Cuáles son los tratamientos para el COVID-19 que resultan eficaces hoy
Las explicaciones de investigadores médicos de Neuquén y Río Negro que participan en la Red Argentina de Evaluación de Tecnología Sanitaria (RedARETS)
La ola de la pandemia con el predominio de la variante Ómicron está en retroceso en la Argentina. Los casos confirmados de COVID-19 empezaron a bajar en la segunda quincena de enero. Durante las últimas dos semanas, se redujeron en un 70% a nivel nacional. En el caso de Río Negro, hubo también un descenso del 70%. En cambio, en Neuquén la reducción ya superó el 74% según los datos del Ministerio de Salud de la Nación.
Tras más de dos años de pandemia y con el retroceso de la última ola, aún las autoridades sanitarias nacionales e internacionales advierten que la emergencia de salud pública aún no terminó. Mientras tanto, ya hay más claridad en cuanto a cuáles son los tratamientos médicos que pueden indicarse en los pacientes afectados por el COVID-19 según sean leves, moderados, graves o críticos.
Los médicos Santiago Hasdeu, de Neuquén, y Guadalupe, de Río Negro, forman parte de la RedARETS, una red que nuclea en la Argentina a profesionales de instituciones públicas vinculadas con la evaluación de tecnologías para la salud. En diálogo con RIO NEGRO, los profesionales aclaron cuáles son los tratamientos que han demostrado eficacia y seguridad y en qué casos se deben indicar.
Pacientes graves y críticos
Para pacientes con COVID-19 grave, “hasta el momento, los medicamentos que han demostrado algún grado de beneficio sobre los desenlaces priorizados, como mortalidad, ingreso en asistencia respiratoria mecánica, hospitalización y eventos adversos graves, son los glucocorticoides, el tocilizumab, el baricitinib y la combinación de casirivimab e imdevimab”, afirmaron.
El Ministerio de Salud de Nación con la Comisión Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (CONETEC) tiene su última actualización al 19 de enero pasado y coincide en la recomendación de glucocorticoides y menciona además la tromboprofilaxis sistémica, que la Organización Panamericana de la Salud considera como de soporte.
En cuanto al medicamento tocilizumab lo coloca en color amarillo ya que se usa una semaforización. El fármaco tocilizumab “se asocia con beneficios sobre desenlaces críticos en pacientes con COVID-19 severo o crítico. Se identificaron potenciales barreras para su uso y el costo comparativo es muy elevado. Las Guías de Práctica Clínica basadas en la evidencia relevadas entregan recomendaciones uniformemente a favor y de forma condicional”, según las recomendaciones de la CONETEC.
En pacientes graves con anticuerpos negativos la combinación de casirivimab e imdevimab probablemente reduce la mortalidad, la necesidad de respiración mecánica e incrementa la resolución de síntomas con certeza moderada. Pero se han identificado barreras mayores para implementar esa combinación. “Existen dudas acerca del impacto en la equidad y la disponibilidad de esta terapia debido a su alto precio y su limitada producción en otros países”, expresó Hasdeu.
La guía de la OPS para el cuidado de pacientes adultos críticos con COVID-19 no recomienda remdesivir, lopinavir/ritonavir, cloroquina e hidroxicloroquina, con o sin azitromicina, ni plasma convaleciente, ni suero equino para el manejo de los pacientes con COVID-19, ni tampoco para realizar con ellos ensayos clínicos.
Los expertos señalaron que el camino entre el desarrollo de un fármaco hasta la posibilidad de acceso a los pacientes es complejo. La CONETEC hizo aclaraciones que “deben ser tenidas en cuenta ya que existe una distancia importante entre los resultados de investigaciones y la posibilidad de implementar tratamientos para millones de pacientes en un contexto de incertidumbre. Por ejemplo, ¿estamos seguros que funcionarán los tratamientos del mismo modo con cada nueva variante del coronavirus? En ese sentido, los distintos estudios sobre corticoides sistémicos mostraron beneficios clínicos significativos en todos los pacientes graves. Por otro lado, los nuevos fármacos fueron recién evaluados en pocos estudios”.
El otro aspecto -añadieron- es la factibilidad de los sistemas de salud de poder proveer cada tratamiento a toda la población.
“Por ejemplo, los mismos laboratorios productores de algunos de los nuevos medicamentos anunciaron dificultades para poder proveerlos en forma masiva. También las restricciones financieras que cualquier sistema de salud enfrenta, ya que debe proveer vacunas, insumos, dispositivos, reactivos, sostener guardias y recargos del personal del sistema de salud, además de los nuevos fármacos que aparecen en el mercado”, comentó Montero.
Pacientes leves y moderados
En tanto, hay tratamientos que se han estudiado para pacientes leves y moderados con COVID-19. La CONETEC menciona con un potencial lugar en el tratamiento de pacientes leves y moderados a los fármacos molnupiravir, budesonide inhalatorio, colchicina, combinación de casirivimab e imdevimab. Pero si se lee en profundidad, el análisis que hacen diversas instituciones sobre el molnupiravir es diferente.
La OPS considera que en casos leves de reciente comienzo es poco probable que tenga algún efecto beneficioso importante, mientras que la CONETEC considera que en pacientes vacunados no tendría mayor efecto, pero sí posiblemente en aquellos pacientes no vacunados o con riesgo de falla en la respuesta inmune que se infecten.
Sin embargo, este fármaco, el molnupiravir, no se comercializa en Argentina todavía.
El medicamento budesonide inhalatorio en pacientes leves y moderados podría reducir los síntomas y las hospitalizaciones, pero con baja certeza.
Hay incertidumbre sobre el impacto en el riesgo de necesitar respirador, y se desconocen los eventos adversos y mortalidad. A favor, afirman que es un fármaco que está disponible, de bajo costo y conocido por el equipo de salud.
En pacientes leves de reciente comienzo la combinación de casirivimab e imdevimab probablemente reduce el tiempo de resolución de los síntomas sin aumentar el riesgo de eventos adversos graves, pero existen barreras mayores para su implementación.
Qué debe tener en cuenta la población
La mayoría de las personas que adquieren la infección por el coronavirus desarrollan cuadros clínicos leves. En las personas vacunadas con esquema completo, la posibilidad de complicaciones se reduce aún más, aunque nunca se reduce a cero.
Según los médicos Guadalupe Montero y Santiago Hasdeu, de RedARETS, “es importante que los pacientes y sus familias soliciten información al personal de salud, procuren evitar fuentes de información no oficiales, y eviten la automedicación”.
Además, si han tomado algún medicamento sin receta, deberían informar al personal sanitario que los atiende. Según los expertos, la población tiene que “comprender que ante los cambios por la emergencia de nuevas variantes del coronavirus y la aparición de nuevas tecnologías existe un grado de incertidumbre sobre el balance entre beneficio y riesgos que muchas veces llevan al personal de salud a recomendar tratamientos con mayor certeza de balance favorable en esta ecuación”.
Esto es porque existe la posibilidad de que algunos tratamientos pueden ser eficaces ante la infección con algunas variantes y no otras.
“Muchos de los nuevos fármacos pueden parecer promisorios en estudios pequeños y con características puntuales (criterios de inclusión y exclusión, co-intervenciones, entre otros). Sin embargo su efectividad y seguridad en población general aún genera incertidumbre”, afirmaron.
Sostuvieron que es un gran avance la realización de múltiples estudios de investigación al mismo tiempo, y que se hagan esfuerzos para mantener actualizados los resultados de esas investigaciones con el fin de mitigar el impacto de la pandemia. “Sin embargo, no debe desconocerse que existen importantes intereses de mercado que pueden influir en algunos de estos estudios así como en publicaciones generales y científicas. Las medidas de mayor impacto sanitario son preventivas, incluyendo las no-farmacológicas y las vacunas”. En ese sentido, hay que seguir con las medidas de cuidado, como la ventilación y el cumplimiento con los esquemas de vacunación.
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