Opinión: Argentina, un equipo donde el todo es más que la suma de las partes

Más allá de las ausencias, la selección dio una muestra de carácter y juego ante Colombia. Se impuso en Córdoba con otra interesante actuación colectiva y cerró la doble fecha con efectividad perfecta

El enfoque de la psicología de la Gestalt, cultivado en Alemania a comienzos del siglo pasado, se resume en un axioma que bien puede usarse para reflejar a los equipos. Aquel que explica que «el todo es más que la suma de las partes» sirve para resaltar el funcionamiento colectivo por encima de las individualidades que lo conforman.

Lejos de teorías académicas y muy cerca de la realidad, aquellas palabras se plasman con una selección nacional que interpreta el espíritu que muchas veces se le demandó.

Incluso cuando falta su capitán, emblema y mejor jugador (Lionel Messi) y algunas de sus principales figuras (Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Cristian Romero o Nicolás Otamendi) el conjunto argentino da muestras de carácter y fútbol, conceptos que están muy relacionados entre sí.

El número de 29 partidos invicto al que llegó Argentina anoche tiene valor presente e histórico, porque ayer la selección superó 1-0 a Colombia, un rival que en 1993 le sacó el invicto más largo (33 juegos) de la Albiceleste al combinado que dirigía Alfio Basile.

La producción del equipo de Lionel Scaloni fue superior al resultado final, porque Camilo Vargas fue de lo mejor del visitante en el arco cafetero. Ángel Di María, la figura, y sus compañeros se encargaron de exigirlo en más de una oportunidad.

Cuando lo llamaron, Emiliano Martínez volvió a responder, como en el cierre del primer tiempo ante Miguel Borja, en una atajada fenomenal.

Desde todo punto de vista, Argentina es un equipo y, a diferencia de otros tiempos, no depende exclusivamente de Messi u otro crack para ser considerado un rival de cuidado con vistas al próximo mundial.

‘‘Esto no es solo un once, es un grupo y somos amigos’’, resumió Dibu después del partido. Allí, en la parte humana, quizás está la mayor fortaleza de este rompecabezas que forman los jugadores y el cuerpo técnico. A menos de diez meses del Mundial, la ilusión no para de crecer.


El enfoque de la psicología de la Gestalt, cultivado en Alemania a comienzos del siglo pasado, se resume en un axioma que bien puede usarse para reflejar a los equipos. Aquel que explica que "el todo es más que la suma de las partes" sirve para resaltar el funcionamiento colectivo por encima de las individualidades que lo conforman.

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