Cinco claves para empezar a reciclar
Cambiar algunas costumbres, prestar atención al estado de lo que pensamos desechar, pensar si no es mejor repararlo o donarlo para que sea aprovechado. Con pequeños pasos, todos podemos colaborar a que haya menos residuos, y el mundo esté mejor.
Florencia Benedicto (*)
Antes de empezar a transitar las cinco claves para comenzar el hábito de reciclar, debemos recordar que el mejor residuo es el que no se genera. Siempre que podamos evitar cualquier tipo de desperdicio, ya sea de materiales reciclables; residuos orgánicos; el uso innecesario de agua y energía u otros, debemos hacerlo.
Ahora si, cinco claves para empezar a reciclar:
1- Decile chau a los descartables: Sorbetes, cubiertos o platos de plástico… Como su propio nombre lo indica, no se reutilizan y fomentan la producción de productos nuevos, generalmente a base de materia prima virgen. Elegir productos que puedan usarse varias veces, nos permite cuidar al planeta evitando el derroche de recursos naturales y previniendo la contaminación del ambiente provocada por la gran cantidad de residuos que hoy generamos. De esta forma, no usamos y tiramos, sino que usamos una y otra vez, estirando la vida útil de cada producto.
2- Repará, doná, reutilizá: al momento de decidir que ya no vamos a utilizar más un producto o envase, antes de descartarlo, verifiquemos si no podemos repararlo, donarlo o usarlo para otro fin. La mayor parte de las veces, cuando algo se rompe se debe a una pequeña pieza o mecanismo. Reparando, ahorramos dinero y cuidamos al planeta. Por otro lado, cada día se tiran cientos de juguetes, ropa, electrodomésticos, entre otras cosas a la basura. Cuando no vayas a usar más algo que esté en buen estado, donalo a instituciones que puedan darle una segunda vida.
3- Separá tus residuos limpios y secos: cuanto mejor separados estén, más fácil es que se reciclen. Papeles, cartones, plásticos, metales y vidrios que ya no nos sirven pueden convertirse en recursos, transformándose en materia prima para nuevos productos. Pero para esto, debemos informarnos para hacer una segregación correcta en nuestra casa, trabajo, escuela y todos los ámbitos en donde nos movamos o tengamos influencia. Recordá que los reciclables siempre deben separarse limpios y secos.
4- Buscá destinos sustentables: una vez que los reciclables están separados, debemos buscarles un destino adecuado. Si en las calles del barrio encontramos cestos o contenedores diferenciados para este fin, podemos depositarlos allí. También existen programas de EcoPuntos o puntos de recepción de reciclables ubicados en plazas, supermercados, entre otros. Algunas de las anteriores son iniciativas de municipios y otras pertenecen a empresas privadas. Si no hay un programa de recolección formal en tu zona y estás lejos de los EcoPuntos disponibles, buscá cooperativas que trabajen en tu localidad o emprendedores que puedan reutilizar estos residuos. Lo importante es que los reciclables que separamos lleguen a un destino sustentable, donde reciban un tratamiento o uso adecuado.
5- Involucrá a tus amigos y familia: cuantos más mejor. Mientras más reciclemos más impacto generamos. Multiplicá este mensaje con todos tus allegados. Intercambiá información. De esa manera, no solamente nos educamos mutuamente en temáticas de interés socio-ambiental, sino que también comenzamos a construir redes que nos permitirán aprovechar y gestionar cada vez de mejor manera nuestros recursos.
(*) Co-fundadora de GEA Sustentable. @gessustentable
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