Soto Box, el joven neuquino que brilla en el beatbox nacional
Con apenas 18 años quedó en el Top 16 del Bat Duel, la principal competencia del país, que tuvo lugar en diciembre pasado.
El neuquino Soto Beat se destacó en la reciente Beat Duel, la competencia nacional de beatbox más importante de Argentina desarrollada en diciembre pasado. En una entrevista con «Vos A Diario» (RN RADIO 89.3), este martes, el joven artista de 18 años habló de esta experiencia y de sus comienzos en este particular género dentro del freestyle.
Hay dos formas de ingresar al Beat Duel, contó Soto, una de ellas es ganando una competencia importante y la otra, por tabla de puntos. «Yo entré por puntos y clasificarme directamente”. En Neuquén, donde, según el propio Soto, son apenas 16 los beatboxers locales, se desarrollan cuatro competencias: Gargantas Peladas, BeatBox Neuquén, Titanes del Beat y DCG Battle. Pero fue de la BeatBox Neuquén de dónde surgieron los participantes neuquinos del BeatDuel: Nacho, Walter y Soto, que fue top 16. “Me siento orgulloso porque es el reflejo de esto últimos 4 años que le he dedicado al beatbox” sostuvo.
¿Qué es el beatbox? “Se pueden hacer con la lengua, el labio, el pecho”, reveló. Es, básicamente, el arte de crear música por medio de imitación de sonidos, especialmente de instrumentos musicales como la batería, bombo, platillos, caja de ritmos. O, en palabras de Soto, “batallas de rap con sonidos”. Un mano a mano donde la música reemplaza a las rimas.
En la década de los ‘80, cuando surge lo que se entiende por Beatbox (literalmente, caja de ritmos), aparece como un estilo callejero, propio del old school rap. En los barrios populares de Nueva York no había radiocasetes, ya que además de ser caros eran pesados. Por ese motivo, como alternativa surgió el beatbox, habilidad que permitía construir un patrón rítmico sobre el que rapear en cualquier lugar y en cualquier momento.
“Las competencias de rap usan beatboxers para que les hagan las bases”, reveló Soto. Son quienes le ponen música a los raperos. “En la secundaria estaban todos con eso y todos seguíamos a Iacho, el referente nacional del beatboxing. Yo me enganché por ese lado, conocí gente que hacía lo mismo en YouTube, me gustó mucho y seguí hasta que encontré muchas personas de acá que hacían lo mismo, que hacían beatbox, así descubrí que había muchos en mi zona que lo hacían”.
En cuanto a su estilo, Soto reconoció que le salen mejor los sonidos graves y los silbidos. Y al momento de trabajar sonidos, sabe que va a pegar “cuando nunca se lo escuchaste a nadie antes, y que en el micrófono suena muy buen”.
A futuro, Soto, apunta a volver a clasificar al nacional y avanzar un poco más, superar la primera etapa. Y sobre el desarrollo del género, cree que son necesarios más espacios y talleres de beatbox para expandir esta comunidad de beatboxers. “Acá somos unos dieciséis los beatboxers que estamos trabajando, en 2019 conseguimos un espacio, pero la pandemia que vino después volvió todo para atrás”.
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