El traspaso político para un año clave

Adrián Pecollo

Jefe de la Agencia Viedma. Nació en General Viamonte (Buenos Aires). Estudió Periodismo en la Universidad de La Plata. Trabajó en medios escritos y radiales de Buenos Aires y de Río Negro. Desde 1998 en Diario RIO NEGRO.

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La dirigencia del PJ se propuso reaccionar y reorganizarse en Sierra Grande, que incluyó un repaso de lo ocurrido en el 2021 y fuertes críticas al senador Martín Doñate.


Los éxitos y fracasos entrelazan los años electorales. El flamante 2022 será la previa de la próxima renovación gubernamental.

En su ingreso, el peronismo no oculta su inestabilidad después de que falló en la cesión de su conducción en el 2021 al senador Martín Doñate, quien lo pregonó pero nunca se animó. “No hay voluntad política. No se conduce desde la superestructura si, por lo menos, se quiere gobernar”, lanzó María E. Martini en el encuentro peronista de Sierra Colorada. Ni el senador ni los suyos concurrieron. Se diluyó además la defensa que los intendentes anticiparon en un comunicado. Hubo tenues intentos del anfitrión Fabián Pilquinao y del conesino Héctor Leineker, destacando que lo de Río Negro fue lo ocurrido en el país. Cuidan su estrategia de que Doñate allana respuestas nacionales para sus gestiones.

El sorista José Berros cuestionó la simbiosis con JSRN y la ausencia de oposición. “Así, siempre la gente se queda con el original”, concluyó.

“Todos somos responsables, pero el mayor responsable de la derrota es Doñate”, lanzó Alejandro Marinao y les recordó a los intendentes que su deber no concluía en la gestión, aludiendo a su tarea partidaria. El serrano Renzo Tamburrini insistió con otra reacción, que él había marcado días antes al desconocer el canal del senador y lograr -vía el ministro Matías Kulfas- juntarse con el ministro “Wado” De Pedro. La conclusión de Sierra Colorada: el pedido al partido para que asuma la iniciativa, otra juntada para febrero y la creación de una Mesa de integración. Mucho por hacer para creer en el 2023.


JSRN abrió su proceso partidario. La novedad estará en el armado de las Mesas locales. Weretilneck exhortó a la unidad pero advirtió “no ponerse colorado si hay internas”.


En JSRN, después de su victoria, todo es más simple. Ya puso en marcha su proceso partidario. No habrá reparos en lo provincial, a partir de que Alberto Weretilneck seguirá en la presidencia y Pedro Pesatti en la vice, sumando a la gobernadora Arabela Carreras. ¿Se creará otra vice para ella? Posiblemente.

El 3 de marzo vencerá el plazo de las listas. Lo novedoso estará en la resolución de las Mesas locales por las disputas vecinales. Algunas nada reconciliables. Weretilneck lo detecta y, por eso, en Luis Beltrán, exhortó a la unidad pero, también, alertó que no hay que “ponerse colorado si hay internas. Hemos crecido mucho”, lo justificó.

Su contrariedad se mantiene en el inocultable protagonismo de JSRN en el Congreso, inclinando en favor del oficialismo. Parece que, por ahora, no basta con la argucia de un bloque federal para licuar responsabilidades, ni tampoco con la sucesión de reuniones difundidas con funcionarios de Nación para anuncios exculpatorios por la postura asumida. Además, Weretilneck incorpora para cada imagen a Doñate en un rescate donde las fronteras son, cada vez, más borrosas.

Esa exposición es un inconveniente para el ex gobernador, que este año pondrá en revisión porque esa asociación con el kirchnerismo no le aporta a su prioridad de conservar dominio y proyección en Río Negro.

Otro enfocado en el 2023 es Aníbal Tortoriello, que incursiona en Diputados pero no pierde su objetivo supremo por la gobernación. Extrema su defensa de sus espacios y, por eso, ratificó su idea de seguir en el mando del PRO cuando el legislador Juan Martín había planteado ese deseo. Esa relación se tensó y existió una reunión, pero sin mayores variantes. Para ellos, el nuevo calendario viene abierto, pero conscientes del riesgo de arruinar lo logrado.

Para la gobernadora, el año era casi perfecto después afirmarse en la gestión provincial, coparticipar en el éxito electoral y entonces sostener -con expectativa- su pretendido segundo mandato. Su ánimo actual no refleja ese balance optimo. ¿La razón? El accidente y estado de Juan José Deco, su mayor colaborador e intérprete. El ministro no reacciona y su cuadro neurológico es incierto. Ella se fue mal después de su reciente visita al Hospital Italiano.

No hay tiempo, bueno o malo, que no desafíe a la dirigencia.


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