¿Cómo nos informamos en época de guerra?: la columna de Virales de En Eso Estamos

Mario Ñehuen pasó por RN Radio para hablar sobre la guerra informativa que se desarrolla a la par de la guerra convencional en Ucrania.

La guerra informativa se utiliza con el objetivo de conseguir una ventaja sobre el oponente. Esto se ha profundizado con el rol de las redes sociales. Así, en el conflicto entre Rusia y Ucrania, la guerra informativa va a la par de la guerra tradicional o convencional. Mario Ñehuen, periodista del RÍO NEGRO, pasó por En eso estamos de RN Radio 89.3 para profundizar sobre el tema.

Antes de comenzar, hay que advertir lo siguiente: en esta columna hay muchas dudas y pocas certezas.

Para poder hacer un recorte, elegimos un punto de quiebre y es el incendio que se reportó en la central nuclear más grande de Europa. Eso gatilló el temor mundial y puso de manifiesto la feroz guerra informativa que hay en este conflicto.

Algunas consideraciones a tener en cuenta: el peligro del discurso único, la desinformación, la censura a medios rusos en Europa y la censura a periodistas independientes en Rusia.

Obviamente hay muchas limitaciones para verificar la realidad en tiempo real.

¿Cómo informarnos en una guerra? En un conflicto de esta magnitud, ¿la primera víctima es la verdad?

Lo primero a tener en cuenta es que pareciera ser que Ucrania se ”ganó” la simpatía de la mayoría de la comunidad internacional porque supo distinguir quién es el agresor y quién el agredido.

Contexto

El incendio- finalmente controlado y sin víctimas fatales- de la central nuclear de Zaporiyia- la más grande de Europa- tuvo en vilo al mundo y desencadenó una ola de acusaciones cruzadas entre Rusia, Ucrania y la OTAN, en medio del temor por una nueva catástrofe atómica.

De explotar sería «diez veces más grande que el de Chernobil» de 1986, hasta ahora el mayor accidente atómico de la historia. Por esta situación se profundizaron los cruces.

Por el hecho de inmediato se desató una catarata de acusaciones cruzadas y una colosal guerra informativa en relación a las responsabilidades ante el hecho. Ucrania de inmediato culpó a Rusia por el incendio.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó a Moscú de recurrir al «terror nuclear» y de querer «repetir» la catástrofe de Chernobil. La OTAN por su parte condenó la «irresponsabilidad» de Rusia a raíz de su ataque.

Finalmente el Ministerio de Defensa ruso respondió que fueron los saboteadores nacionalistas ucranianos quienes perpetraron el ataque. ¿Quién miente? ¿Quién dice la verdad?.

Lo que pasó en las últimas horas

Al respecto, Rusia defendió una ley que penaliza las «noticias falsas». El Kremlin defendió una ley que pena con hasta 15 años de prisión las «noticias falsas» sobre el ejército ruso. Argumentó que enfrenta una «guerra de la información». Esa ley se aprobó en tiempo récord.

Ante este contexto medios rusos y extranjeros anunciaron la suspensión de sus actividades en Rusia.

Uno de ellos fue la cadena británica BBC. Dijo que la legislación “parece criminalizar el periodismo independiente». El servicio de noticias de la BBC en ruso seguirá operando desde fuera de Rusia.

La Unión Europea también prohibió difundir contenidos de los medios rusos RT y Sputnik.

Antes Google había resuelto bloquear en Europa los canales de YouTube vinculados con medios rusos. Facebook e Instagram también tomaron medidas contra Rusia.

Twitter decidió además etiquetar algunas cuentas personales de periodistas que colaboran en los medios RT y Sputnik con una leyenda que reza «medios afiliados al Gobierno» debajo de su nombre. Según la compañía «ofrece más contexto y transparencia» pero fue duramente criticada por estigmatizar a periodistas.

Una pequeña reflexión

La información y la comunicación son “botín guerra”, son territorios en disputa.

Durante el conflicto bélico se elevó a un nivel exponencial la circulación de noticias falsas con fotos y videos de conflictos anteriores, de videojuegos y declaraciones tergiversadas.

El nivel de circulación es tan alto que las organizaciones que se encargan de verificar no dan abasto.

El dato: una noticia falsa se viraliza y alcanza rápidamente a millones de personas. Su desmentida llega tarde y apenas al 30% de la población afectada.

Vivimos en un mundo saturado de información. No solo no podemos discernir qué noticia es verdadera y cual es falsa, sino que no podemos poner en orden y jerarquizar la información.

Para ello hay que poder poner distancia y contrastar la información y sus fuentes, algo cada vez más complicado debido a la velocidad con la cual pasamos de un tema a otro.

Escuchá más columnas como ésta en RN Radio por FM 89.3 (en Neuquén Capital) o desde la web por rionegro.com.ar/radio


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