¿No es tiempo de candidaturas? Los datos que desmienten el mantra de los políticos en Río Negro
La carrera electoral está en marcha y se refleja claramente en las principales ciudades. Nombres, estrategias y desafíos para los partidos que gobiernan los 39 municipios de la provincia.
“No es tiempo de hablar de candidaturas”, repiten en público como un mantra los principales dirigentes políticos de Río Negro. Sin embargo, alrededor suyo todo se va tiñendo de color electoral. Si no es así… ¿por qué sentar a un ministro de Producción en la mesa principal de un acto relacionado con obras de cloacas en Roca? ¿Por qué tensar tanto la cuerda para que un dirigente propio sea el nuevo presidente de la mesa local del oficialismo en Bariloche? La carrera proselitista ya empezó y esas primeras pujas por espacios protagónicos se reflejan claramente a nivel local.
Las próximas autoridades asumirán el 10 de diciembre del 2023. Una eternidad para cualquier persona que intenta surfear sus dilemas cotidianos, pero no tanto si el escenario se analiza en términos políticos.
Las próximas elecciones municipales pueden estar lejos para Bariloche, que por Código Electoral tiene fijado al primer domingo de septiembre como fecha de comicios. Sin embargo, en Roca nada impide -muchos creen que será así- convocarlas para marzo. Entonces los tiempos son otros. Hay que acordar nombres, proyectos, estrategias, alianzas. Y eso explica esta temprana reactivación del andamiaje partidario, cuando todavía no pasaron seis meses desde que se votó para diputados nacionales.
El mapa político partidario de la provincia muestra que -con los recientes traspasos en Darwin y Ramos Mexía- Juntos Somos Río Negro es gobierno en 21 de los 39 municipios. El Frente de Todos administra 12 localidades y Juntos por el Cambio en 6.
Esa distribución genera diferentes desafíos y oportunidades.
En el oficialismo provincial hay un mandato no escrito, pero bien claro: nadie convoca para una fecha anterior a las elecciones provinciales. El senador y presidente del partido, Alberto Weretilneck, ofrece a los dirigentes locales las regalías de un triunfo que cree encaminado, pero ese diseño tiene también una cuota importante de control interno. El que no trabaje lo suficiente en la campaña provincial puede pagar un alto costo en la previa de los comicios locales.
En el Frente de Todos las decisiones son aún más complejas. La tradición marca una unificación de fechas para las elecciones municipales y nacionales. Sin embargo, la crisis interna actual de la coalición de gobierno obliga a esos intendentes a pensar dos veces antes de jugarse a un “arrastre” de votos. Por eso toman fuerza las versiones sobre llamados anticipados lo máximo posible, para jugarse la continuidad con las herramientas propias, sin depender de un clima tan volátil como el de la política nacional.
Inversamente proporcionales a las del peronismo y sus aliados son las expectativas de Juntos por el Cambio.
La tracción nacional podría funcionar para ese espacio, aunque hay particularidades para tener en cuenta. Los seis jefes comunales provienen de la UCR y ese partido puso en crisis días atrás la alianza con el PRO y la CC-ARI en la provincia.
Demandaría un gran esfuerzo creativo explicar a sus vecinos que para la votación nacional son amarillos, para la provincial no les disgusta el verde y para la municipal vuelven a lucir el rojo puro radical.
Un año antes, todavía hay margen para las especulaciones sobre cada armado partidario. Pero más allá de eso, lo que está claro para los rionegrinos es que se viene otro complejo calendario electoral, con ciudades en las que habrá al menos cuatro comicios en menos de 12 meses (municipal, provincial, PASO nacional y general nacional), siempre y cuando no haya un balotaje presidencial que obligue a visitar por quinta vez las escuelas.
Dónde gobierna cada fuerza
Juntos Somos Río Negro y fuerzas locales aliadas: Bariloche, Cipolletti, Viedma, Regina, Catriel, Allen, Fernández Oro, Cordero, Mainqué, Choele Choel, Darwin (originalmente JxC), Río Colorado, Luis Beltrán, Los Menucos, Comallo, Maquinchao, Pilcaniyeu, Ramos Mexía (originalmente Partido Socialista) San Antonio Oeste, El Bolsón y Dina Huapi.
Frente de Todos: Roca, Cervantes, Godoy, Cinco Saltos, Campo Grande, Chichinales, Sierra Colorada, Lamarque, Pomona, Sierra Grande, Belisle, y Conesa.
Juntos por el Cambio: Huergo, Jacobacci, Valcheta, Chimpay, Ñorquinco y Guardia Mitre.
Por qué Roca aparece como la primera gran disputa
El escenario preelectoral es intenso en Roca.
Pocos tienen certezas sobre el calendario que fijará la intendenta María Emilia Soria y ante esa dispersión de escenarios posibles, la mayoría de los partidos está tomando recaudos y empieza a caminar hacia las urnas.
El Código Electoral roquense exige que la convocatoria sea sólo 60 días antes de la fecha elegida para votar.
Dentro de Juntos Somos Río Negro se afianza la percepción de un llamado anticipado y en soledad para definir a las futuras autoridades locales.
“Seguramente vamos a tener elecciones antes de los comicios provinciales. Lo han hecho en más de una oportunidad. Vamos a tener un año electoral bastante complejo”, sostuvo el diputado Luis Di Giacomo esta semana, en diálogo con periodistas de RÍO NEGRO.
La última definición de gobernador y legisladores fue en abril del 2019 y hay fuertes indicios sobre una estrategia similar para el 2023. Por eso en el oficialismo provincial esperan un llamado en enero próximo, para competir antes de que termine el primer trimestre.
Votar en marzo ofrece más de una ventaja al sorismo. Además de recortar los tiempos de sus opositores locales para armar listas y hacer campaña, no se expone al efecto de una eventual derrota del peronismo a nivel provincial. Y en el plano nacional, evita quedar atado o emparentado con la suerte de un gobierno que hoy atraviesa una profunda crisis interna.
¿Será el titular de Producción, Carlos Banacloy, el que encabece la lista de JSRN?
La política se nutre de acciones, pero también de gestos. El miércoles pasado, la gobernadora Arabela Carreras se ocupó personalmente de darle protagonismo al ministro, que inicialmente no estaba convocado para sentarse en la mesa principal del acto en el que se anunciaron obras cloacales por 157 millones de pesos.
Esa concesión, la presentación oficial de ayer como nuevo presidente de la Mesa Local de JSRN y los rumores que indican que el vicegobernador Alejandro Palmieri se aleja de una postulación local, parecen mostrar la balanza inclinada hacia Banacloy.
De todas maneras, hay otros sectores que piden protagonismo. Entre ellos, quienes alientan una “convergencia” del oficialismo provincial con independientes, con exintegrantes del gabinete de Carlos Soria y con referentes locales de Juntos por el Cambio, entre otros.
Ese diseño entusiasma por el volumen, pero no está exento de dilemas para la conducción de JSRN.
Nadie duda que el senador Alberto Weretilneck invitaría a esa coalición al partido Unidad Popular, que lidera Rodolfo Aguiar y que esta semana presentó su “confluencia” con el exconcejal Mario Álvarez.
Sin embargo, el propio secretario adjunto nacional de ATE marcó un límite, advirtiendo que no hay posibilidad de convivencia electoral con referentes del macrismo.
Las encuestas de fin de año seguramente definirán prioridades a la hora de sellar alianzas.
Lo que no podrá evitarse en ese momento será la sensación de estar generando una oportunidad para el sorismo, al que nada vendría mejor que enfrentar a una oposición dividida.
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