Alberto y el cristinismo: ¿la tensión llegó al límite?
Las diferencias internas en el oficialismo afectan la toma de decisiones. Desde la agrupación de Máximo Kirchner niegan una salida del gobierno. Cómo juega cada sector. El rol de Massa.
Desde el Gobierno nacional se machacó por meses que, una vez firmado el acuerdo con el FMI, la economía local podría ver despejado el camino hacia un crecimiento sostenido. Después de todo, aún con ciertas restricciones por la pandemia y en medio de las negociaciones por la deuda, el PBI creció 10,3% en 2021. “Realmente fuertísima” fue la expresión que usó el ministro Martín Guzmán para describirlo. El board del FMI aprobó el acuerdo, pero ahora es el propio oficialismo el que abre interrogantes: la tensión interna impacta en la gestión, pero ¿cuál es el límite? En el Frente de Todos muchos ya hablan de un “límite”.
En 2019, el organigrama del gobierno se completó en línea a los acuerdos entre los principales sectores de la coalición: Alberto Fernández y aliados, el kirchnerismo y el Frente Renovador de Sergio Massa. Así fue que hubo un loteo de ministerios y secretarías, con superposición de espacios políticos: un ministro “albertista”, un secretario kirchnerista o de La Cámpora y así. Por lejos, Fernández impuso su gente. Mientras que, en algunas áreas de gobierno, la mezcla funcionó, en otras, la falta de resultados en la gestión llevó a Cristina Fernández acuñar la frase “funcionarios que no funcionan”.
El programa Precios Cuidados acaba de ser testigo de un contrapunto interno del FdT. La disputa no parece oportuna en el contexto de debilidad del programa. En febrero los alimentos aumentaron un 7,5 por ciento. El mismo secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, dijo el miércoles pasado que el incumplimiento (por parte de las empresas) rozó el 40 por ciento en marzo.
Feletti está alineado en el kirchnerismo. Su superior, el ministro de Producción, Matías Kulfas, integra el Grupo Callao, el think tank del albertismo. El secretario de Comercio tiene buena relación con Julián Domínguez, un peronista bonaerense que goza de la confianza del Presidente, pero piensan distinto: el primero quiere subir las retenciones y el segundo no.“Está bien con tener la gallina de los huevos de oro, pero si al oro se lo quedan en el gallinero…”, recriminó Feletti.
La disputa interna ya conspiró contra la eficacia legislativa. El mes se consumió en el reacomodamiento del bloque tras la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura en desacuerdo con Guzmán por el resultado de las negociaciones con el Fondo Monetario. Empieza abril y proyectos como el consensuado con el Consejo Agroindustrial Argentino o el que incentiva las inversiones en hidrocarburos y en la industria automotriz siguen frenados, a la espera de que terminen de constituirse las comisiones en Diputados.
Las prioridades legislativas oficialistas se cruzan. Mientras Massa llama a encarar el paquete de leyes económicas, el radical del FdT y alineado con Máximo, Leopoldo Moreau planteó que “ahora hay que debatir, para respaldarlo a Feletti, cómo llevar adelante una política de retenciones móviles segmentadas en el caso del trigo, el maíz, el girasol y la soja”.
El macrismo ve la oportunidad de volver, porque ve que el Frente de Todos se puede romper. Ya están ahí”.
Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas.
El Presidente confía en Manzur
El Presidente se recuesta en la habilidad de Juan Manzur para mantener de su lado a la mayoría de los gobernadores. Alberto no ve enemigos dentro del gabinete. Guzmán es la pieza innegociable ante las críticas K. El mismo que dio por echado al subsecretario de Energía Federico Basualdo y no lo pudo concretar por la resistencia camporista.
Santiago Cafiero y Kulfas son el “albertismo puro”. Las ministras Gómez Alcorta y Vizotti le responden. Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta, exintendentes en el conurbano, también integran un núcleo de confianza, junto a Claudio Moroni y Lammens. Aníbal Fernández, Jorge Taiana, Daniel Filmus, Jorge Ferraresi, Jaime Perczyk o Juan Cabandié, todos con vínculos kirchneristas, se mueven en sintonía con el Presidente.
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