Se reduce el pesimismo empresario por mejoras en el consumo y las exportaciones
Aún es muy lenta la recuperación del empleo privado y no hay expectativas alentadoras para la rentabilidad en el corto plazo. Piden reducción del déficit fiscal y, en baja de impuestos. Crece la inversión.
Tras tres años de recesión con alta inflación, los empresarios comenzaron a ver algo de luz al final del túnel, pero ratifican reclamos históricos al Estado y señalan que hay potencial para avanzar si la macroeconomía se ordena. Esto se desprende de la tradicional encuesta de Expectativas de Ejecutivos de IDEA, realizada en noviembre, después de las elecciones de medio término, entre 250 altos directivos de las quinientas compañías asociadas.
Luego de dos años, el balance de las ventas y de las exportaciones vuelve a ser positivo. La inversión también muestra una leve recuperación, aunque sigue baja como proporción de las ventas. El escenario aún es malo, lo que entusiasma es la tendencia que aún es incipiente.
Lo que sigue sin tener una recuperación vigorosa es el empleo privado registrado y la rentabilidad de las empresas que, según la encuesta, sigue siendo “muy baja” y “no hay una expectativa de mejora en el corto plazo”.
Daniel González, director ejecutivo de IDEA, dijo que la recuperación pospandemia es “muy disímil” entre los distintos sectores de la economía. E indicó que, tras un piso tocado en la pandemia, las expectativas se siguen recuperando sobre todo sobre ventas y exportaciones.
“No es importante la foto sino la evolución, la modificación de tendencias y en ese sentido, la encuesta muestra una ligera mejora las expectativas”, señaló González. Consideró que el aumento en el uso de la capacidad instalada es una “señal de reactivación”.
Para González, si bien hay una mejora en las expectativas generales, aún está en un nivel muy bajo y con la necesidad de un período de consolidación de modo tal que mejore la confianza, para que se dé un aumento de la inversión y del empleo.
Luis Secco, economista de IDEA, expresó que los datos de las cuentas nacionales también reflejan la mejora en la tasa de inversión en precios corrientes. “Sigue siendo baja, pero se superó el mínimo que estuvo por debajo de los 10 puntos del PIB el año pasado (en plena pandemia), algo nunca visto”, agregó el economista.
Ante la consulta de este medio sobre cuál debería ser la tasa de inversión en el país para sostener la reactivación más allá de 2022, Secco respondió: “Hoy la tasa de inversión es del 15,6% del PIB medido a precios corrientes y del 18,8% a precios históricos. Argentina podría hacer una gran diferencia con una tasa de inversión de entre 20% y 25% del PIB”.
Mientras que la evaluación de la situación económica del último semestre fue negativa para el 68% de los consultados, las perspectivas de situación económica próximo semestre son negativas en un 65%. Hay un recorte de tres puntos porcentuales.
¿Qué cree que sucederá con las ventas en su empresa dentro de doce meses?, fue una de las preguntas. El 40% dijo que aumentarán; el 29 que no tendrán modificación; y el 31% espera una caída.
En materia de ventas, las expectativas son mejores en las empresas pequeñas y en la industria, precisó Eduardo Luis D’Alessio, encargado de la encuesta. Y señaló que, a nivel general, las mejoras están motivadas por la reactivación económica y el consumo pospuesto en pandemia.
“Lo visto como positivo es en general coyuntural, y lo visto como negativo es visto en general como estructural”. Agregó D’Alessio. A ello, Secco añadió: “La macro es la mochila que tira para abajo las mejoras que puede haber en la percepción”.
“Hay un cambio de signo en torno a las ventas de las empresas. Luego de dos años, el balance vuelve a ser positivo”, dijo D’Alessio. Y Secco amplió que en exportaciones se está en un “punto de inflexión”, donde lo positivo sube y lo negativo baja.
El economista indicó que en materia de crecimiento de exportaciones se está dando en un 26% por incremento en los precios internacionales y en un 10% por mejora en las cantidades comercializadas.
¿Cuáles cree que serán los temas más importantes y los desafíos para su negocio en el próximo año?, se les consultó a los 250 ejecutivos. En primer lugar, se posicionó la retención de los talentos; en segundo lugar, la recomposición de salarios; y, en tercer lugar, la incorporación de tecnología a sus procesos productivos o comerciales.
No obstante, entre las preocupaciones y desafíos también aparecen la atracción de personal idóneo; la provisión de insumos; las condiciones del comercio internacional; la tensión sindical; la obtención de crédito; las tarifas; el cumplimiento regulatorio; y la energía.
¿Qué medidas considera apropiadas para promover la inversión en 2022?, fue otra de las preguntas. Entre las diversas respuestas lideraron la estabilidad institucional, la revisión del marco laboral y del impositivo; el financiamiento de largo plazo; y los incentivos fiscales.
Y sobre factores que tendrían mayor impacto positivo sobre la economía, los ejecutivos ponen la máxima responsabilidad en manos del Estado: reducción del déficit fiscal; cambios en la matriz impositiva y acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Por último, en la encuesta también se consultó si las empresas están efectuando alguna acción para implementar la triple sustentabilidad. Las respuestas pusieron en el podio a la reducción del uso del papel; una mayor eficiencia en los procesos; y el desarrollo del personal.
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