El lado oscuro del paraíso: en Meliquina piden auxilio al gobernador y temen lo peor

Los vecinos aseguran que, mientras reciben a unos 2.000 turistas por días, no tienen ningún tipo de asistencia de Salud. Indicaron que murió una mujer y una chica sufrió hipotermia.

Villa Lago Meliquina es un conocida por ser un paraíso cordillerano, a unos 40 kilómetros de San Martín de los Andes, pero no por eso escapa de estar sufriendo una grave situación. Los 400 vecinos que residen de forma permanente aseguran que agotaron muchas instancias sin respuestas, por lo que decidieron pedir la intervención de la ministra de Salud, Andrea Peve, y del gobernador, Omar Gutiérrez. Denuncian que no tienen ningún tipo de atención sanitaria, y luego de difíciles experiencias que incluyen hasta una muerte, temen lo peor con la llegada de unos 2.000 turistas diarios.

«Meliquina, el paraíso de la desidia estatal» se titula carta abierta que difundió la asociación de la Villa, una entidad de vecinos que se formó en 2003 y busca mejorar la vida en el pueblo. Informaron que la atención depende del hospital de San Martín de los Andes y que solo cuentan con un puesto sanitario, actualmente cerrado porque la única enfermera que lo atiende está de licencia.

La prosecretaria de la Asociación Villa Lago Meliquina, Agostina Galoppo, explicó que gracias a gestiones personales lograron una reunión con el director del hospital, Ernesto Vignaroli, durante junio del año pasado. Le hicieron un listado de pedidos que, aseguran, fueron ignorados. Además, contaron que las autoridades sanitarias les respondieron que «si les gusta el durazno, se aguanten la pelusa» por vivir en un lugar lejano.

Como nada ocurrió, indicaron que en agosto trasladaron las solicitudes a la jefa de la zona sanitaria, Cecilia Alonso Perín y, de nuevo, obtuvieron silencio.

Luego, el panorama empeoró. Pedían atención médica semanal, en vez de mensual. El profesional iba los primeros jueves de cada mes, pero todavía no se presentó en lo que va de enero, contaron, y estiman que será así hasta febrero. El puesto sanitario sigue cerrado, por lo que exigen un reemplazo de la enfermera, y la atención odontológica se cortó en diciembre porque se rompió el sillón. La Asociación se ofreció a comprar uno nuevo, pero no les transmitieron las indicaciones técnicas para hacerlo.

Los vecinos también quieren la visita de un extractivista para que tome muestras y las lleve a San Martín, al menos, cada 15 días. Enumeraron otros reclamos para la posta: mantenimiento edilicio, un sistema fotovoltaico (actualmente tiene uno de un programa destino a familias, no a instituciones) y un alambrado perimetral.

Algunas de las situaciones de máximo alerta en la Villa

«En estos pocos días de 2022 han ocurrido por los menos tres accidentes viales, algunos de ellos con heridos. Además hubo personas con padecimientos y/o dolencias menores que han tenido que transitar 40 km en una ruta de ripio en pésimo estado hasta el hospital de San Martín de los Andes. Hay un vecino internado grave con una peritonitis después de deambular de guardia en guardia», describieron desde la Asociación en la carta abierta.

El domingo, una mujer murió luego de sufrir un infarto. Se trataba de la familiar de una vecina de la Villa, de edad avanzada y con complicaciones de salud. Cuando se descompensó, los bomberos voluntarios le dieron oxígeno «y se les pidió que usen el desfibrilador», indicó Galoppo. Aseguró que la mujer ya no tenía pulso cuando llegó la ambulancia de San Martín.

La prosecretaria contó que una vez les dijeron desde ese centro de salud que no les mandarían la ambulancia cuando pidieron auxilio por un vecino «que estaba grave». Era de noche y la esposa del hombre no podía manejar, por lo que un bombero voluntario de la Villa se ofreció de conductor y logró dar con la atención médica.

También hubo un caso de hipotermia, que sufrió una turista que tiene «una dolencia que hace que se le pueda bajar la temperatura de manera abrupta sin avisar». Esto le ocurrió cuando se metió al lago, un día de mucho calor, y los primeros auxilios se los dio una veterinaria, familiar de ella. «¿Por qué? Porque consultaron dónde había un centro de salud en la Villa y les dijeron no, en este caso, andate a San Martín de los Andes porque no tenemos médico y es un caso complicado, y la posta está cerrada. La veterinaria se dio cuenta que la chica tenía la temperatura muy baja y que tenía que recibir asistencia ya, por eso se fueron a San Martín», agregó Galoppo.

La carta cierra con un pedido que busca transmitir la urgencia de los vecinos: «exigimos ser considerados ciudadanos neuquinos, aunque nos guste el durazno como le gusta decir a algunos funcionarios. ¿O, cuántos muertos necesita el paraíso para que se lo atienda?«.

Los vecinos piden que el puesto sanitario quede cercado un alambrado. (Gentileza).-

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