Los cigarrillos electrónicos y los vaporizadores también dañan la salud
Entrevista con Gustavo Zabert, especialista en neumonología. Es un referente en el control del tabaquismo en América Latina y profesor en la Universidad del Comahue.
Desde Neuquén, Gustavo Zabert es un referente en América Latina en neumonología y en la lucha para el control del tabaco. Sus estudios a lo largo de los años se han enfocado en el tabaquismo, aunque no solo se han circunscrito a esa línea. También abarcó enfermedades respiratorias y recientemente a pacientes con la enfermedad Covid-19. En diálogo con RÍO NEGRO advirtió los cigarrillos electrónicos y vaporizadores que se usan ahora también tienen riesgos para la salud humana, a pesar de que hay empresas que hacen marketing y niegan sus efectos dañinos.
Zabert obtuvo su título de médico en la Universidad Nacional de Rosario en 1983. Se formó en Medicina Interna en el Hospital Provincial de Neuquén “Dr. Castro Rendón” (1984-1987). En 1992 obtuvo su certificado en Cuidados Intensivos (1992) y 1999 en Medicina Respiratoria. Formó parte de un equipo que analizó los efectos en la salud de las cenizas del volcán Puyehue tras su erupción. Presidió hasta 2020 la Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT). Es fundador y presidente de la Fundación INSPIRA, cofundador de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. Además trabaja en la Clínica Pasteur de Neuquén, donde es coordinador de docencia en la institución. También atiende en el consultorio del Centro de Enfermedades del Tórax y es actualmente profesor asociado regular de la cátedra de Medicina y Cirugía de la Universidad Nacional del Comahue.
P: ¿Por qué se dedicó a la neumología y al tabaquismo?
R: Soy parte de la segunda generación de neumonólogos en mi familia. En los años ochenta se veían las consecuencias del consumo de tabaco. Tiene un peso enorme en las consecuencias respiratorias. Yo dejé de fumar como una decisión personal. Y lo primero que se encontró con el grupo de investigación en que estaba era la cantidad de médicos fumadores que había. También se vio mucho en las facultades de medicina. Fue un largo recorrido, y terminé después siendo presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y de la Sociedad Latinoamericana de Tórax.
P: ¿Cuál es la situación del tabaquismo hoy?
R: El tabaquismo está condicionado a la adicción de una sustancia que es la nicotina. Se trata de una de las sustancias más adictivas que existen. Tiene efectos estimulantes y placenteros. Pero que se empieza a consumir uno y es como si la persona quedara ‘pegada’. Sin el tabaco, se genera el síndrome de abstinencia. Durante muchos siglos la nicotina se consumió de forma recreativa, pero con la aparición del cigarrillo fue posible el consumo masivo y a los pocos años aparecieron las consecuencias sobre la salud. Aumentó el cáncer de pulmón, y se fueron conociendo otras enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cerebrales, dermatológicas.
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P-¿Hubo algún cambio?
R- Un cuarto de la población mundial al igual que en nuestro país consume cigarrillos.Pero en los últimos años han surgido las formas electrónicas, ya sea a través de los cigarrillos electrónicos que lo que hacen es calentar una solución que tiene nicotina. Y también otra forma, el vaporizador que calienta el tabaco sin quemarlo. Son formas que la industria del tabaco trata como de mostrarlas como de menor toxicidad que el cigarrillo tradicional y ha explotado en el mundo. Además se consumen a veces también con otras sustancias. Por lo que hay nuevas formas, ya sea con tabaco o no tabaco. Ambas son desaconsejables para la salud.
P: ¿Hubo campañas engañosas de la industria sobre el cigarrillo electrónico?
R: Se presenta como una salida al tabaco, y no es así porque los consumidores quedan pegados a dos formas de nicotina, o con una sola. Hoy estamos ante un escenario preocupante, porque se había logrado mucho con el control del tabaco y ahora surgen estos consumos nuevos de nicotina.
P: ¿Las dos son nocivas?
R: Hay una publicidad engañosa que surge diciendo que es 95% menos tóxico que el cigarrillo. Y en realidad, se consume una sustancia por medio de otra vía. Es otra vía que tiene sus efectos. Pero eso no lo dicen. Hoy está demostrado que los vapores del cigarrillo electrónico dañan las defensas del organismo y al dañarlas favorecen el desarrollo de infecciones. Hay dispositivos que permiten mezclas y se demostró que producen un daño pulmonar muy agresivo. Por lo que estamos ante un nuevo escenario.
P: ¿Cuánto de la población consume el cigarrillo tradicional y cuánto el electrónico?
R: Ahí está otro de los problemas. La medición del consumo de cigarrillo tradicional es fácil, pero no así el electrónico. Solamente se puede preguntar. Pero no hay forma de cuantificarlo. Se puede ver cómo aumentó la cantidad de consumidores en los últimos años o las ventas de los cigarrillos electrónicos, o las acciones de esas empresas, pero son indicadores indirectos. En Estados Unidos, en los últimos 10 años, el consumo de cigarrillo electrónico en los jóvenes, de primero y segundo año de la escuela secundaria pasó de ser menos del 2-3%, a casi el 30% en 2019. Una dimensión comercial que se confronta con la sanitaria.
P: ¿Qué vinculación hay entre el tabaquismo y el Covid 19? ¿Aumentó el consumo?
R: No está medido exactamente. Cuando la gente tiene una enfermedad de un órgano y se le consulta sobre algún consumo que afecta ese órgano, generalmente hay una mayor predisposición a decir que no lo hace. Hoy se sabe que fumar tabaco es un factor de riesgo con el Covid-19. Las personas internadas que eran fumadores tenían mayor riesgo de morirse. Eso fue reportado en todo el mundo.
P: Durante la pandemia, ¿aumentaron los casos de adicciones al cigarrillo o se pasó a otras sustancias?
R: Percibimos dos tendencias. Personas que tenían trastornos alimenticios, del humor, psiquiátricas, adicciones, y empeoraron. Algunos consumidores lo hicieron más o con otras sustancias. Pero también hubo un grupo poblacional importante que optó por una vida más sana,mejorar su dieta y más actividad física.
Del COVID-19 a las cenizas volcánicas
Entre las últimas investigaciones del doctor Gustavo Zabert, hay un estudio de una experiencia de un protocolo asistencial multidisciplinar en pacientes graves y críticos de Covid-19 internados en la Clínica Pasteur. La primera parte del estudio fue con 501 pacientes, desde el 23 de marzo de 2020 al 6 de enero de 2021. Hubo una mortalidad de 16,6%.
“La clave del éxito aquí fue la organización previa del equipo de salud. En la segunda ola en 2021, la mortalidad bajó a menos del 12%. Durante la tercera ola estuvo muy por debajo del 10% por el impacto de la vacunación.
Con su hijo, Ignacio Zabert, estudió el impacto de las cenizas volcánicas del volcán Puyehue. Compararon las dos poblaciones de Bariloche con Neuquén. Los síntomas respiratorios aumentaron en todos lados. Pero los síntomas de asma fueron más frecuentes en los lugares cercanos a la erupción. Hubo efectos a mediano plazo en dónde fue la pluma eruptiva.
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