El trío que pugna en el partido del poder

Mario Rojas

Redactor en Agencia Neuquén. Nació en enero de 1966 en Cutral Co. Estudió Profesorado en Comunicación Social en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). Inició su carrera como informativista en Radio Municipal Cutral Co y se desempeñó como redactor en Tribuna Abierta, La Mañana del Sur. También fue prensa institucional en Acipan, Copelco y en Prensa del gobierno de Neuquén. En Diario RÍO NEGRO 2010.

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PANORAMA POLÍTICO DE NEUQUÉN

En el MPN está claro que no es negocio, ni cotiza en la política de cabotaje, ser minoría dentro del partido. La frase que se atribuye a Ricardo Balbín después de reunirse con Juan Domingo Perón en Vicente López: el que gana gobierna y el que pierde acompaña, oficia como una lección no escrita en el manual de todo emepenista. Aunque el que pierde siempre guarda una esperanza de participar de la conducción.


Si la crítica genérica que hizo el vicepresidente del MPN, Guillermo Pereyra, hubiera sido de un dirigente externo al partido hubiese sido tildado como “desestabilizante”. Pero, dentro del domo del MPN tiene otra lectura.


Dicen que hubo una comunicación previa por parte de Pereyra a Omar Gutiérrez, el presidente de la junta de Gobierno del MPN, porque “el que avisa no traiciona”. El dirigente petrolero lo puso en autos al gobernador y lo tranquilizó, le dijo que no lo iba a nombrar. De hecho en la carta donde dice que la provincia tiene un futuro incierto, que gasta mal la plata que recibe porque otras provincias no tienen regalías y tampoco tienen deudas y tienen equilibrio fiscal. También se habla de acuerdos palaciegos y escasa participación interna.


Pereyra cumplió porque, literalmente, no lo mencionó a Gutiérrez en su doble función de gobernador y presidente del MPN.


El segundo lugar, es la interna la que cotiza, la que mantiene activos los militantes, la que tracciona la política provincial. Esto quedó sobre el tapete con la interna -la real, no la ficticia- que hubo en el partido el 12 de septiembre donde el desafiante Rolando Figueroa, le asestó un golpe al sector oficialista del partido, el Azul que Jorge Sapag parió, crió y emancipó.


Jorge Sapag, Guillermo Pereyra y Rolando Figueroa buscan socios en la interna del partido que será como el plato de entrada a la elección para gobernador.



Cómo será que cotiza que cuando el diputado nacional Figueroa dijo que no era conveniente que el gobernador tenga la presidencia del partido porque se reducía la posibilidad de aportes críticos, le saltaron como leche hervida y lo acusaron de querer proscribir a simples afiliados como el gobernador para acceder a ese cargo. La interna cotiza y el reclamo de participación no se refiere a miradas amplias de cómo gobernar mejor sino a ser parte. ¿De qué?, del poder.


En tercer lugar, el contexto de ingresos de la provincia mantiene la billetera llena y esto significa poder dentro del MPN. Entonces, le erraron desde afuera del sector Azul cuando plantearon un escenario donde el poder se iba a diluir porque, en teoría, Gutiérrez no puede ser electo por tercera vez. ¿Qué hizo el sector Azul? Prever. Lo aprendió Jorge Sapag a fuerza de disgustos y malos tragos. Si no hay una previsión se puede estar en un escenario donde otros lo hicieron. Fue llamativo el gesto. El único mensaje público del gobernador Gutiérrez tras la carta de Pereyra fue saludar a Marcos Koopmann en el día de su cumpleaños que fue ayer, con una foto donde se los ve a ambos con una icónica sonrisa.


La billetera llena del gobernador lo posiciona como protagonista pese a que no puede ser reelecto y participa de la apuesta Azul con Marcos Koopmann.



En cuarto lugar, el mismo Pereyra fue parte del poder cuando se hacía a un lado a minorías que producían cierta molestia. Es lo que le pasó a Jorge Sobisch, con la distancia del caso, que presidió el partido y como estuvo a punto de volcar la provincia, desde lo político, tenía cierta culpa para hacer cartas críticas al poder del que fue parte. Probó por afuera, no le fue mal, pero no es el poder del MPN. De allí que se deja rodar dentro del partido la idea de que los que son oposición, se van del partido a probar suerte fuera. Pereyra ya aclaró que no lo va a hacer, sólo por una cuestión de caballero renunció a participar en minoría (es un tercio) de la conducción del MPN. Figueroa advirtió que quiere una apertura que podría tener un parangón con lo que hizo Mariano Gaido en la ciudad de Neuquén, sin que ello signifique sacar los pies del plato.


En quinto lugar, como los agravios tienen fecha de vencimiento perecedera, si la alianza estratégica de Gutiérrez con el petrolero rindió buenos dividendos, nada indica que no se pueda repetir para poner un freno al rebelde y federal ¿o será éste quien ya pensó en esa opción contra el sector Azul de Jorge Sapag?.


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