La realidad supera a las estadísticas en Roca
El primer paso para resolver un problema es acertar con el diagnóstico. Tener un diagnóstico es no negar el problema. Desde hace meses que se habla de la inseguridad en Roca y desde hace meses que lo único que se escucha es que las estadísticas no muestran un aumento de los delitos en la ciudad en relación a otros tiempos.
Sin embargo, abundan los testimonios de gente que la pasó mal, que le robaron, que la golpearon.
Las estadísticas vistas como números, han sido alteradas naturalmente en estos dos últimos años porque el país entero estuvo guardado por la pandemia. Pero usarlas como el único argumento nos lleva a pensar que en realidad están subestimando el problema.
Roca tiene problemas reales de inseguridad más allá de lo que digan los números. Basta con ver la lista de publicaciones en los medios para entender que hay zonas de la ciudad que están complicadas, robos de autos y hasta personas atacadas en sus propias casas, maniatadas por un celular o unos pocos pesos. Y esa es la realidad que va más allá de las estadísticas.
En Roca se siente inseguridad, se teme y lo peor es que no hay sectores que se salven. Los vecinos suman acciones que el Estado no muestra. No sabemos si las tiene, pero no las muestra. En los barrios de Roca piensan en grupos de WhatsApp que son insuficientes, en alarmas comunitarias, en un registro de vecinos para saber a quién avisar en caso de imprevistos. Pero es obligación del Estado garantizar la seguridad. Los vecinos a lo sumo pueden colaborar.
Basta de la excusa de las estadísticas porque esas estadísticas ni siquiera reflejan todo lo que pasa en la ciudad. Hay gente que no denuncia porque teme que ni siquiera se ocupen de su caso.
Esta misma sensación se vive desde hace meses en Roca, pero las quejas de los vecinos no se apagan, al contrario, crecen.
Tanto es así que ni siquiera las escuelas se salvaron de los robos. El gremio docente dio un amplio detalle de lo que ocurre.
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