Perdido en La Bombonera: Boca y un viaje en Globo que lo deja a la deriva

El Xeneize tuvo una noche para el olvido y perdió ante Huracán, que no ganaba en La Bombonera desde hacía 12 años.

Este reversionado modelo 2022 de Boca, con los ingresos a la formación titular de los rutilantes Óscar Romero y Pol Fernández, encandila más de lo que realmente ilumina.
Y no es porque sea culpa exclusiva del paraguayo y el atildado volante, sino porque el Xeneize se queda sin plan cuando encuentra un rival con una obediencia táctica respetable como este Huracán de Frank Kudelka.

El Globo tuvo un plan y lo ejecutó a la perfección en La Bombonera. Apostó a un mediocampo combativo, a la proyección alternada de sus laterales y a la capacidad aérea de Matías Cóccaro. Por esa vía, con un cabezazo del uruguayo, ganó 1-0 en La Bombonera por primera vez en los últimos 12 años. Simple y eficaz.

Romero venía de ser figura ante Central Córdoba de Rosario, de la Primera C, por la Copa Argentina, pero el Xeneize, ante un rival par como Huracán, necesita mucho más que un lanzador ocasional, un recurso usado en la primera mitad para habilitar en el área a Nicolás Orsini, el reemplazante de Darío Benedetto, ausente una desgracia familiar.


Huracán se encargó de recortarle el terreno a Sebastián Villa que en ningún momento mientras estuvo en la cancha, fue capaz de poner su velocidad al servicio del equipo.
Es por eso que el ingreso de Exequiel Zeballos por el colombiano, oxigenó el ataque de Boca a pura gambeta, más allá de que su ingreso fue antes que el gol de Cóccaro.

Sebastián Villa no pudo desequilibrar con su velocidad y tuvo que ser reemplazado por Zeballos (Foto/Télam)

La defensa del equipo de Sebastián Battaglia será otro punto a revisar. Boca ha sido incapaz de mantener en arco en cero en todos los partidos que lleva jugados en el año.
Marcos Rojo, que impone respeto por presencia, provoca situaciones peligrosas en el área, que con la inminente implementación de VAR quedarán al descubierto. En el primer tiempo le cometió un claro penal a Tobio que no fue advertido por el árbitro Lamolina.

Además no estuvo Frank Fabra y se sintió porque Agustín Sández no tuvo un buen partido. Sin el colombiano, el Xeneize se quedó sin una de sus mejores armas por la izquierda, tanto para atacar como para defender.

Boca llegó apenas una vez en el primer tiempo y fue a través de un tiro libre de Romero que se fue apenas alto. A pesar de la escasez de juego y posibilidades, el crédito quedó abierto por el supuesto abanico de recursos individuales y colectivos que tiene el equipo de Battaglia, que hacía ocho partidos que no perdía.


Pero el complemento fue aún peor. Sin funcionamiento a pesar de los nombres en cancha, sólo tuvo una bocanada de frescura con el ingreso de Exequiel Zeballos, que a pura gambeta fue capaz de romper con la rigidez táctica de Huracán.


Sobre el final casi lo empata con un zapatazo de Luis Vázquez, otro que esperó su chance en el banco, pero el balón dio en el travesaño y se fue, junto a la ilusión de Boca por igualarlo.
La gente despidió al equipo con la consigna de que “ante River hay que ganar”. Lo cierto es que Boca primero deberá reformular su manera de jugar. Lo demás llegará solo.


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