La guerra Rusia – Ucrania y el destino recurrente de Vitali Klitschko
El ex campeón mundial de boxeo de peso completo, que se retiró en el 2013 para ayudar a Ucrania a transitar su proceso democrático, hoy como alcalde de Kiev afronta el combate más difícil de su vida.
El alcalde de Kiev está ante la pelea más difícil de su vida.
Cuando Vitali Klitschko noqueó al alemán Manuel Charr en septiembre del 2012 para retener por duodécima vez el título de campeón de peso completo del CMB, pocos imaginaron que sería la última vez en un ring del gigante ucraniano de dos metros de altura y que noqueó a 41 rivales en 45 peleas.
A menos de un año después de aquella pelea en Olympic Indoor Arena de Moscú, el campeón decidió bajarse definitivamente del cuadrilátero para dedicarse a la política. Nadie le creyó.
El principal organismo que rige el boxeo en el mundo aceptó la decisión de Klitschko pero por las dudas lo declaró “campeón emérito”, una figura que le permitiría desafiar, sin combates previos, a un nuevo monarca si su deseo fuera volver a calzarse los guantes.
Pero Klitschko hablaba en serio y su postura no tendría retorno. La agitación política en Ucrania era intensa en el 2013 y quien había sido campeón del mundo de los pesados en los últimos ocho años, dejó la gloria deportiva a un costado y se comprometió a ser parte de una transformación democrática, que es la misma que hoy Rusia busca revertir de acuerdo a sus intereses en la región.
La última pelea de Vitali Klitschko fue en Moscú, una ironía del destino
Por aquellos días de 2013, las manifestaciones en contra del expresidente prorruso Viktor Yanukóvich eran masivas. El titular del ejecutivo ucraniano fue por entonces un acérrimo detractor de las ideas europeístas y se negaba a tener lazos con la Unión Europea.
Klitschko se fue haciendo de a poco en una arena política que nada tenía que ver con la del ring y se transformó en uno de los principales referentes de la oposición, al igual que el actual presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Todo aquello por lo que Klitschko dejó el boxeo, comenzó a tomar forma cuando Yanukóvic huyó de Ucrania en febrero del 2014, jaqueado por la presión popular.
Quien defendiera el título de campeón del mundo en 15 oportunidades, tres por la OMB y una docena bajo la órbita del CMB, en ese 2014 que cambiaría para siempre la historia de Ucrania, sería elegido como el nuevo alcalde de la capital Kiev.
“El pueblo ucraniano ha elegido la democracia. Pero la democracia es un régimen frágil. La democracia no puede defenderse a sí misma; necesita la voluntad de los ciudadanos, el compromiso de todos. Básicamente, no hay democracia sin demócratas”, fueron palabras sin dobleces de Klitschko, que ha tomado el pulso de la capital desde entonces y que hoy pasa por sus horas más urgentes.
“Creo en Ucrania, creo en mi país y creo en mi gente”, declaró la semana pasada a la televisión británica el hombre que junto a su hermano Vladimir dominaron la división de peso completo en la década del 2000. Vitali fue el primer campeón del mundo en tener un doctorado en Ciencias del Deporte.
El ejemplo de los hermanos Klitschko (Vladimir se enroló como reservista), fue imitado por Vasiliy Lomachenko, dos veces campeón olímpico y ex campeón mundial en tres categorías diferentes. Este boxeador partió rumbo a Ucrania desde Grecia cuando Rusia invadió el territorio y se unió al Batallón de defensa territorial asiganda al tramo Belgorod-Dnistrovsky. Lomachenko tiene un combate programado ante George Kambosos, el próximo 5 de julio en Australia.
Klitschko, preparado para la batalla
“El pueblo ucraniano es fuerte. Y permanecerá fiel a sí mismo en esta terrible prueba. Es un pueblo con anhelo de soberanía y paz. Un pueblo que considera como hermanos al pueblo ruso. Pero no tengo otra opción, tengo que hacerlo. Estaré peleando por Ucrania”. Así respondió Klitschko ante la invasión rusa que comenzó el pasado jueves.
En el destino de las personas suelen estar escrito muchos de sus actos. Pelear es sin dudas la palabra que resalta en el seno interior de este campeón del mundo, que un día colgó los guantes por su patria y que hoy se lo tiene que volver a calzar para afrontar el combate más difícil de su vida.
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