial por una obra sólida capaz de sobrevivir y trascender su momento de una abrumadora popularidad de mediados de los ‘80. Serán shows donde prolífica su etapa solista tendrá tanta importancia como la de los inoxidables y particularmente vigentes hits de Zas.
En un extenso diálogo telefónico con RÍO NEGRO, el autor de clásicos como “En la cocina, huevos”, “Extra, extra”, “Obsesión” y “Lola”, entre tantos otros, reflexionó acerca de su carrera artística, además de adelantar de qué irán los shows que dará en Neuquén.


“Decidí tocar una canción por cada uno de los discos, la que sienta más representativa de ese tiempo porque creo que cada canción es un registro histórico, social y político del país y el mundo, y, a la vez, de mi propia vida. Por eso, aprovecho para contar anécdotas e historias de cada canción, cada momento de cada época”, revela el músico. “No será un recorrido cronológico y en los bises van a aparecer algunas canciones más como para hacer justicia con aquellas que todos quieren escuchar y se quedaron afuera de la lista”.

«Rockas vivas», el directo editado en 1985 fue el disco más vendido del rock nacional hasta que fue superado por «El amor después del amor» de Fito Páez.


El cancionero de Miguel Mateos funciona perfectamente como un diario de los últimos cuarenta años de este país, pero también del mundo. Y, a pesar del paso del tiempo, tienen una vigencia asombrosa: sus letras envejecieron muy bien. Tomemos una de las metáforas más conocidas de “Tira para arriba”: “Tengo a un ruso y a un yanqui dentro de mi habitación/ Que se juegan mis zapatos y mi foto de graduación/ En un Atari”. A pesar de que fue escrita en 1985, solo hay que cambiar la consola de juegos porque el contrapunto político e ideológico sigue trágicamente vigente.


Zas fue una propuesta diferente en el contexto del rock nacional de los 80: la lucidez de sus letras para contar el mundo venían envueltas en un sonido pop potenciado de buenas guitarras y teclados que le daban un toque moderno. Miguel Mateos no terminaba de poner sus pies en ninguna de las veredas del rock argentino de los 80: influenciados por el último Police, fueron postpunk y new wave que le apuntaban a las clases dirigentes quizás con una lírica diferente a la de, por caso, Fito Páez, pero con igual filo. “Las abuelas buscando bebés/ Bajo las luces de neón, neón”, dice sin vueltas en “Es tan fácil romper un corazón”.


“Nunca me consideré un autor no comprometido, todo lo contrario. Si la música venía con cierta sonoridad pop, las letras traían una carga de significados muy fuerte, un poderío demencial”, reconoce.
La vigencia de su lírica lo sigue sorprendiendo y reconoce que cayó en la cuenta de eso el año pasado mientras armaba los shows: “Tantas metáforas en tantas canciones dan un registro y, también para mi sorpresa, con una vigencia estremecedora. Pasamos la dictadura, la democracia, Malvinas, las torres gemelas, otra nueva guerra ahora”.


Recorrer su propia obra con mirada retrospectiva, pero a la vez pensando en tocarlas para nuevas generaciones le permitió a Miguel amigarse con su propio repertorio, verse en él: “Me devuelven a un lugar de responsabilidad para seguir escribiendo y haciendo música. Me hizo bien. Fue muy sanador. Venimos de una pandemia donde hace dos años atrás no sabíamos si íbamos a volver a tocar y, si volvíamos, cómo iba a ser. Fue duro en todo sentido. Cobra notoriedad volver a encontrarnos con públicos masivos en teatros, festivales. Y encontrarme con que es mi obra está vigente en generaciones. ¿Qué encuentro en todo esto? Nada más que satisfacción y agradecimiento”.
Tras los shows como teloneros de Queen, Zas entró por primera vez a un estudio para grabar música: en ION registró “Sólo tu amor es dinamita”, que formó parte del LP “La isla de la música”, álbum de varios intérpretes en el que también aparecen el Negro Rada, Miguel Cantilo y León Gieco entre otros. En 1982 grabarían su primer LP llamado ZAS en los Estudios Music Hall, donde surge el primer hit de la banda, “Va por vos, para vos”, que se transformaría en uno de los clásicos del rock argentino.​


Luego vendrían “Huevos”(1983)​ y Tengo que parar (1984), en los que se destacan dos de los grandes éxitos del grupo, “En la cocina huevos” y “Tirá para arriba”, respectivamente.​ En 1985 se edita el álbum en directo “Rockas vivas”, logrando el récord de discos vendidos hasta ese momento​ y en 1986 editan el maxi sencillo “Mensajes”. Desde 1986 y luego de varios cambios de integrantes, la agrupación funcionaría como apoyo de Mateos para sus últimos discos, “Solos en América” (1986)​ y “Atado a un sentimiento” (1987).


Tras el éxito de “Rockas vivas”, la banda se preguntó y ahora qué. Entonces miraron hacia afuera y llevaron la música de Zas al continente, pero sobre todo a México y Estados Unidos, convirtiéndose así en la primera banda argentina en tocar en Estados Unidos el 7 de marzo de 1989. Un año después, disuelto Zas, Miguel Mateos se radicó en Los Ángeles donde comenzó una muy prolífica carrera solista sembrada de hits. Una discografía sólida que, sumada a la de Zas, conforman un corpus de obra que le permite sostener un show prescindiendo de mucho de lo que hizo con Zas: “Obsesión”, “Lola”, “Si tuviéramos alas”, “Malos pensamientos” y “Bar imperio”, entre otros hits solistas brillan tanto como aquellos de los ‘80.


Este repaso vivo de su carrera también es una despedida del formato canción de rock para comenzar a recorrer otro camino, el de la ópera y la música académica. Su próximo trabajo será “Los Tres Reinos”, una ópera rock que piensa estrenar en 2023. Una distopía sobre la conquista de América para orquesta sinfónica, coro y cuatro cantantes, tres masculinos y uno femenino. Y banda de rock. “En este momento me lanzo a una pileta, un abismo que es maravilloso. Después de 40 años de carrera me parece que estoy contento con mi mismo. Esto es lo que soy hoy y es lo que voy a hacer de acá a un año”.


Tras agotar entradas para el show del viernes, a las 22, en Casino Magic, Miguel Mateos agregó una segunda fecha el sábado a las 21. Entradas en venta en Flipper (Av. Argentina 179), boleterías del casino y por sistema a través de Entradauno.com


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