Qué sanciones puede aplicar Estados Unidos si Rusia invade Ucrania
Por lo pronto las posibles acciones van más a restricciones para el acceso al dólar o a la tecnología que proveen empresas americanas. Pero no se descartan controles de exportaciones y hasta un bloqueo al nuevo gasoducto hacia Alemania.
Las opciones financieras que se consideran para castigar al presidente de Rusia, Vladimir Putin, si Moscú invade Ucrania van desde lo más rápido a lo más personal: de cortar el acceso del país al dólar y al sistema bancario internacional hasta imponer sanciones a una exgimnasta olímpica que sería la pareja del mandatario.
Públicamente, Estados Unidos y sus aliados Europeos han prometido sancionar financieramente a Rusia como nunca antes si el ejército de Putin entra a Ucrania. Pero los líderes han ofrecido muy pocos detalles concretos, alegando que lo mejor es que el presidente siga en la incertidumbre.
Y tras semanas de negociaciones, no parece claro que los estadounidenses hayan logrado un consenso entre Washington y Europa sobre qué sanciones se impondrán, y qué las desencadenará.
A continuación, un vistazo a algunas de las opciones financieras que se evalúan:
Para Estados Unidos y sus aliados europeos, dejar a Rusia fuera del sistema financiero SWIFT, que transfiere dinero de banco a banco en todo el mundo, sería una de las medidas financieras más duras que podrían tomar ya que dañaría a la economía rusa de inmediato y a largo plazo. Esta opción podría dejar al país fuera de la mayoría de las transacciones internacionales, incluyendo los beneficios de la producción de gas y petróleo, que en total suponen más del 40% de sus ingresos.
Los aliados a ambos lados del Atlántico también consideraron esta opción en 2014, cuando Rusia invadió y se anexionó la península ucraniana de Crimea y respaldó a las fuerzas separatistas en el este de Ucrania. Moscú declaró entonces que una expulsión del SWIFT equivaldría a una declaración de guerra. Los aliados — que más tarde fueron criticados por responder con demasiada suavidad a la agresión de 2014 — descartaron la idea.
Desde entonces, Rusia ha intentado desarrollar su propio sistema de transferencias financieras, aunque con un éxito limitado. Estados Unidos ya consiguió antes convencer al sistema SWIFT de excluir a un país, Irán, por su programa nuclear.
Pero la expulsión de Rusia del SWIFT perjudicaría también a otras economías, incluyendo las de Estados Unidos y Alemania, un socio clave. Los legisladores estadounidenses dijeron la semana pasada que el gobierno del presidente Joe Biden sigue analizando la gravedad de ese impacto. Annalena Baerbock, la ministra alemana de Exteriores, pareció expresar dudas ante las preguntas de reporteros acerca de la sanción. «El palo más duro no siempre resulta ser la espada más inteligente», afirmó Baerbock.
Estados Unidos tiene ya una de las armas financieras más poderosas contra Putin si entra al país vecino: bloquear el acceso de Moscú al dólar estadounidense. El dólar sigue dominando las transacciones financieras en todo el mundo, que mueven billones de dólares cada día.
Las operaciones en dólares se autorizan en última instancia por la Reserva Federal o instituciones financieras estadounidenses. Para Putin, esto significa que los bancos extranjeros tienen que poder acceder a ese sistema financiero para liquidar las transacciones en dólares.
La capacidad de bloquear ese acceso da a Washington la posibilidad de infligir daños financieros más allá de sus fronteras. En el pasado ya suspendió el acceso de instituciones financieras al sistema por la supuesta violación de sanciones contra Irán, Sudán y otros países.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha confirmado que Estados Unidos está considerado imponer controles a las exportaciones, lo que podría cortar el acceso de Rusia a la alta tecnología que ayuda que los aviones de combate y pasajeros vuelen y que hace que los smartphones sean inteligentes, junto a otro software y equipos electrónicos avanzados que hacen funcionar al mundo moderno.
Esto podría meter a Rusia en el grupo de países con los controles de exportación más restrictivos, junto con Cuba, Irán, Corea del Norte y Siria, según funcionarios.
Además, la capacidad de Moscú para obtener circuitos integrados, y productos que los contengan, se vería severamente restringida, por el dominio global del software, la tecnología y los equipos estadounidenses. El impacto podría ampliarse a la aviónica de las aeronaves, a las máquinas-herramientas, a los smartphones, las videoconsolas, las tablets y los televisores.
Estas sanciones podrían afectar también a industrias críticas rusas, incluyendo los sectores de defensa y aviación civil, lo que llegaría a sus ambiciones de alta tecnología, ya sea en inteligencia artificial o en computación cuántica.
Los legisladores tanto republicanos como demócratas se han opuesto durante años al nuevo gasoducto ruso Nord Stream 2 hacia Alemania, alegando que ayudaría a Rusia a utilizar su control sobre el suministro de gas como moneda de cambio para conseguir sus objetivos políticos en Europa. Proyectos de ley rivales presentados en la cámara baja estadounidense sancionarían a los operadores del ducto — los republicanos quieren imponer castigos de inmediato mientras que los demócratas solo en el caso de que Rusia entre a Ucrania.
Una de las tácticas más utilizadas por Washington es sancionar al círculo inmediato de los líderes, sus familias, y a los círculos militares y civiles. Putin, y sus amigos y familiares, podrían enfrentarse también a esto, además de los poderosos oligarcas y sus bancos. (AP)
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